viernes, 27 de diciembre de 2019

Párpados caídos

Hasta hace poco, yo no sabía que mis párpados eran defectuosos.

Hace como 5 años, tomé un curso de maquillaje, y la maestra me dijo que yo tenía "párpados caídos". Y no, no es que precisamente los tenga caídos como Paris Hilton, o chuecos ni nada por el estilo. Es que así se le dice cuando tienes párpados gorditos, algo así como esto.


A veces me molesta como entre mujeres son capaces de marcar como defectos cosas que antes ni siquiera las hacías en la vida. Desde entonces, procuro maquillar mucho mis ojos, y tengo que utilizar mil brochas para dar la sensación de que son párpados más abiertos.

Pero no es suficiente, ya que quien sabe cómo, pero la gente me ve y cree que no me maquillo. Por más que les explique que sí usé corrector, sombras, delineador y rímel, las mujeres ven mis ojos y piensan que no me los maquillé. Y varias personas me han insistido que use pestañas postizas (o sea, ahora resulta que mis pestañas también son defectuosas).

No es que esté en contra del arreglo personal, es que no entiendo cómo algo tan insignificante sea  marcado como dejadez.

Lo curioso es que he conocido hombres que dicen que prefieren a las mujeres al natural, sin maquillaje. O sea que una aquí, afanándose por pintarse los ojos y resulta que a los hombres les da igual.




lunes, 16 de diciembre de 2019

Yo quiero ganar 10 millones

Les confieso que suelo comprar boletos de sorteos. Llámese sorteo Tec, siembra cultural, lotería nacional, etc.

Siempre lo hago con la ilusión de ganarme el primer premio (o por lo menos el segundo o el tercero). Y quién no, todos los que compran tienen la misma intención.

Y es que la verdad, me gustaría ganar el primer lugar porque sueño con poder hacer lo que realmente me gusta y no tener que preocuparme por trabajar para ganarme la vida.

Si yo ganara 10 millones, me gustaría comprar una casita o un depa y decorarlo a mi gusto. Cambiar mi coche por uno más nuevo. No preocuparme por mi ahorro para el retiro. Viajar al extranjero, sin preocupaciones... pero sobre todo, sobre todo, poder dedicarme a escribir y pintar, que es lo que más me apasiona.

Así que cuando veo las listas de premios, me desilusiono al ver que mi boleto no ha ganado. Y que tengo que seguir en esta "carrera de ratas" como la llama Robert Kiyosaki en su libro "Padre Rico, Padre Pobre". Trabajar para vivir, vivir para trabajar.

Sin embargo, nuevamente caigo en la tentación y compro otro boleto, con la ilusión de que ahora sí, salga premiado. 

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Mala calidad del aire en Monterrey

Ayer desperté tosiendo. Sentía como polvo en la garganta, y no sabía por qué. No estoy enferma, no tengo gripe ni nada, en estos días de cambios de temperatura me he cuidado mucho y salgo abrigada, tampoco he tenido contacto con nadie enfermo. Así que no tenía por qué estarlo.

Mis síntomas se reducían a una tos seca, como si me hubiera tragado un puño de tierra. Al mismo tiempo, sentía mucha irritación en la garganta, congestión nasal.

Entré a la página del monitoreo de la calidad del aire en Nuevo León y descubrí que en todo Monterrey había alerta naranja, o sea, la calidad era MALA (101-150).

¿Por qué el gobierno no dijo nada? ¿Por qué nadie avisa qué se tiene que hacer en esos casos? Y tuve que salir a la calle a hacer algunos mandados, y el cielo estaba sucio, de un gris-café raro. Ya hace años que no veo cielos azules en Monterrey, así que ya me resigné a ello, pero ayer me costaba trabajo respirar sin toser.

Y la gente hacía sus vidas normalmente, iban al trabajo, a los bancos, a las tiendas, los niños a las escuelas... Todos respirando este aire sucio. Aunque a mí me dispara más las alergias que a otras personas...

Hoy, afortunadamente, ya bajó la alerta naranja a Verde. O sea que tenemos una calidad Buena. Y sí, ya no toso, no siento irritación en la garganta.

Me pregunto qué pasaría si un día la ciudad amaneciera con alerta roja. ¿Nos moriremos asfixiados?

Creo que este sería el final apocalíptico de mi ciudad. 

lunes, 9 de diciembre de 2019

Reseña serie: Diablero

Me encontré en Netflix esta serie mexicana, llamada "Diablero". Se trata de un grupo de exorcistas integrado por dos hermanos chamanes, una chica poseída por demonios a su voluntad y un sacerdote que busca a una hija perdida que tuvo en pecado.

Es la primera serie de terror, sobrenatural y acción, 100% mexicana, que veo. (Ignoro si haya otras similares). Según algunas críticas que he leído, se parece mucho a la serie Supernatural, pero como nunca he visto esa serie no puedo hacer alguna comparación.

Lo que sí puedo decir es que está bien hecha. No es cualquier churro, tiene historia, tiene buenos efectos especiales, y los protagonistas actúan muy bien, especialmente Horacio García Rojas (Elvis, el diablero), y Giselle Kuri (la chica poseída).

Lo que me gusta de la serie es que incorpora la mitología prehispánica y la santería, algo que se ve mucho en México, así que por ese lado, resulta interesante ver demonios prehispánicos.

Pero lo malo: poner a la Iglesia como enemigo. Poner una imagen distorsionada del catolicismo.

Y es que eso es lo que me causa ruido. El personaje de Christoper Uckerman (el sacerdote) no resulta creíble. Para empezar, se la pasa echando maldiciones hasta en misa. Yo nunca he visto a un sacerdote que haga eso, mucho menos en misa. Además, se le representa como un hombre que duda, que no recurre a su religión para resolver sus problemas. No reza, no pide ayuda a Jesús, la Virgen o los santos, como sería lógico que lo hiciera un sacerdote. Toda la trama se trata de vencer al mal con el mal (hay al final algo relacionado con los ángeles, pero se les representa más bien como seres sobrenaturales no relacionados con Dios).

Por otro lado, se muestra a las autoridades eclesíasticas como villanos de James Bond, "muajajá, somos una organización criminal que busca dominar al mundo", que tampoco me resulta creíble.

Sé que hay casos en que la Iglesia ha quedado mal parada en asuntos de pecado, pero por otro lado, se ignora a los sacerdotes que sí son buenos. Porque sí los hay, aunque muchos no lo crean. Además, en la Iglesia hay sacerdotes exorcistas, es una especialidad que estudian en Roma, en el Vaticano, y estoy segura que ellos conocen rituales de exorcismo que nosotros ni siquiera nos alcanzamos a imaginar. Y ese elemento queda desaprovechado en la serie, pues al retratar a la Iglesia como una institución demoniaca, no queda nada que nos pueda referir a cómo se hace un verdadero exorcismo católico.

Más aún, que México sigue siendo un país de mayoría católica así que si el producto está enfocado para un público mexicano, esto puede resultar un tanto bizarro y chocante.

Pero bueno, no nos tomemos tan en serio la serie (soné redundante, jaja), y si son gente que aguanta ver sangre, seres de inframundo y cosas como esa, la podrá encontrar interesante. Además que entre escenas hay algunos elementos cómicos que rompen con la tensión de la trama y la hacen más ligera.

La dejo a su criterio. No está mal, pero tampoco es la gran maravilla.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Cámaras de vigilancia

Hace tiempo, leí en el diario "El Universal" un reportaje que me dejó muy consternada y triste. Se trataba del caso de una mujer, esposa y madre de familia, que salió de su trabajo, como cualquier día. Mientras esperaba el camión, un hombre la amagó y la amenazó de matarla si no hacía lo que él le decía.

Al principio, le quitó la bolsa y el celular. Pero luego vino lo peor, la llevó a un paraje oscuro y la violó. No contento con ello, no la soltó de inmediato, sino que llamó a su esposo para pedirle rescate y siguieron andando por calles desconocidas hasta que después, otra vez la violó, se burló en su cara y se marchó.

La mujer terminó en un hospital. Su esposo estaba angustiado.

La mujer le relató lo sucedido y de inmediato fueron al ministerio público a levantar una denuncia.

Ahí empezó un calvario, de incompetentes burócratas que sólo revictimizaban a la mujer. Cuando le preguntaron si podía describir a su atacante, la mujer dio muy pocas referencias ya que el hombre siempre se mantuvo de espaldas a la mujer y cuando la violaba, lo hacía en lugares muy oscuros.

––Uy señora pues así como lo vamos a encontrar... está difícil.

Y archivaron la denuncia.

El esposo de la mujer se dio cuenta que justo en la parada del camión donde la mujer fue abordada por el criminal, había cámaras de vigilancia. Así que le propuso a su esposa recorrer de nuevo ese trayecto e identificar las diversas cámaras que había en ese tramo. Así lo hicieron, y anotaron todo.

Llevaron esas anotaciones al Ministerio Público, y le dijeron a la pareja que ellos no podian acceder  a esas grabaciones, porque eran de negocios y que además "eran muchas".

El marido, exasperado, preguntó por qué no podían girar un oficio pidiendo esas grabaciones, que ahí podría verse la cara del criminal. Pero la autoridad le dijo que tenía mucho trabajo, que no podía hacer nada, que si acaso podría conseguirle una o dos grabaciones de esas. Si acaso...


¿A qué viene esta historia?

Pues que cuando la prensa y la autoridad ven un caso de secuestro y violación, sólo indagan a fondo cuando la mujer lo finge, como el caso de Karen Espíndola, quien en días pasados mandó un mensaje de Whatsapp a su familia avisándoles que había sido secuestrada por un taxista y al final resultó ser una falsa alarma, ya que la mujer se encontraba de parranda en un bar.

La prensa y la autoridad no tuvieron empacho en mostrar videos del lugar de los hechos, donde la mujer se ve que está divirtiéndose y bebiendo.

Esto hizo que ocurriera un linchamiento mediático que ha afectado a los movimientos feministas, minimizando las denuncias y acusándonos a las mujeres de mentirosas y exageradas.

¿Por qué en el caso de Karen sí la autoridad y la prensa fueron prontas y expeditas en encontrar grabaciones y publicarlas, pero en el caso de otras víctimas se hacen del rogar y les dicen "que flojera investigar"?

Pienso yo, que tanto la prensa (sí, la prensa, no se hagan, mosquitas muertas), y la autoridad sólo investigan a fondo los casos que son falsa alarma, para así demeritar las exigencias de los grupos feministas, para minimizar lo que realmente sucede en este país. Cuando bien pudieran ayudar a las miles de víctimas, niñas, mujeres, que diariamente son secuestradas, violadas y asesinadas. En esos casos, ahí sí, nadie puede acceder a las cámaras...

Qué casualidad.




jueves, 5 de diciembre de 2019

La tesis

Hace unos días, Carlos Slim dijo que las universidades no deberían ya pedir tesis para titularse ni tampoco examen profesional, sino que al terminar los estudios luego luego deberían ponerse a jalar.

Mmmh, ¿qué puedo decir sobre esto? Pues les voy a contar mi experiencia. Cuando yo terminé leyes, había dos opciones: 1. o hacer tesis 2. o hacer una tesina (que es como una investigación sobre cierto tema que te ponen los sinodales, pero sin tanto rigor como una tesis) junto con un par de materias de maestría.

Yo opté por la segunda opción, pues me pareció bien adelantarle a una maestría (aunque al final no la terminé). En cuanto a la tesina, fue un rollo porque nunca encontraba a los sinodales, siempre tenía que andarlos persiguiendo para que me revisaran el trabajo y le dieran el visto bueno. Al final, todo salió bien y hasta me gradué con mención honorífica.

En cuanto a mi segunda carrera, fue más fácil. Ya no era obligación hacer tesina ni tesis ni nada. Sólo pagué el trámite y ya.

Una amiga de leyes, por otro lado, prefirió hacer tesis. Le llevó un año hacerla, y durante ese tiempo no trabajó, se dedicó de lleno a la investigación y a la revisión con sus sinodales. Pero durante ese proceso sufrió mucho, porque era corrección, tras corrección, tras corrección. Los sinodales siempre son doctores en su rama, y son muy estrictos, muy perros, te cuestionan hasta cada punto y cada coma que escribes. Así que el que hace una tesis, mis respetos, de verdad se convirtió en un investigador.

Y es que para eso es la tesis, para investigar en algo de lo que nadie haya investigado antes. Para innovar, para proponer una solución a un problema actual. Y no se trata de hacer cualquier monografía como si estuvieras en la primaria, hay que echarle cerebro, consultar mucha bibliografía. En algunos casos, te topas con que ni siquiera hay tal bibliografía, así que tienes que hacer investigación de campo.

De las tesis se han logrado algunos descubrimientos, inventos, patentes o soluciones que se han aplicado posteriormente en la práctica.

(Lamentablemente no faltan los charlatanes que se fusilan la tesis de otra persona y salen impunes, pero ese es otro tema).

Y si son tan importantes las tesis ¿por qué ya nadie quiere hacerlas?

Bueno, en primer lugar, por la necesidad de trabajar. Para hacer una tesis bien hecha, necesitarías por lo menos pasar unos meses sin trabajar. Pero en este país con esta economía tan pinche, la necesidad puede más que la voluntad. Hay que jalar, hay que ganar dinero. El trabajo te quita tiempo y ya no tienes chanza de ir a la biblioteca ni mucho menos de andar citándote con los sinodales para que te revisen.

Segundo: Falta de aprendizaje. Para hacer una buena investigación, se necesita tener las bases de cómo hacerla. Nuestro sistema escolar no nos enseña a investigar, sino a "machetear", a memorizar los libros, pero los maestros no nos cultivan un sistema crítico, a cuestionar por qué las cosas están como están y si hay alguna manera de mejorarlas. Tampoco nos enseñan cómo armar una buena hipótesis ni cómo comprobarla. En pocas palabras, no sabemos cómo hacer una mugre tesis ni nadie nos enseña a hacerlo, y el que la hace es a base de prueba y error.

Así que las universidades han bajado las manitas y han preferido simplificar el trámite de titulación, a simplemente pagar y ya, para no tener miles de pasantes sin título, y arrojar más obreros a la sociedad capitalista, que no son capaces de cuestionar el por qué las cosas son así, ni tampoco son capaces de proponer soluciones.

A veces se nos olvida que las universidades fueron creadas para eso, para formar personas con sentido crítico y aportar algo al mundo. Pero en esta época, eso ha cambiado.