Aunque soy escritora, admito que me cuesta trabajo leer porque, valga la redundancia, mi trabajo me deja cansada mentalmente.
El año pasado me inscribí en un club de lectura, y mal que bien, terminé al menos la mitad de los libros comentados. Los que no terminé de leer fue porque de plano no me gancharon o su narrativa era muy aburrida.
He notado gran diferencia entre el estilo de las escritoras de los escritores. Los escritores hombres mexicanos contemporáneos son muy crudos en su narrativa, sexo, sangre, semen, tetas. Las escritoras en cambio divagan mucho, describen con exhaustividad la vestimenta y el físico de los personajes y a veces pecan de superficiales. ¡¡¡OJO!!! No estoy generalizando ni criticando a nadie en particular, sólo esa impresión me dieron algunos autores.
Claro que hay sus excepciones. Entre los que leí en este año y que llamaron mi atención están Rosa Montero y Eduardo Sacheri. También Antonio Ramos Revillas y Laura Gallego (esta última la leí por mi cuenta).
Este año comienzo con el pie derecho, ¡el club de lectura me va a leer a mí! Lo que me pone un poco nerviosa porque no me imagino qué comentarios van a hacer sobre mi libro. A ver que pasa.
El año pasado me inscribí en un club de lectura, y mal que bien, terminé al menos la mitad de los libros comentados. Los que no terminé de leer fue porque de plano no me gancharon o su narrativa era muy aburrida.
He notado gran diferencia entre el estilo de las escritoras de los escritores. Los escritores hombres mexicanos contemporáneos son muy crudos en su narrativa, sexo, sangre, semen, tetas. Las escritoras en cambio divagan mucho, describen con exhaustividad la vestimenta y el físico de los personajes y a veces pecan de superficiales. ¡¡¡OJO!!! No estoy generalizando ni criticando a nadie en particular, sólo esa impresión me dieron algunos autores.
Claro que hay sus excepciones. Entre los que leí en este año y que llamaron mi atención están Rosa Montero y Eduardo Sacheri. También Antonio Ramos Revillas y Laura Gallego (esta última la leí por mi cuenta).
Este año comienzo con el pie derecho, ¡el club de lectura me va a leer a mí! Lo que me pone un poco nerviosa porque no me imagino qué comentarios van a hacer sobre mi libro. A ver que pasa.