En la televisión de paga hay dos programas que tratan sobre gente con problemas de obesidad. El primero de ellos se llama "Eres lo que comes". En este programa, una mujer acude al hogar de la persona obesa y toma nota de lo que esta consume en una semana. Después de eso, coloca sobre la mesa toda la comida que consumió esa persona en ese periodo de tiempo. Vemos así varias botellas de refrescos, embutidos, papas fritas, pasteles, alcohol, comida chatarra. Es ahí cuando la persona se concientiza cuántas calorías consume realmente. Sin embargo, la conductora es muy cruel con sus comentarios, los humilla de tal modo por su forma de comer que siempre terminan llorando. Después les impone dietas muy estrictas, alejadas totalmente de lo que les gusta. Les da de comer cosas como algas, tofu, y otros alimentos poco comunes, pero bajos en calorías. Al ser alimentos a los que no están acostumbrados a comer, muchos de ellos terminan abandonando la dieta, pero con el riesgo de que la conductora los exponga y los humille más de lo que los humilló desde el principio. Es un programa de castigo, básicamente.
El otro programa se llama "Reconstrucción Total: Kilo a Kilo". Si bien sigue más o menos la misma mecánica, el enfoque es diferente. El conductor es un entrenador de gimnasio que no grita ni humilla, sino que por el contrario, se involucra y siente empatía con los participantes. Los hace pesarse en básculas industriales, para que ellos se concienticen de su peso. Obviamente esto es una experiencia bastante vergonzosa, sin embargo, el conductor platica con ellos. La mayoría de los participantes son obesos, sí, por lo que comen, pero también por los problemas personales que atraviesan. Muchos de ellos han enfrentado pérdidas de familiares, (padre, madre, hijos) y se refugian en la comida. Otros han enfrentado divorcios. Otros más han pasado por algunas experiencias traumáticas o simplemente tienen carencia de amor. De alguna manera el comer les proporciona consuelo. Sin embargo, este entrenador los reta a adelgazar, les propone premios a cambio de rebajar cierta cantidad de kilos. En la mayoría de los casos, los participantes toman de buena gana los retos y se sienten entusiasmados, positivos y siempre llegan a su meta.
Mi comentario va a lo siguiente: si bien el sobrepeso es un problema al que muchos nos enfrentamos día a día, y que los hábitos alimenticios deben cambiarse, también lo es que es un problema de amor. Según Louise Hay, la persona que engorda es porque tiene miedo. Y mientras no se combata ese miedo, ninguna dieta ni los ejercicios más vigorosos le rendirán resultados. Jon Gabriel también apoya la misma teoría y lo respalda con su propia experiencia personal.
Sin embargo, la gente es dura al criticar. Recientemente un grupo de mujeres talla XL se manifestó en contra de Victoria's Secret por presentar a modelos con cuerpos irreales y no representar a la mujer real, con curvas. Cuando leí los comentarios que los lectores dejaron en la noticia, expresaban frases muy corrientes como "mejor dejen de tragar" o "ponganse a hacer ejercicio en lugar de estar de fodongas". El problema de sobrepeso no se soluciona con provocarse una hambruna (o dejar de tragar, como dicen esos lectores). Se soluciona con una alimentación balanceada y ejercicio, ok, pero también debemos ser conscientes que no todos tenemos la misma complexión, y que habrá mujeres que pesen 60, 70 kilos y no por eso quiere decir que sean obesas solo porque no son talla cero. Asimismo, tiene que ver mucho la aceptación, la autoestima, eliminar esos miedos, tener entusiasmo y pasión por la vida para que las dietas surtan efecto. De lo contrario, seguiremos bajo el esquema de castigo, y eso a la larga, provoca el "rebote".
El otro programa se llama "Reconstrucción Total: Kilo a Kilo". Si bien sigue más o menos la misma mecánica, el enfoque es diferente. El conductor es un entrenador de gimnasio que no grita ni humilla, sino que por el contrario, se involucra y siente empatía con los participantes. Los hace pesarse en básculas industriales, para que ellos se concienticen de su peso. Obviamente esto es una experiencia bastante vergonzosa, sin embargo, el conductor platica con ellos. La mayoría de los participantes son obesos, sí, por lo que comen, pero también por los problemas personales que atraviesan. Muchos de ellos han enfrentado pérdidas de familiares, (padre, madre, hijos) y se refugian en la comida. Otros han enfrentado divorcios. Otros más han pasado por algunas experiencias traumáticas o simplemente tienen carencia de amor. De alguna manera el comer les proporciona consuelo. Sin embargo, este entrenador los reta a adelgazar, les propone premios a cambio de rebajar cierta cantidad de kilos. En la mayoría de los casos, los participantes toman de buena gana los retos y se sienten entusiasmados, positivos y siempre llegan a su meta.
Mi comentario va a lo siguiente: si bien el sobrepeso es un problema al que muchos nos enfrentamos día a día, y que los hábitos alimenticios deben cambiarse, también lo es que es un problema de amor. Según Louise Hay, la persona que engorda es porque tiene miedo. Y mientras no se combata ese miedo, ninguna dieta ni los ejercicios más vigorosos le rendirán resultados. Jon Gabriel también apoya la misma teoría y lo respalda con su propia experiencia personal.
Sin embargo, la gente es dura al criticar. Recientemente un grupo de mujeres talla XL se manifestó en contra de Victoria's Secret por presentar a modelos con cuerpos irreales y no representar a la mujer real, con curvas. Cuando leí los comentarios que los lectores dejaron en la noticia, expresaban frases muy corrientes como "mejor dejen de tragar" o "ponganse a hacer ejercicio en lugar de estar de fodongas". El problema de sobrepeso no se soluciona con provocarse una hambruna (o dejar de tragar, como dicen esos lectores). Se soluciona con una alimentación balanceada y ejercicio, ok, pero también debemos ser conscientes que no todos tenemos la misma complexión, y que habrá mujeres que pesen 60, 70 kilos y no por eso quiere decir que sean obesas solo porque no son talla cero. Asimismo, tiene que ver mucho la aceptación, la autoestima, eliminar esos miedos, tener entusiasmo y pasión por la vida para que las dietas surtan efecto. De lo contrario, seguiremos bajo el esquema de castigo, y eso a la larga, provoca el "rebote".