lunes, 16 de mayo de 2011

Nubes,comida y Cerati

Me dicen la semilla porque siempre me plantan.

jeje

Bueno, me río de mí misma ¿qué mas puedo hacer? El sábado pasado unas amigas andaban con que querían que nos juntáramos para ir a comer, así que fui. Pero, oh sorpresa, en el mundo de Rocío todo sucede al revés, no vinieron ninguna de las dos. Una porque se sintió mal y la llevaron con el doctor, la otra porque salió a pasear con su marido. Así que como ya estaba en el Neuken (un restaurante de comida argentina) pues me quedé ahí. Así que les voy a dar mi reseña.

Estaba lloviendo, y el aire estaba fresco, raro en Mayo pero ideal para pasar el rato disfrutando de una buena comida. El restaurante es pequeño, un local diminuto, elegí la planta baja, porque también tiene terraza. Bajé por unos escalones, y sentí como si entrara a una cueva, dado que en las paredes tienen rocas tipo estalactitas. Pasé al área de bar, un espacio pequeño, muy íntimo, iluminado a la luz de las velas, escuchando música de Cerati.

Tomaron mi orden, y elegí lo típico: empanadas argentinas que tenían nombres curiosos: Che, Milonga, etc., acompañado de un agua de jamaica. Después me lamenté de no haber ordenado un vino tinto, pero ya ni modo.

Me senté junto a una ventana, para apreciar la calle. El cielo nublado, las casas de estilo antiguo, un árbol grande, la gente que caminaba bajo la lluvia. Se tardaron en traer mi orden, pero finalmente trajeron las empanadas, que estaban muy ricas, crujientes, calientes, de queso y carne.

Había grupos de amigas, o de amigos, y también parejas que se sentaban juntas, casi abrazadas, para compartir el espagueti como la Dama y el Vagabundo. Miré por la ventana, intentando apreciar mi soledad, intentando sentirme bien a pesar de no tener compañía. Y bueno, no estuvo tan mal después de todo. Hace mucho que no pasaba tiempo conmigo misma. Miré por la ventana. Las llamas de las velas danzaban en la calle. Era tan sólo un reflejo, pero me gustó cómo bailaban bajo la lluvia.

Al final, después de pagar la cuenta, salí, a mojarme yo también.

sábado, 14 de mayo de 2011

Jem super super fabulosa

Por la época de los 80's, veinte años antes de que existieran las Bratz y cuando Barbie era un monopolio en la industria juguetera para niñas, tal como ahora lo es Bill Gates con las computadoras, existió una muñeca que se llamaba Jem.


Esta muñeca salió junto con la caricatura. Se trataba de una chava que se convertía en cantante con sòlo ponerse unos aretes mágicos y que junto con sus amigas, tenía un grupo llamado "las holograms" (algo así como las Flans). Tenían como rivales a un grupo de rockerillas llamadas las Misfits.

Santa Clós me trajo dos muñecas, la Jem y otra monilla llamada Kimberly. A diferencia de las Barbies, las muñecas Jem eran unas muñecas toscotas, de extremidades gruesas, nada que ver con las anoréxicas chichonas Barbies. Aparte, tenían el plus de que en el caso de Jem tenía sus aretes mágicos de foquitos que se prendían y apagaban con un switch. Y la Kimberly tenía su cassete (¡cassete!, no manches, para las nuevas generaciones que no saben que es eso, denle clic aquí).

Las canciones duraban un minuto y tenían letras bien bobas y simplonas. He aquí la del tema de la caricatura.

Jem es vibrante,
uuu Jem
es aventura
uuu

moda y fama, glamour y belleza
Jem es fabulosa,
super super fabulosa
ooooh, Jem
ritmo vibrante, es vibrante
me llamo Jem nadie es igual a mi
me llamo Jem

o_O

jajajaja, no puedo creer que yo cantaba eso todo el día con la muñeca en la mano. Cómo debo haber hartado a mi mamá haciendo sonar ese cassete todo el santo día.

¿Que qué pasó con mis muñecas? Bueno, ahí las tengo todavía, pero en el caso de Jem, la cara se puso verde. Lo que pasa es que yo un día jugaba a que Jem iba a un salón de belleza a ponerse una mascarilla, y le puse plastilina encima. Y como la plastilina era verde...

:S