sábado, 9 de marzo de 2019

Aborto

¿Por qué las mujeres no quieren ser mamás?

Al menos esa es la pregunta que me he hecho esta semana, a raíz de las protestas por la reforma a la Constitución de Nuevo León, en donde se reconoce como persona al embrion incluso desde su concepción. bloqueando así la despenalización del aborto.

Antes que nada, quiero aclarar que mi opinión será estrictamente jurídica. No me voy a meter en cuestiones religiosas, aunque también aclaro que yo soy conservadora y, personalmente, yo no estoy a favor del aborto, pero esta postura es estrictamente personal, no voy a imponerla a nadie ni tendrá nada que ver en la opinión que daré sobre el tema.

¿Qué efectos tiene que el embrión sea reconocido como persona?

La personalidad jurídica, se supone, empieza con el nacimiento. El individuo es un ser independiente, sujeto de derechos y obligaciones. Claro que un bebé no tendrá obligaciones, pero sí derechos. Derecho a tener un nombre propio, derecho a recibir alimentos y ser cuidado, etc.

El alcance de la personalidad jurídica en materia penal va más allá. Si un bebé es asesinado, no se califica como homicidio, sino como infanticidio, y las penas son más duras. Porque aquí lo que se está protegiendo es la vida de un ser indefenso.

Un embrión, aunque sabemos que posee cuerpo y cerebro, no puede vivir fuera del cuerpo de su madre. No puede respirar, ni comer. Al no tener esa independencia biológica, es obvio que su personalidad jurídica aún no comienza.

Pero ahí ya entramos en materia de polémica. ¿En qué momento se le debe reconocer como individuo? Las posturas son muchas. La religión considera que desde el momento de la concepción. La biología y la medicina no se ponen de acuerdo. Habrá médicos que consideren que desde la concepción, otros hasta pasados ciertos meses en donde el producto será viable si nace prematuramente, otros hasta el nacimiento.

Ante esta incertidumbre, los legisladores establecen las leyes de acuerdo a los valores y moral que impera en la sociedad a la que pertenecen. Si la sociedad es liberal, entonces establecerán que el embrión no tiene personalidad jurídica, que forma parte del cuerpo de la madre y que será ésta quien decida si lo quiere abortar o llevar su embarazo a término. Si la sociedad en cambio es conservadora y ultra-religiosa, abogará por el embrión y el feto, pues para ellos ya es una persona independiente, con derecho a la vida, y por tanto, criminalizarán el aborto porque lo considerarán un asesinato. El grado de criminalización va desde sancionar todo acto que implique la interrupción del embarazo, o dejarán excluyentes de responsabilidad como en caso de violación, riesgo en la salud del propio feto o de la salud o vida de la madre. Más adelante me adentraré en estas excluyentes.

El camino para llegar a estas leyes ha sido muy, pero muy largo. La mujer desde siempre ha sido considerada un ser inferior, no por sus capacidades mentales, sino porque no poseemos la misma fuerza física de un hombre, y eso ellos lo han tomado como ventaja para imponer su dominio sobre nosotras. A esto hay que sumarle, que biológicamente, somos nosotras las que engendramos hijos, las que tenemos que llevarlos nueve meses en el vientre, las que enfrentamos dolores de parto y las que mayormente llevamos la carga de criarlos, alimentarlos, cuidarlos, etc.

Las mujeres en la antigüedad no gozaban de muchos derechos. Por ejemplo, si un hijo nacía fuera del matrimonio, fuera producto de una violación o de una relación extra-matrimonial, ya era condenada. El hijo no tenía ni siquiera derecho al apellido del padre, mucho menos tenía derechos a recibir alimentos por parte de él. Incluso en las actas de nacimiento, se le asentaba como hijo ilegítimo o "bastardo".

Fueron años y años de lucha por parte de mujeres que se logró cambiar la legislación y ahora, cualquier hijo, sea nacido dentro o fuera del matrimonio, se le registra con el apellido del padre o se le finca un juicio de reconocimiento de paternidad.

También, la misma irresponsabilidad de algunos hombres de no mantener a sus hijos, orilló a que mujeres también presionaran a los legisladores, para que se cambiara la ley y se estableciera que los niños tenían derecho a recibir una pensión alimenticia lo suficiente para cubrir sus gastos hasta la edad adulta.

Por otro lado, también  las mujeres han exigido que se cambien las leyes, para poder trabajar (antes no podían hacerlo) y que no las corran por estar embarazadas, para tener seguridad social, guarderías, estancias infantiles. Porque criar un hijo sola es una carga muy, muy grande y muy pesada y ante esa irresponsabilidad de algunos machos, la mujer necesita apoyos ¿de quién? pues obviamente que el Estado tiene que protegerlas. Para eso está.

(Y por favor, no me salgan con frases como "entonces para qué abrieron las patas". Porque para engendrar un hijo se necesitan dos. Y  si la mujer sale embarazada, para ellos es más fácil huir y deslindarse del asunto.)

Todas estas batalles legales se han ido ganando a base de mucho esfuerzo, de muchas protestas de mujeres, y aún así, es complicado hacer valer estos derechos. Un juicio (reconocimiento de paternidad, sumario de alimentos, laboral, etc), es caro. Hay que pagar abogados, aportar pruebas, y esperar fallos del juez. Eso además de caro, es cansado y desgastante. Y aún teniendo la sentencia a favor, es difícil ejecutarla porque no falta el padre irresponsable que renuncie a su trabajo con tal de no pagar pensión alimenticia, o que se largue de la ciudad o del país para que no lo encuentren.

Ante todas estas circunstancias, por eso las mujeres de esta generación no quieren tener hijos no deseados. Por eso pelean el derecho al aborto, para no tener que enfrentarse a ese duro calvario de perseguir al padre para que se haga cargo del chamaco. Para tener oportunidad de seguir estudiando y trabajando y procurarse un mejor nivel de vida que difícilmente conseguiría si se convirtiera en madre prematuramente.

Alguien por ahí me dijo en Facebook, de que si solamente el aborto estaba justificado en violación o riesgo a la salud, que al final de cuentas, todos son embriones con derechos.   Claro, desde el punto de vista moral, religioso, el que tú quieras, sí. Pero legalmente, una violación representa un trauma muy grande y difícil de superar para una mujer (un psicólogo de medicina legal me dijo, lleno de coraje, que le había tocado atender casos de esos y que las mujeres no quedaban del todo bien, siempre tendrán que lidiar con ese trauma). Así que un embarazo producto de esa violación, es muy traumatizante, llevar al hijo del atacante y encima mantenerlo, para ellas es como si las "violaran" constantemente. (Admiro a las mujeres que se sobreponen y se quedan con el niño). También en casos de riesgo a la salud o vida. Cuidar a un niño con una enfermedad congénita es un gasto enorme que a veces la familia no tiene la capacidad para enfrentar. Hay mujeres que tienen que dejar de trabajar para cuidar al niño con este tipo de enfermedades y no tienen cómo solventar los gastos médicos. O qué decir cuando la vida de la madre está en riesgo si lleva el embarazo a término. Es por ello que algunas legislaciones se establecieron estas excluyentes,  y recalco que en "algunas", porque hay muchas legislaciones de países latinos que prohíben el aborto bajo cualquier circunstancia,  y lo sancionan con duras penas de cárcel.

Y volviendo al tema, si no es el caso de los anteriores, si el embarazo no fue producto de una violación ni pone en riesgo la vida ¿es ético o no abortarlo? Eso ya depende de los valores personales y de la religión de cada quien. Yo por ejemplo, no lo haría, porque esos son mis valores. Pero he conocido a mujeres que sí lo han hecho, que sí han abortado, porque no lo deseaban, porque no era el momento, porque querían seguir trabajando, porque el hombre no se hizo cargo. Y fue en la clandestinidad.

Por eso algunas mujeres  no quieren ser madres...