miércoles, 20 de marzo de 2013

El poder de la mente

Estaba pensando, mientras miraba la lluvia, que algo que escribí hace algunos años, y cosas con las que llegué a imaginar con respecto a un amigo, se materializaron por completo. Aún estoy sorprendida. Salvo por pequeñísimos detalles, casi todo ocurrió tal y como lo escribí o lo pensé, y ocurrió de golpe, de la nada, justo cuando yo había dado por hecho de que todo eran fantasías locas producto de mi imaginación.

Creo que esa fue la prueba irrefutable que necesitaba para darme cuenta del poder de mi mente. Así que ahora me dedicaré a fantasear en lo que verdaderamente quiero. Tal como lo quiero. Y espero que esta vez se materialicen más rápido, jeje.


El nuevo Papa

Pues aunque ande atrasada con los post, pero no podía dejar pasar este tema, sobre la elección del nuevo Papa, Francisco I.

Curiosamente, este Papa ha sido mejor acogido, quizá porque tiene más carisma que Benedicto, porque es latinoamericano, y porque se ve que trae algunas reformas bajo el brazo, la principal de ellas es la de crear una iglesia pobre para los pobres.

Cuando yo viajé a Italia visité Asís, ciudad de San Francisco de Asís. Entré a la parroquia, y observé la humilde túnica y sandalias que portaba el santo en aquellos años. Me platicarion su historia, de cómo predicó la pobreza cuando en aquella época la iglesia se caracterizaba por sus lujos y excesos.

En la actualidad, efectivamente la iglesia tiene riqueza concentrada en el Vaticano. Sin mencionar los fastuosos y maravillosos lujos producto de obras de arte de valor incalculable, la iglesia recibe donativos de los fieles alrededor del mundo. De lograrse un buen programa social, la iglesia podría ser no sólo canalizadora de recursos, sino que podría motivar a que otros sigan su ejemplo.

Claro está que se espera mucho de este Papa. Los homosexuales reclaman la figura del matrimonio gay, las activistas reclaman la figura del aborto. Dudo mucho que esto se logre. El credo de la iglesia, si bien es estricto, todos eligen si quieren o no profesarlo. Es como cuando uno entra a una empresa, ellos tienen sus reglas. Si las quieres seguir, ok, y si no, vete. Y las reglas de la iglesia son en favor de la figura de la sagrada familia(Jesús, José y María, es decir, hijo, padre y madre) y en favor de la vida. Así que veo muy difícil que lleguen cambios tan radicales como los que esperan algunas personas.

El tema que sí urge poner sobre la mesa son los casos de pederastia. Ojalá se haga algo al respecto, y se limpie de una vez por todas la institución.

Por lo pronto, a los pocos días de su pontificado, el Papa ha demostrado ser del pueblo, como lo fue Juan Pablo II. Esperemos que continúe así, en favor de la comunidad.