viernes, 18 de junio de 2010

La niña de los dulces

Esta tarde fui a la uni. Llegué a la tiendita que está por Filosofía y Letras, que es un tejabancito donde venden unos frapés muy ricos. Me compré un frapé de piña y me senté bajo el árbol. En ese momento pasa la niña de los dulces. Es una niña de rasgos indígenas, de unos 7 años aproximadamente, que pasa sus tardes caminando en las placitas de la uni, con su cajoncito de dulces para venderlos. Flaquita, con la mirada tímida y una vocecita que apenas se escucha, nunca la veo jugar ni tampoco la veo sonreír. Siempre está seria, trabajando, vendiendo dulces.

La niña se me acercó y me dijo:
"¿No quiere un dulce?"

Yo como ando a dieta, no como dulces, pero le compré unos chicles.

La niña no se fue, sino que se quedó viendo el frapé.

"¿Cuánto cuestá el 'flalpé'?"
"¿El qué?"
"El flalpé, ese que estás tomando."
"Ah... el frapé. Pues cuesta 15 pesos."
"Ah..." dice y se muerde los labios. "Es que yo quería uno de mango, pero no he vendido nada en todo el día. Y quería darle también a mi mamá."

Me le quedé viendo a la niña, me dio cosita, así que le dije:
"¿Quieres que te compre uno?"

La niña asintió tímidamente. Le di los 15 pesos.

Fue al puesto y compró su frapé de mango y comenzó a comérselo.

Dejó la mitad del vaso, para llevárselo a su mamá, (que no sé en donde estaría, nunca me ha tocado verla).

Y al pasar frente a mí, la niña finalmente sonrió.