Hace algunos años, un maestro de la universidad comparó México como un país de jaibas. Nadie le entendió, hasta que él explicó: "Cuando transportan jaibas en un camión, no se sale ninguna de la caja. ¿Saben por qué? Porque cuando una jaiba intenta salir, las otras la jalan hacia adentro".
El comentario viene a colación porque ayer una compañera de trabajo, universitaria de 8 semestre, comentaba su desencanto sobre el sistema político mexicano y decía que no tenía ganas de ir a votar.
"¿Para qué? Todo sigue igual. El mismo gobierno corrupto..."
Yo le dije: "mira, a mí no me tocó la época donde el PRI ganaba siempre. Yo comencé a votar a partir del 2000, esas fueron mis primeras elecciones, y ahí ganó por primera vez el PAN. Luego volví a votar y constaté que la pelea estuvo muy reñida entre el PAN y el PRD y al final ganó el PAN por una diferencia mínima de votos. Entonces, votar sí hace la diferencia."
Pero sobre el gobierno corrupto, si bien es cierto que nuestro país está afectado por políticos que sólo velan por sus propios intereses y no por los del pueblo que representan, también cabe señalar que nuestra misma cultura está corrupta.
Empleados que llegan tarde porque les vale, gente que no respeta los señalamientos viales...
¿Y qué pasa cuando alguien hace las cosas bien? Los demás le dicen que no las haga, para que no los haga quedar mal.
Si algo se topa el universitario recién egresado es con una cultura laboral bastante viciada. El joven llega con ánimos de cambiar el mundo, pero no falta quien le ponga el ejemplo de cómo se trabaja. "No llegues temprano, si como quiera nos vamos a ir tarde, se ve mal que salgas a la hora de salida marcada.", "vamos a comprar unos tacos pa almorzar antes de jalar ¿no?", "oye, trabaja más despacio, que luego te quedas sin hacer nada y te van a dar más jale".
Pero espérense. Esta cultura también viene desde la universidad. Nunca falta quien proponga hacer "puente", y convence a todos para que no vengan en el último día hábil de clases. Tampoco faltan los que hacen acordeones y no estudian. O qué me dicen de esto: un maestro les dice a sus alumnos que traigan cierta tarea, para darles puntos. Resulta que de 40 alumnos, sólo uno la hace. Al día siguiente, el alumno lleva su tarea, pero sus amigos le preguntan: "eh, hiciste la tarea? yo no la hice. Si el maestro pregunta, no digas que tu la hiciste, para que no se la pida a nadie". Llega el maestro, pregunta a sus alumnos si hicieron la tarea. Todos se quedan callados o murmuran un no. Otros fingen demencia. Y el alumno que sí la hizo, que se gastó la tarde investigando, leyendo, que no salió de paseo por hacerla, se queda callado para no poner de cabeza a sus compañeros, so pena de que la mayoría le agarre coraje por poner en evidencia su hueva.
Efectivamente, México es un país de jaibas.