martes, 20 de octubre de 2015

¿Quitar la tenencia?

Hay ciertas promesas de campaña que están diseñadas para darle gusto a la gente y así conseguir votos. Una de esas es quitar el pago de la tenencia.
Ahora que ganó Jaime Rodríguez para la gubernatura de Nuevo León, los ciudadanos han exigido "con coraje y determinación" (léase, puro comentario en redes sociales :P ) que el llamado "Bronco" cumpla lo que prometió y elimine ese impuesto. Yo no recuerdo que él haya prometido eso, el que lo prometió fue Felipe de Jesús Cantú, candidato panista que no ganó. Pero a lo mejor la memoria me falla, no sé.
El punto es ¿conviene quitar la tenencia?
Si me preguntan como ciudadana, diría que sí. Porque claro, la tenencia es un impuesto engorroso y caro y nadie quiere pagar impuestos.
Pero si me preguntan como persona con sentido común, diría que no conviene. ¿Por qué?
Porque la tenencia de algún modo desmotiva a la gente a comprar carros.
Al igual que lo que sucede con los altos costos de la gasolina, la gente le piensa dos veces antes de comprarse un carro. Porque un carro, lo quieras o no, te hace gastar y mucho. No por nada se dice que es como otro hijo.
Entonces si quitan la tenencia y si dan subsidios para la gasolina, la gente ya no verá gran problema en comprarse un carro de agencia.
Y miren nada más que casualidad, justo cuando acaban de abrir una armadora de carros coreana en nuestro Estado, la llamada Kia Motors.
Con la eliminación de la tenencia, todos irán corriendo a Kia Motors (o a cualquier otra de las tantas agencias que hay en Nuevo León) a engancharse "con un carrito" nuevo. Y ahí les encargo el trafical que se va armar en la ciudad y área metropolitana.
De por sí con los carros que hay las avenidas no se dan abasto. Aparte, súmenle que la gente aquí es bien cafre para manejar, neta que uno se la pasa haciendo corajes a cada rato porque hay cada imbécil que se cree dueño de la calle y entorpece todo el tráfico.
Así que no, que se quede la tenencia, para que la gente aprenda que tener un carro requiere no solo dinero, sino un sentido de la responsabilidad. Porque cuando la gente tiene todo de gratis ni lo valora, y lo peor, no respeta a los demás.

lunes, 19 de octubre de 2015

Calidad vs cantidad

Siempre me he preguntado a qué se refieren con "pasar tiempo de calidad" con los hijos. Esa frase se la escucho a las mamás que trabajan y de alguna manera justifican el hecho de pasar solo dos horas al día con los hijos.
Entiendo que el ritmo de vida, la situación económica y otros factores han provocado que las mamás salgan a trabajar todo el día y que solo les queden un par de horas para convivir con los hijos. Ellas dicen que lo importante no es la cantidad, sino la calidad.
Pero ¿a qué se refieren con ese concepto?
Me imagino que por calidad se refieren a que en ese par de horas se ponen a jugar con los niños. O bien les dan de cenar o les ayudan con la tarea.
Pero el problema, a como lo veo yo, es que tratándose de un niño no se puede designar que de 7 a 9 sea la hora de la calidad. A un niño le pasan un sin fin de cosas durante el día. Puede ser que en la escuela otro niño lo molestó, o que no le entendió a la clase, o que llegó enfermo a la casa, o que llegó llorando, o que tiene ganas de jugar, o que quiere comer, y todo eso ocurre a lo largo del día, no exclusivamente de 7 a 9 de la noche.
Tal vez el posponga su problema para esa hora. Tal vez para cuando llegue la mamá, habrá preferido mejor no contarle nada. Tal vez durante el día que esté atravesando su problema recurra a otras personas y confíe más en ellas. El caso es que uno como papá, no puede decidir que de 7 a 9 es la hora de la calidad porque el niño no es un trabajo, es solo un niño.
Lo sé. Mi opinión puede resultar parcial y muchos padres podrían crucificarme por lo que acabo de escribir. Pero es solo mi opinión.
En lo personal yo pienso que no basta con la calidad, el niño también necesita cantidad. Muchas horas con sus papás, abrazarlos, sentirlos, escucharlos. Dos horas diarias no bastan para llenar el corazón de un niño.
O quien sabe, a lo mejor los niños ya se adaptaron a eso. 

jueves, 15 de octubre de 2015

Inmediatez y consumo visual

Continuando un poco con el tema de las redes sociales y la saturación mental. En los últimos meses he revisado un poco cómo se hace una campaña a través de redes sociales. Ahora tenemos esa ventaja, de anunciar nuestros productos a través de Internet ahorrándonos muchos costos e intermediarios, pues consideremos que hasta hace al menos quince años, la única alternativa de anunciarte era a través de periódico, radio o televisión.
Aún así, no la tenemos tan fácil, porque el consumidor ha perdido nivel de atención. Se ha vuelto demasiado visual y su rango de concentración se ha reducido a segundos.
En mi página de Facebook, he probado con diferentes tipos de entradas, así mismo las puedo monitorear, puedo ver qué tanto interactúan los usuarios con mis publicaciones.
He observado que tratándose de mensajes escritos, casi nadie los lee. De veras, las estadísticas siemper muestran que de los 800 likes que tengo en la página, solamente 1 o 2 leen las publicaciones de texto.
En cuanto a los videos, tampoco gozan de mucha popularidad. La gente evita darles clic. He concluido que esto se debe a que un video implica observarlo más de un minuto y la gente ya no tiene ese rango de concentración. Yo misma admito que no veo los anuncios de youtube o que en el caso de videos de más de 3 minutos termino adelantándome. Pero los usuarios tienen un rango muchisimo menor de atencion, me atrevo a decir que solo aguantan ver un video por un lapso de 15 segundos máximo.
Lo que más funcionan son las imágenes. Y sobre todo imágenes que apelen a la ñoñez, como caricaturas, ancianitos, bebés, parejas de enamorados. Este tipo de imágenes captan la atención de los usuarios y les dan like de inmediato. Desafortunadamente, una imagen no logra transmitir todo el mensaje que uno desea, si tu quieres, como es mi caso, vender un libro, el texto publicitario no debe sobrepasar el 30% de la imagen o Facebook de inmediato te lo censura. Me ha pasado al menos unas cinco veces.
Entonces tenemos que hasta el propio Facebook nos restringe el texto, a pesar de que pagues por un anuncio publicitario, Facebook te obliga a ser visual. Tienes que dosificar muy bien el mensaje y lo que quieres transmitir.
El problema está en que también el mismo usuario ha dejado de ser sensorial. Ha suprimido sus otros sentidos (oído, tacto, gusto, olfato) y solo se ha enfocado en lo visual. Y tiene que ser rápido. No más de 15 segundos.
Y esta inmediatez de contenidos hacen que las personas se vuelvan muy distraídas. Ahora entiendo por qué los niños de ahora no ponen atencion en clases. No conocen otro mundo más que el visual.
Mientras tanto seguiré investigando qué campañas publicitarias son más eficaces.




domingo, 11 de octubre de 2015

Feria del libro 2015

Hoy me tocó estar en la Feria del Libro...

Sí, ya sé, debí de haberlo anunciado en el blog, pero es que como no estoy segura de si me siguen leyendo...

En fin, pues estuvo muy bueno el día. Como siempre mucha gente en la feria. Esta vez no me tocó un evento, pero me tocó estar en el stand de EICAM, como todos los años. Ahí tengo a la venta mis libros "El vendedor de abrazos", "El príncipe bufón" y "Conversaciones Ajenas".

Por cierto, si pueden darse la vuelta el próximo martes 13 de Octubre a las 7:30 de la noche en la Sala 103, voy a dar lectura en voz alta del libro "Conversaciones Ajenas" y me van a acompañar Dalina Flores y Susana Ruiz de BIBLIONAUTAS.

Ahí los espero. Conste que ahora sí les avisé. =P



sábado, 10 de octubre de 2015

hablar con los personajes

Se siente raro cuando hablas con los personajes de tus libros.

No, no es que se me haya salido un tornillo de la cabeza y que me ponga a platicar con amigos imaginarios. Lo que pasa es que ahora estoy desarrollando una novela inspirada en un par de personas que conozco. El protagonista lo tengo agregado al Facebook, y en las noches platico con él para hacerle preguntas y así documentar mi historia.

Lo más extraño o curioso de esto es que mientras estoy escribiendo la historia estoy chateando con el, y mi mente llega a un punto de confundir al personaje con la persona. Es como si el personaje se me hubiera salido del libro y anda por ahí, caminando y hablando y comiendo y respirando. Me recuerda un poco a la película "Rubí, la chica de mis sueños". Algo así me pasa. Con la diferencia de que al personaje no lo veo en persona, solo hablo con él por chat. Entonces sucede que estoy escribiendo un diálogo de mi personaje y al minuto siguiente estoy platicando con la persona, y como ya es muy noche y a veces ya estoy cansada o con sueño, termino confundiéndolos y pensando que los dos son lo mismo. Si, es algo loco.

así que si un día público la novela y ven a mi personaje caminando por ahí, no se asusten. Es que se salió de las páginas.




sábado, 3 de octubre de 2015

Saturación mental

Algo que he notado en las últimas semanas es que mi cerebro está sobresaturado de información. Y sí, yo me lo he provocado, lo reconozco. Y (espero que mi jefe no esté leyendo esto) pero es que entre el trabajo y las redes sociales, me lleno de demasiadas cosas en mi cabeza. Cada vez que abro el Facebook me entran por los ojos demasiada, demasiada información acerca de la vida de mis contactos y amigos, y noticias que ellos mismos postean o que Facebook sugiere. Mi cerebro tiene que procesar demasiados eventos. Que si Chuchita está embarazada, que si Fulanito se comió un Flippy, que si la guerra de Siria, que si Menganito nos alerta de un ladrón en un estacionamiento de Soriana, que si el aumento del precio del dólar, que si la hija de Zutanita le pusieron una estrellita en el kínder, que si Kim Kardashian otra vez salió encuerada en Instagram, que si Perenganito recomienda una película, que si Peña Nieto anunció una reforma de ley...

Y todo eso en un día. Así que sin escuchar ni utilizar mis cuerdas vocales, sin usar mas que solamente mis ojos, todo eso me entra al cerebro de golpe, como abrir una llave de agua y que me caiga todo eso en la cabeza. No termino de asimilar una cosa cuando ya recibo otra. Es muy agotador, muy cansado.

Hasta hace algunos años todos los acontecimientos me llegaban a cuentagotas. De uno por uno, espaciados. Pero ahora entran en fracciones de segundos. Y estoy seriamente contemplando la decisión de cerrar otra vez el Facebook.

Supongo que a otras personas les pasará lo mismo pero no se han dado cuenta. ¿A ustedes les pasa?