Como ahorita no tengo nada nuevo que contar, les voy a platicar una anécdota que ocurrió hace como 3 años.
Sucede que como ustedes sabrán, yo soy fan del grupo Incubus. Los había escuchado por primera vez en 1997 o 98, con su canción Nice to Know you y desde entonces era seguidora de ellos. Su disco Morning View es para mí un clásico y no me canso jamás de escucharlo, cada vez que lo oigo le encuentro un sabor diferente.
En fin, creo que ya les quedó claro la pasión que profeso por su música jajajaja.
Sucedió que por principios del 2007, si mal no recuerdo, anunciaron con una modesta publicidad la llegada a la ciudad de mi grupo. Iban a cantar en Marzo en la Arena Monterrey. Al escuchar la noticia yo salté de mi asiento y quería salir corriendo a la Arena para comprar los boletos. Como nunca he ido sola a un concierto (y menos en ese entonces que era más joven y más tímida), llamé a todas mis amigas a ver si alguna se animaba a acompañarme. Una aceptó. Bueno, con eso bastaba. Compré los boletos y todo. En ese entonces no era tan caro ir a un concierto en la Arena. Por 200 pesos te conseguías un buen lugar.
Ya tenía los boletos, la acompañante y sólo esperaba con ansias el anhelado día... pero resultó que de último momento la banda canceló el concierto.
La quijada se me fue al suelo. ¿Quéeeeee? ¿Cómo que cancelaban? Llamé a la Arena y me dijeron que en realidad el concierto se había reprogramado para octubre, que si quería podía conservar los boletos y que serían válidos para esa fecha, o bien solicitar la devolución de mi dinero.
Opté por la primera opción, digo, ya tenía mi lugar y no quería perderlo. Y así esperé todo el año, hasta que llegó octubre... y dos días antes la amiga que iba a acompañarme me canceló. pffff....
Y ahí me tienen, buscando a quien venderle el boleto de mi amiga, y que quisiera ir conmigo. Batallé... como no tienen idea... ¡Nadie conocía el grupo! Menos iban a pagar por ir a verlos...
Al final, obligué a mi hermana a acompañarme. Aunque a ella esa música no le gusta. Tuve que olvidarme del dinero y le regalé el boleto, con tal de que me acompañara.
Y bien, después de tantas peripecias, llegó el gran día. Entramos, nos sentamos en nuestros lugares, vimos a una banda desconocida abrir el concierto... Miré hacia abajo. Si bien había varias butacas vacías, en cancha se estaba haciendo el amontonadero de gente. No había sillas y todos se arrimaban a las frágiles vallas. Había poco personal de seguridad, lo cual no era gran problema dado que la gente se estaba portando bien... hasta que el grupo salió a escena...
Se hizo el desmadre. Todos se arrimaron al escenario, empujándose. El vocalista se dio cuenta y pidió que retrocedieran. O una de dos: o la gente era bien wey y no sabía inglés o les valió madres... o quizá las dos cosas. El caso es que nadie hizo caso, y entonces, el vocalista, dejó el micrófono en el suelo y sin decir agua va, ¡se marchó del escenario! y toda la banda se fue detrás de él.
Yo estaba estupefacta. ¿Y ahora?
Pasaron los minutos y el grupo no regresaba. La gente comenzó a chiflar. Uno de los organizadores subió al escenario.
"Buenas noches, muchachos. Yo sé que ustedes están aquí para escuchar a Incubus..."
"Yeaaaaaaaaaaaahhhh...."
"Sí, sí. Yo sé que están aquí para escuchar al grupo, y ellos sí están dispuestos a tocar, siempre y cuando retrocedan. Ya hubo personas lastimadas. Retrocedan por favor y continuamos."
Nadie hizo caso.
"Muchachos, por favor, retrocedan. Es más, voy a contar hasta tres y caminan un metro hacia atrás. ¿Ok? Una, dos, tres."
"¡PUTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!" gritó la audiencia. Ya saben cómo somos de civilizados y educados en Monterrey.
"Muchachos, por favor. Va de nuevo. A la de tres dan tres pasos atrás. Uno, dos, tres."
"¡PUTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!" gritó de nuevo el público.
"Muchachos, por favor, compórtense. El grupo no va a tocar hasta que retrocedan del escenario."
"¡Chinga tu madre, cabrón!" gritó alguien y todos le aplaudieron.
El organizador se puso a llorar.
"Por favor, más respeto. Mi mamá ya murió."
Ay Dios mío... pues así estuvo el estire y afloje por 40 minutos, entre lo que intentaban poner orden y la gente hacía caso. Mi hermana estaba fastidiada, y yo no podía creer que el concierto que más había anhelado ver se hubiera convertido en un circo romano Al final, entre varios de seguridad, usaron vallas metálicas y como retroexcavadoras humanas, empujaron a la gente un metro.
El concierto se reanudó. El grupo subió, (de mala gana) y cantó. No interactuó con el público. No saludó a la ciudad, no dirigió ni una sola palabra. Sólo cantó y ya. Y terminó a la hora programada, como diciendo: "por sus rabietas, ya se chingaron, perdieron una hora y no la vamos a reponer". Y sólo tocaron 45 minutos.
Eso sí, interpretaron muy bien las rolas, de hecho tocaron muchas del disco Morning View, que son de mis favoritas. Pero fue un concierto muy breve... Tanto que esperé para esto...
Y esa fue mi anécdota del concierto más accidentado que he tenido.
1 comentario:
a mi no me gusta ir a ese tipo de conciertos... soy mas bien fresita jaja pero si es un asco que la gente que va por haber pagado un boleto sienta que puede hacer lo que quiera aunque su seguridad esté en peligro..
pero tu post me recordó de una vez que llevé a mi sobrinito a ver a kabah a un evento masivo de esos que hacia gratis la coca, habia un buen de gente y nos estaban aplastando asi es que lo saque y le dije mira mejor los vemos de lejecitos.. cuando terminaron de cantar fuimos a la parte de atras del escenario a ver si los veiamos y cuando salieron en la camioneta nos aventaron y el quedó cual calcamonia pegado en una de las ventanas y una de las llantas pasó por su pie... yo estaba mega preocupada... pero él estaba mega feliz de que kabah lo hubiera atropellado...
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