Hay ciertas promesas de campaña que están diseñadas para darle gusto a la gente y así conseguir votos. Una de esas es quitar el pago de la tenencia.
Ahora que ganó Jaime Rodríguez para la gubernatura de Nuevo León, los ciudadanos han exigido "con coraje y determinación" (léase, puro comentario en redes sociales :P ) que el llamado "Bronco" cumpla lo que prometió y elimine ese impuesto. Yo no recuerdo que él haya prometido eso, el que lo prometió fue Felipe de Jesús Cantú, candidato panista que no ganó. Pero a lo mejor la memoria me falla, no sé.
El punto es ¿conviene quitar la tenencia?
Si me preguntan como ciudadana, diría que sí. Porque claro, la tenencia es un impuesto engorroso y caro y nadie quiere pagar impuestos.
Pero si me preguntan como persona con sentido común, diría que no conviene. ¿Por qué?
Porque la tenencia de algún modo desmotiva a la gente a comprar carros.
Al igual que lo que sucede con los altos costos de la gasolina, la gente le piensa dos veces antes de comprarse un carro. Porque un carro, lo quieras o no, te hace gastar y mucho. No por nada se dice que es como otro hijo.
Entonces si quitan la tenencia y si dan subsidios para la gasolina, la gente ya no verá gran problema en comprarse un carro de agencia.
Y miren nada más que casualidad, justo cuando acaban de abrir una armadora de carros coreana en nuestro Estado, la llamada Kia Motors.
Con la eliminación de la tenencia, todos irán corriendo a Kia Motors (o a cualquier otra de las tantas agencias que hay en Nuevo León) a engancharse "con un carrito" nuevo. Y ahí les encargo el trafical que se va armar en la ciudad y área metropolitana.
De por sí con los carros que hay las avenidas no se dan abasto. Aparte, súmenle que la gente aquí es bien cafre para manejar, neta que uno se la pasa haciendo corajes a cada rato porque hay cada imbécil que se cree dueño de la calle y entorpece todo el tráfico.
Así que no, que se quede la tenencia, para que la gente aprenda que tener un carro requiere no solo dinero, sino un sentido de la responsabilidad. Porque cuando la gente tiene todo de gratis ni lo valora, y lo peor, no respeta a los demás.
Ahora que ganó Jaime Rodríguez para la gubernatura de Nuevo León, los ciudadanos han exigido "con coraje y determinación" (léase, puro comentario en redes sociales :P ) que el llamado "Bronco" cumpla lo que prometió y elimine ese impuesto. Yo no recuerdo que él haya prometido eso, el que lo prometió fue Felipe de Jesús Cantú, candidato panista que no ganó. Pero a lo mejor la memoria me falla, no sé.
El punto es ¿conviene quitar la tenencia?
Si me preguntan como ciudadana, diría que sí. Porque claro, la tenencia es un impuesto engorroso y caro y nadie quiere pagar impuestos.
Pero si me preguntan como persona con sentido común, diría que no conviene. ¿Por qué?
Porque la tenencia de algún modo desmotiva a la gente a comprar carros.
Al igual que lo que sucede con los altos costos de la gasolina, la gente le piensa dos veces antes de comprarse un carro. Porque un carro, lo quieras o no, te hace gastar y mucho. No por nada se dice que es como otro hijo.
Entonces si quitan la tenencia y si dan subsidios para la gasolina, la gente ya no verá gran problema en comprarse un carro de agencia.
Y miren nada más que casualidad, justo cuando acaban de abrir una armadora de carros coreana en nuestro Estado, la llamada Kia Motors.
Con la eliminación de la tenencia, todos irán corriendo a Kia Motors (o a cualquier otra de las tantas agencias que hay en Nuevo León) a engancharse "con un carrito" nuevo. Y ahí les encargo el trafical que se va armar en la ciudad y área metropolitana.
De por sí con los carros que hay las avenidas no se dan abasto. Aparte, súmenle que la gente aquí es bien cafre para manejar, neta que uno se la pasa haciendo corajes a cada rato porque hay cada imbécil que se cree dueño de la calle y entorpece todo el tráfico.
Así que no, que se quede la tenencia, para que la gente aprenda que tener un carro requiere no solo dinero, sino un sentido de la responsabilidad. Porque cuando la gente tiene todo de gratis ni lo valora, y lo peor, no respeta a los demás.