jueves, 24 de abril de 2014

Reseña de libro: El bolígrafo de gel verde

Dicen que para escribir no es importante qué cuentas, sino CÓMO lo cuentas. Y solo Eloy Moreno nos puede contar una historia común de un empleado común con una vida común... y convertirla en todo un drama que nos tiene al filo del asiento.

De eso se trata "El bolígrafo del gel verde". Es una historia acerca de un empleado de una gran empresa, de treinta y tantos años, casado y con un hijo, que nos cuenta el día a día de su vida, una vida común como la de cualquier trabajador. Mezclando los recuerdos del pasado, de su infancia y adolescencia, con los de su vida actual, este personaje (del cual nunca sabemos su nombre), se siente atrapado en la rutina y el hastío, con un jefe gritón y prepotente, compañeros de trabajo a los que no puede llamar realmente amigos, con un amigo que ya no es su amigo, y cómo el ritmo de vida tan estresante y absorbente no le da tiempo para convivir con su esposa e hijo, a quienes solo ve 1 hora al día, una hora que se va en rutinas o discusiones o distanciamientos. La pasión de su matrimonio se esfumó con las responsabilidadades.

Y es en esta rutina donde un día el personaje compra un bolígrafo de gel verde, (pues nunca falta quien te robe las plumas en la oficina) y resulta que ese bolígrafo desaparece, y eso le da la excusa para quedarse a hurgar en los cajones de los escritorios de sus compañeros después de horas de trabajo.

Eloy Moreno nos describe, a través de esos cajones y esas conversaciones, una serie de personajes tan únicos y a la vez tan comunes, que nunca faltan en la oficina. La secretaria bonita pero cabeza hueca, la compañera responsable pero triste, el cabrón que siempre llega tarde y bien quitado de la pena o el güey cuyo único tema de conversación es el fútbol, así como el jefe que cree que por ser jefe tiene derecho a humillar a sus subordinados. Pero sobre todo, conocemos la vida de este personaje anónimo que se siente así, anónimo, y como va perdiendo lo que más importa en su vida, a su esposa e hijos, por la rutina y el estrés.

La historia es interesante, la narración es ágil y fluida, aunque no niego que en algunos capítulos peca de pesimista. También otro "pero" que le pongo a la novela es que después de unos capítulos tan estrujantes y en donde la trama va a un punto álgido donde todo se le complica y se le viene encima, enseguida nos lleva a otros capítulos más como motivacionales, que si bien tienen su propósito de dejar una enseñanza al lector a través de imágenes donde combate sus propios demonios internos, le resta mucho esa adrenalina que nos hizo sentir en capítulos previos. Es como si después de subirte a la montaña rusa más estrujante con el que casi se te salía el corazón, te subieras a un carrusel tranquilo.

A pesar de eso,  a mi parecer la historia es buena, ah como sufrí en ratos... pero definitivamente me atrapó. Se las recomiendo.





domingo, 20 de abril de 2014

Posesionarios

Por la avenida Alfonso Reyes, poco antes de llegar a Lázaro Cárdenas, en una loma hay un conjunto de edificios de departamentos en obra negra. Lo que parecía ser un proyecto muy ambicioso quedó inconcluso desde hace más de veinte años. Las causas por las que fueron abandonados las desconozco. Pudo haber sido alguna suspensión del municipio por no cumplir los reglamentos de construcción. Pudo haber sido por la crisis económica de los años noventas. En fin. El punto es que en la actualidad estos departamentos ya están ocupados por posesionarios, quienes ya los adecuaron como viviendas, sin importar que estén en obra negra. Incluso ya les conectaron electricidad.

El tema de los posesionarios siempre ha sido un tema incómodo, del que todas las autoridades se hacen de la vista gorda. Gente pobre que carece de vivienda y deciden plantarse en terrenos o casas ajenos y de ahí nadie los saca. Son "protegidos" por líderes quienes luego exigen al gobierno se les proporcione todas las comodidades como agua, luz, gas, pavimentación, drenaje, etcétera. El fenómeno de los posesionarios obedece a muchos motivos, puede ser el fracaso del capitalismo como modelo económico, pues la brecha entre pobres y ricos es cada vez más ancha. Al haber tanta pobreza es lógico que esta gente se agarre a la brava de terrenos que no son suyos. También puede ser la laxitud de las autoridades de tomar cartas en el asunto. También la ambición desmedida de los empresarios que a veces caen en un propio abismo pues no logran concluir los proyectos que tenían contemplados.

Pero el máximo ícono del fenómeno de los posesionarios lo vemos en Venezuela con la Torre de David. El nombre de esta torre no tiene nada que ver con lo religioso, sino que es llamada así en honor de su antiguo dueño el banquero David Brillembourg. Este señor en los años noventa concibió esta obra, un rascacielos de cuarenta y cinco pisos, para ser un centro financiero en el pleno corazón de Caracas, pero debido a las crisis económica y al colapso financiero la obra quedó inconclusa y abandonada. Sin embargo en el 2007 las familias pobres que venían de los ranchos comenzaron a habitarla. Hugo Chávez se hizo de la vista gorda y nunca desalojó a esas familias, de tal manera que en la actualidad 3000 personas viven ahí.

Una paradoja entre la pobreza y la riqueza.

Si les interesa ver más fotos del interior del edificio lo pueden ver aquí.







lunes, 14 de abril de 2014

Transporte escolar debería ser obligatorio

Hoy que iba para el trabajo descubrí que había un 70% menos de tráfico. Había muy pocos coches circulando por la avenida, algo que no es usual, ya que generalmente hay embotellamientos a las 7:30 de la mañana. La razón es simple: los niños están de vacaciones.

La notoria disminución del tráfico pone en evidencia que el problema de que exista es que la mayor parte de los padres de familia llevan a los niños en coche. Muy pocos estudiantes usan el transporte escolar. Sí, sé que los padres de familia quieren ahorrar ese dinero llevándolos ellos mismos a los colegios, pero como todos piensan igual, el resultado es un caos vehicular que provoca estrés, accidentes y retardos.

Ojalá se incentivara el uso del transporte escolar como algo obligatorio. Eso desahogaría mucho la carga vehicular. Permitiría una mayor eficiencia de nuestras calles y avenidas. Habría menos accidentes. Además, si se implementara la obligatoriedad del transporte, se puede hacer deducible de impuestos.

Pero bueno... ¿algún día la gente podrá comprender esto?

Mientras tanto, a gozar de estos días sin tráfico. 

jueves, 10 de abril de 2014

El efecto placebo

En los últimos años Dove se ha encargado de hacer comerciales que destacan un punto: que las mujeres aprendamos a valorarnos a nosotras mismas. Sus comerciales tienen que ver con investigaciones en donde se somete a las mujeres a cuestionarios o tests y en el 100% de los casos, ellas mismas se definen como feas o llenas de defectos solo para que al final se den cuenta que si son bonitas.

En este último comercial, un grupo de mujeres comunes y corrientes se someten voluntariamente a un experimento. Primero se les pregunta cómo se definirían a sí mismas y si están a gusto con su apariencia. Todas ellas responden que no se sienten bonitas, enumeran sus defectos, mencionan su baja autoestima. La psicóloga les coloca un parche de belleza que deberán usar por determinado tiempo e ir documentando todo en video. A lo largo del experimento las mujeres manifiestan que sienten cambios en su cuerpo, y poco a poco van cambiando su apariencia. Se tiñen el cabello, se compran ropa que normalmente no se comprarían... incluso algunas admiten que algunos hombres les han empezado a decir que se ven bellas.

Pasado el periodo de la prueba se presentan de nuevo con la psicóloga para evaluar resultados. El cambio en su semblante y lenguaje corporal es notorio. Las mujeres regresan bien arregladas, más confiadas en sí mismas, incluso algunas con cambios de look. La psicóloga les anima a conocer el contenido del parche. Se sorprenden al ver que el parche no contiene nada, es simplemente un parche.

Siempre me ha llamado la atención el fenómeno del "efecto placebo" sobre el cuerpo humano. A veces no confiamos en nuestras propias capacidades y necesitamos creer que una medicina mágica nos va a devolver la salud o cambiar la vida. Sin embargo, todo está en nuestra mente. La mente es muy poderosa, tanto puede hacernos sentir que somos las personas más feas del planeta como puede hacernos ver que somos bellos y saludables.

Lo que también me llama la atención particularmente de estos comerciales es cómo en todos las mujeres se sienten con baja autoestima. En este comercial a pesar de que las mujeres no tenían cuerpos de modelo, a mí sí me parecieron bonitas, sobre todo más cuando se empezaron a arreglar.  ¿Por qué la mujer moderna tiende a sentirse menos? ¿Qué es lo que está fallando en la educación de las niñas que crecen acomplejadas? ¿Acaso tienen que ver las modas? ¿O lo que impone la televisión como estándar de belleza? ¿O con los comentarios que unas a otras se dicen?

Yo en lo personal, antes criticaba mis fotos. Sentía que salía fea, mal retratada. Después de varios años cuando veo esas fotos me doy cuenta que en realidad sí salía muy bonita. Joven, bella, risueña. Y entonces he comprendido que todo está en mi mente. Ahora es raro que me critique en alguna foto. Me gusta mi rostro, me gusta mi cuerpo y aunque admito que tengo kilitos de más, en realidad me gusta todo de mí.

Aquí está el video por si lo quieren ver.