lunes, 31 de octubre de 2011

Sabe a...

"Sabe a agua de calcetín", "sabe a tierra", "sabe a plástico", "sabe a cartón". ¿Quién de nosotros no hemos dicho alguna de estas frases alguna vez, cuando probamos algún alimento con sabor desagradable?

Pero ¿de dónde sacamos esa referencia? Estoy seguro que ustedes actualmente no comen calcetines, ni tierra, ni plástico, ni cartón. Entonces ¿cómo sabes a qué saben esas cosas?

Porque en algún momento de tu vida las probaste, así de simple. Cuando éramos bebés, y éramos unos intrépidos exploradores del mundo, nos llevábamos todo a la boca. Nuestras mamás tuvieron que vigilarnos para que no anduviéramos comiendo nada tóxico, ni nocivo, pero de que lo probamos, lo probamos, si no no sabríamos comparar sabores.

Y aquí les dejo un video de bebés probando por primera vez el limón. Chequen sus caras chistosas.

domingo, 30 de octubre de 2011

Falta de programas de comedia

Desde hace varios años México ha dejado de producir buenos programas de comedia. Los últimos que recuerdo como tal, son los de Eugenio Derbez y la Hora Pico. Ambos programas ya no se producen en la actualidad.

Sin embargo, mucho antes de eso, específicamente en los años 80's y principios de los 90's había buenos programas de comedia. Y no, no hablemos del Chavo del 8, que ya lo elevaron a una especie de dios de la comedia. Ya se ha hablado de Chespirito mucho al respecto, y no tengo nada que aportar sobre el tema.

Este post va más bien dedicado a esos programas cómicos que nos hicieron reír en nuestra infancia.

Entre los que más recuerdo, están los siguientes:

  • Papá soltero
  • Cachún cachún Ra Ra
  • Anabel
  • Nosotros los Gómez
  • Las aventuras de Capulina
  • El show de los polivoces
  • Mi secretaria
  • Chiquilladas
  • Hogar dulce Hogar
  • Tres Generaciones
  • Hogar Dulce Hogar
Y estos eran los que entraban en la categoría para adultos (aunque comparados con los de hoy en día, estos programas son muy muy ingenuos).

  • La Carabina de Ambrosio
  • Dr. Cándido Pérez
  • ¿Qué nos pasa? con Héctor Suárez
Tal vez me falta citar más, pero estos son los que más recuerdo. La mayoría eran programas familiares, con humor blanco. No hacía falta en recurrir al doble sentido ni a majaderías para hacernos reír. Eran programas cuyas temáticas hacían que los televidentes de clase media se sintieran identificados con los personajes. Algunos incluso promovían valores, como la unión familiar, la responsabilidad, la honestidad.

Hoy en día, hay una carencia tanto de buenos programas de comedia, como de comediantes. La televisión mexicana le ha apostado su dinero a tramas de adulterio, promiscuidad, narcotráfico, violencia. Ojalá y un día regresen a la pantalla los buenos escritores, y buenos productores. Hace falta que México ría más, y llore menos.

sábado, 29 de octubre de 2011

Halloween

Mi practicante estaba muy emocionado. Buscaba un disfraz para su fiesta de Halloween de la facultad. Le habían comentado que la del año pasado fue épica: viejas borrachas, besos lésbicos, más viejas borrachas... ¿mencioné viejas borrachas?

Así que con dos semanas de anticipación, me estuvo pidiendo consejos sobre un buen disfraz de Halloween. Yo jamás he ido a una fiesta de esas, pero dado que él me considera como una especie de "hermana mayor", le di algunos consejos sobre un buen disfraz.

Un día previo al evento, me mostró unas fotos de cómo pensaba maquillarse: como un zombie con varias cortadas en la cara y pupilentes blancos. Se veía terrorífico. Total, que a consejo mío, se consiguió una capa negra con capucha, y voilá, ya tenía su disfraz.

Al día siguiente, llegó bien emocionado. Había ganado dos diplomas: el disfraz más aterrador y el más original.

¿Y cómo estuvo la fiesta? Pues que sus compañeras de clase se vistieron de marinerita sexy, taxista sexy, enfermera sexy, princesa sexy...

"Mta, la mansión de Playboy", dijo mi compañera a manera de sarcasmo.

Y yo agregué con una sabia enseñanza:

"El halloween es la única fiesta en donde las mujeres se visten como putas y nadie les dice nada".

Y pos es la verdad ¿no? Ahí es donde las mujeres sacan a la teibolera que llevan dentro (para beneplácito de los muchachos que andan en la edad de la hormona).

Mi amiguito se rió. De hecho, me comentó que la chica que ganó el disfraz más sexy fue una enfermera con una micromicrofalda (que a como me lo describió sólo cubría estrictamente las nalgas), y un escote casi hasta el ombligo que se le veían las bubis.

Cuando la chica fue a recoger su diploma, mi amiguito gritó: "¡Dijeron la más sexy, no la más porno!"

Y la fiesta siguió. No hubo comida, nomás botana y puras bebidas y más bebidas.

Y a todo esto... ¿sabían que el Halloween no es una fiesta típica de México? ¿Entonces por que chingaos la festejamos? La respuesta es sencilla: porque nos encanta el pedo.

miércoles, 26 de octubre de 2011

El próximo dueño del mundo

Es increíble y contradictorio que en México, donde la mayoría de la población ganan salarios bajos o bien, viven en la pobreza, sea la sede de economías tan sólidas y fuertes que poco a poco van consolidando monopolios MUNDIALES.

Tal es el caso de Carlos Slim, quien es el hombre más millonario del mundo. Pero ahora habremos que agregar otro más a la lista. Hablo del Osito Bimbo.
Sí, no es una broma. En México existe una panificadora, la Bimbo, cuyos dueños son la familia Servitje, y que ha crecido de manera descomunal no sólo a nivel nacional, sino mundial. Recientemente compró la panificadora Sara Lee, que tiene presencia en Estados Unidos, España y Portugal, y la empresa Argentina Fargo, en 900 millones de dólares. También tiene operaciones en Centro y Sudamérica y China.

¿cuál crisis entonces? La crisis creo yo, es un rumor que lanzan las bolsas de valores para especular con los activos financieros, para causar psicosis entre la gente y así justificar el alza de precios. Si hubiera en realidad una "crisis" no creo que una empresa como esta se atreva a expandir su negocio a nivel internacional.

¿O qué opinan ustedes?

pd. y segun me contaron por ahi, a los empleados de la bimbo les dijeron que no esperen utilidades, que porque todo está invertido.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Cómo cuesta traer carro

A veces sale más caro traer carro que andar en camión. Es cierto que andar en carro tiene sus ventajas. Los tiempos de traslado son más cortos, y puedes andar por donde tu quieres. Pero tener un carro cuesta. Cuesta gasolina, cuesta mantenimiento, y obviamente, cuesta pagarlo.

Pero lo que más me duele el codo es pagar el pinche estacionamiento. Ayer salí a cenar con un amigo y por tres horas de estacionamiento pagué ¡70 pesos! Más de la mitad de lo que pagué por mi cena.

Qué robo, la verdad.

martes, 18 de octubre de 2011

Ouija :S

Cuando mis amigas se obsesionan con un tema, no hay quien les quite esa idea de la cabeza. Ahora les dio por querer comprar una ouija para jugar con ella.

A mí me dan miedo todas esas cosas que tienen que ver con la brujería y el diablo. Ellas dicen que no pasa nada, que nomás por pura onda a ver qué les contesta la ouija. Yo ya les dije que yo no le voy a entrar al juego. Hasta les conté la historia del caso del locutor de la Mano Peluda que entrevistó a un hombre que hizo pacto con el diablo (y misteriosamente el locutor murió días después de haber entrevistado a ese hombre), y en vez de disuadirlas, lo único que conseguí fue que se obsesionaran más con la idea de comprarse la ouija, quesque según ellas para ver que pasa. Hasta quieren aprender a exorcizar demonios.

Caray, cómo es la gente. En vez de interesarse por sanación, reconexión, metafísica, o mínimo mínimo ir a misa cada domingo y aprenderse el credo y el padrenuestro, ahí van a tentar al diablo.

Yo zafo.

Aunque creo que nomás lo platican pero al final no hacen nada.

lunes, 17 de octubre de 2011

Crónica de un viaje a Italia

Después de salir de Padua, comenzó una larga travesía rumbo a Florencia. Era mediodía, el cielo estaba radiante, y poco a poco abandonamos el panorama urbano y nos adentramos en la carretera. Al principio, los paisajes no eran tan llamativos como los que me había tocado ver en el trayecto Verona-Venecia, sin embargo, seguían manteniendo ese ambiente de campo, sus casas regadas entre los prados, algunas todavía habitadas con familias y niños; otras en ruinas y abandonadas, colonizadas por la maleza.

Felipe, nuestro guía, nos puso en el camino la película "Bajo el sol de Toscana". En un principio en el autobús tuvimos problemas con el audio y los subtítulos. Un chavo español, se ofreció a arreglarlo, pero más o menos lo consiguió. En fin. Yo ya había visto la película hace varios años, así que no me estaba perdiendo de gran cosa.

Hasta que de pronto, el paisaje de la televisión saltó hacia la vida real. Apenas nos adentramos por unos túneles, y las montañas nos dieron la bienvenida a una región de belleza campirana, que me dejó sin aliento. Estábamos nada más y nada menos que en la Toscana.

Un campo vasto, que pasaba de los viñedos, a los trigales, y de éstos a los girasoles y maizales. Un valle entre montañas, cuajado de casas blancas y callejuelas. Todo era verde, hacia donde mirara, y contrastaba con un cielo de azul nítido. El sol dejaba caer su dorada luz, y en cada parpadeo, yo captaba un paisaje diferente. Lástima que no nos detuvimos en plena carretera. Me hubiera gustado ser como la chica de la película y pedirle al chofer que me dejara ahí, en la Toscana. Y es que no podía dejar de tomar fotografías desde el autobús, aunque esas fotos que tomé no le hacen justicia a la belleza del lugar. En Toscana, el tiempo se detiene. El alma te brinca de emoción, al ver como el hombre y la naturaleza han hecho un pacto pacífico. Las ovejas corrían por los prados, los árboles engalanaban por todo alrededor, a veces ocultando algún conjunto de casas.

Nos detuvimos en una gasolinera, y bajamos a comprar víveres y a ir al baño. Yo estaba súper emocionada, quería grabar en mi mente todos esos escenarios que acababa de presenciar.

Ese fue mi paso por la Toscana.

domingo, 16 de octubre de 2011

Crónica de un viaje a Italia (ya no me acuerdo en qué parte voy)

Abandonamos el hotel desde muy temprano, y muy a mi pesar, ya que me había enamorado del lugar ( y me había enamorado del italiano de la pizzería, jeje). Deseé quedarme a vivir ahí por un buen tiempo, pero era hora de partir a nuestro siguiente destino: Padua.

En el camino, Felipe, nuestro guía, nos explicó la historia de san Antonio de Padua. Nos dijo que había dos mentiras: que ni se llamaba Antonio, ni era de Padua. En realidad se llamaba Fernando y era de Lisboa, Portugal. Que fue hijo de ricos mercaderes, criado bajo las enseñanzas católicas y que desde muy temprana edad sintió el llamado de Dios. Su objetivo era evangelizar en Africa, pero por azares del destino terminó en Padua, Italia; y que ahí hizo varios milagros.

-El cuerpo de San Antonio tiene un órgano incorrupto... no, no es el que se imaginan. - dijo nuestro guía - Ese órgano es su lengua, que permanece intacta, pues tenía fama de ser un gran orador.

Llegamos a Padua, alrededor del mediodía. Me pareció un pueblito bicicletero. Gran parte de su población utilizaba ese medio de transporte. Incluso en las banquetas tenían carriles exclusivos para las bicicletas. Las calles de Padua eran luminosas, limpias, sencillas. Es un lugar bastante apacible.

El autobús se estacionó en una plaza. Descendimos, y cruzamos por el centro de Padua. Ahí había otra plaza llena de jardines, puentes y estatuas.

Cruzamos rápido, ya que teníamos poco tiempo para visitar la iglesia.

Luego de que nuestro guía nos diera las indicaciones de rigor, entramos.

Tomé un par de fotos del jardín de la iglesia, la cual da una sensación de paz y silencio. Sin embargo no me entretuve mucho, porque me dije a mí misma:
-A lo que truje Chencha.

Claro, yo tenía que ir a la tumba de San Antonio, para pedirle por un novio.

En la entrada tienen una mesa con hojas de papel en blanco, para que escribas tu petición. Así que yo llené mi hojita, pidiéndole a San Antonio que trajera a mi vida a mi amor ideal, bueno, ya saben, al hombre de mi vida.

Entré a la iglesia, y me dirigí directamente a la tumba. Dejé mi carta en una urna, y recé.

Listo, ya estaba. Había ido con San Antonio. Me sentía como quien salta todas las barreras burocráticas celestiales y va justo con el funcionario indicado. Le había pedido a San Antonio un novio, ahí, en su iglesia se lo pedí, de frente a frente. Así que ahora no queda ninguna duda de que sí me escuchó.

Me detuve a mirar la iglesia. A esa hora comenzaba la misa. No nos permitían tomar fotos en el interior, pero en realidad es muy hermosa, llena de vitrales y decorados en las columnas. De pronto, un señor de unos cincuenta y tantos, gordito y blanco como la leche, me vio medio confundida y me habló en italiano. Su nombre era Paulo, y se ofreció a explicarme todo lo referente a la vida del santo y a mostrarme la iglesia.

El señor se portó súper amable. Me acompañó durante el recorrido y me tomó fotos con mi cámara. No sé por qué, pero me inspiró confianza. No sé si era un sacerdote o un simple feligrés, pero era muy cálido en el trato.

-¿Y de dónde vienes?
-De México. - respondí.
-¡México!
-Sí, y vine a pedirle un novio a San Antonio.
-¡Cómo! Si eres tan bonita, no creo que batalles. - dijo el señor sonriente.

El señor se agarró a la plática, pero mi tiempo era corto, y me tuve que despedir de él. Agarré mi mochilita, y me fui corriendo por todo el centro de Padua, para que no me dejara el autobús.

viernes, 14 de octubre de 2011

El indio pata rajada

Ayer mi amiga y yo nos fuimos a comer. Llegamos a un HEB. Mientras caminábamos en el pasillo yo le iba platicando sobre mis problemas en el trabajo. Pasamos por un puesto de artesanías, pero no nos detuvimos, pues teníamos hambre y entramos al HEB a comer.

Al salir de ahí, mi amiga me propuso dar una vuelta por los puestecitos, para que me relajara. Así lo hicimos y pasamos de nuevo por el puesto de artesanías. Mi amiga tomó una pulsera de cuarzos, y preguntó al vendedor:
-¿A cuánto?

El vendedor respondió, todo tímido:
-A diez pesos.

El había pensado que mi amiga se refería a los dulces, y cuando vio que ella traía la pulsera, rectificó:
-Ah, no, esa cuesta 70 pesos.
-Ay, pero usted me dijo que 10.
-No, mi niña, yo no puedo dejártela a 10. Qué mas quisiera, pero mi patrón se enoja.
-Ay, no le creo que tenga un patrón. ¿Y dónde está que lo dejó aquí encargado del puesto?

Él se rió, tímido. Mi amiga siguió preguntando por las piedras.

-¿Esto es una geoda?
-No, bonita. Esto es un agata.

Y entonces, el semblante le cambió al hombre, y empezó a explayarse en sus conocimientos de piedras. Que los cuarzos tenía ondas electromagnéticas que absorbían no se qué, y que la madre, y bueno, hasta le mostró una piedra fea que parecía de molcajete y le dijo que eso era jade y que valía siete mil pesos.

Mi amiga le siguió la plática, y yo mientras seguí observando otras cosas. Pero noté que poco a poco el indio iba pavoneándose más y más con ella. Le decía bonita, a cada rato. "Sí bonita", "sí, mi bonita", "bonita", bonita". La escaneó de abajo hacia arriba, intentó sorprenderla con conocimientos de minerales. Le preguntó a mi amiga cómo se llamaba, qué edad tenía y dónde trabajaba. Y yo no entendía por qué mi amiga le seguía haciendo plática si se nos iba a hacer tarde para regresar al trabajo.

Total, que el indio dice:
-Yo soy un curandero, bonita, de la sierra de Oaxaca, y es más, les voy a leer la suerte.

Sacó un mazo de cartas viejas, y nos pidió que sacáramos una pero que no se la mostráramos.

Luego, a mi me dijo:
-Tú tienes muchos problemas en tu vida, y tienes una tristeza por dentro.

Y se dirigió a mi amiga y dijo:
-Tú eres muy alegre, muy positiva, pero algo te falta en tu vida.

Y luego me dijo que yo tenía 6 de copas y ella 3 de espadas. (lo cual sí era cierto).

Y cuando le mostramos las cartas, el indio se jactó diciendo:
-Sí, si yo soy indio tehuano, pata rajada, a mucha honra.

No compramos nada, al final de cuentas. Pero al salir al estacionamiento, mi amiga me dice:
-Este indio, puro pedo, dijo cosas que son bien obvias. A mí me dice que soy muy alegre, porque me vio risa y risa, y me dice "que me falta algo en mi vida", pues eso siempre te dicen.
-Claro, y a mí me oyo mi quejadera cuando recién entramos así qeu vio que yo tenía problemas.

Mi amiga se rió.

Y yo le dije:
-Lo que yo no entiendo es por qué le seguías la corriente tanto rato.
-Es que me gustó que me dijera a cada rato bonita. jajajajajjajajajaja.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Oficios que se prestan para ser infieles

Salió esta nota en el periódico Publimetro,

Según un estudio a nivel mundial sobre los diez oficios que vuelven más adúlteros a quienes los ejercen, las mujeres que trabajan como:
maestras,
amas de casa,
enfermeras,
asistentes administrativas
y vendedoras


En el caso de los hombres, los más infieles son:
médicos,
policías,
abogados
músicos
ingenieros
deportistas


Mta, ¿pos ya que queda entonces?

Por otro lado, están promoviendo la propuesta de sacar un contrato de matrimonio con caducidad de dos años.

Qué pex!!! ¿Ya no existe el amor a largo plazo? En ese caso, a las parejas: no se les ocurra engancharse con un credito de infonavit. El crédito dura más que el matrimonio.

miércoles, 5 de octubre de 2011

El adiós de Steve Jobs

Hay personas que cuando mueren a temprana edad, la gente se lamenta su pérdida, y dicen "era muy joven, tenía una vida por delante". Ello es porque esa persona (niño, niña, joven) no tuvo la oportunidad de emprender algún proyecto de vida.

Hay personas a las que se les desea la muerte. A los violadores, secuestradores, homicidas, zetas. Que cuando mueren, la gente dice: "Qué bueno, se lo merecían". Ello es porque esas personas no contribuyeron en nada al mundo, sino sólo utilizaron su inteligencia y capacidades para inflingir sufrimiento a los demás.

Hay personas a las que no se les desea la muerte, pero que al mismo tiempo se desea que no sigan sufriendo. Como los enfermos terminales. "Por fin ya descansó." dice la gente. Ello es porque la persona ya no tenía calidad de vida, sino que se la pasaba en hospitales y bajo tratamientos dolorosos.

Pero hay personas que cuando mueren, la gente dice: "hemos perdido a un gran hombre (mujer)". Ello es cuando mueren personas que dejaron una lección de vida y un legado a la humanidad.

Acabo de enterarme que falleció Steve Jobs, cofundador de Apple. Era inevitable, ya que desde hace muchos años sufría de cáncer. Sin embargo, aunque mucha gente se lamenta su pérdida, yo por el contrario siento que esa persona cumplió con su misión en la vida, y se fue satisfecho de este mundo, en paz, pues se sobrepuso a todas las adversidades, incluyendo esta enfermedad, pues aún así siguió trabajando y aportando nuevos aparatos e ideas.

Qué gratificante que cuando nos llegue el momento de abandonar este mundo, podamos decir que hemos cumplido con nuestra misión.

Q.E.P.D.