domingo, 26 de noviembre de 2017

Potro y Karime y el dolor de una No relación

Confieso que un placer culpable es ver Acapulco Shore. Pero lo veo más con ojos de antropóloga que ve humanos encerrados en un hábitat  porque intento descifrar por qué estos individuos son como son.

Independientemente de que los vatos son simios machos borrachos y las viejas son zorras peleoneras borrachas, aquí lo que me causa interés son esos pleitos que tienen las viejas con los vatos en cuestiones del "amor".

Y pongo amor entre comillas porque no sé qué otro sustantivo darle a esas seudo-relaciones que se forman entre ellos, porque no son noviazgos, ya que el noviazgo exige un nivel de compromiso y fidelidad que ni ellos ni ellas están dispuestos a asumir. Tampoco son amantes porque un amorío exige cierta continuidad, o sea, que dure por un periodo prolongado, y ellos tampoco están dispuestos a estar con la misma persona más de tres cogidas.

Sin embargo, se pelean y se celan como si fueran una pareja de verdad. Pero no lo son. Nunca lo son.

La dinámica más o menos va así: la veo, lo veo, nos gustamos, a los cinco minutos nos besamos y fajamos (obviamente alcoholizados para darle más sabor al asunto), nos encueramos y cogemos. Todo en un lapso de unas horas. Al día siguiente hacen como que no pasó nada, pero ellas alardean con las amigas y ellos con los amigos.  En el transcurso del día se topan, platican y bromean, se dan arrumacos y besos.

Después van a un antro, y ahí él empieza a hacer lo mismo... pero con otras viejas. O viceversa, la mujer empieza a fajarse con algún vato desconocido. Y depende quien lo haga primero, si el vato es quien se va con otras viejas, la chava se pone celosa, se emborracha hasta las chanclas y termina peléandose en el antro con el vato, reclamándole celosa "por qué le pone el cuerno". El vato siempre levanta las manos diciendo que él no es nada de ella, que él es libre porque no son novios. La chava se quiere morir de celos. Se sigue alcoholizando hasta vomitar y regresa a la casa destrozando cosas mientras los demás intentan calmarla.

Si la chava es la primera en "poner el cuerno", el chavo hace más o menos lo mismo, se alcoholiza hasta las chanclas, por despecho, le reclama, se hace el digno, y termina buscándose a otra mujer para coger.

Pero al día siguiente, con la cruda moral, ambos se encuentran y no se quieren ni dirigir la palabra. Con un lenguaje soez, la chica se expresa en el confesionario así de él "pinche pendejo de mierda, no vale ni verga, ni crea que le voy a rogar, yo estoy para que me rueguen, pero yo no voy a rogarle al pinche imbécil que nada más la cagó".

El vato, se hace el inocente "pinche vieja loca, por todo la hace de pedo".

Al tercer día, medio arreglan las cosas y vuelven a coger, en reconciliación. Y así se repite más o menos el ciclo a lo largo de toda la temporada.

Y en esta ocasión, toca el turno a los más promiscuos de la casa, que son Potro y Karime. Supongo que todo esto es actuado, pero si no es así, si de verdad así se llevan, pues qué grueso... porque ambos "sufren" porque uno le es infiel al otro. Ella se acuesta con otro vato, el se acuesta son otras viejas... y aún así, se celan como si fueran novios ¡y no lo son!. Ni tampoco quieren serlo. Simplemente en lenguaje primitivo (por no decir infantil), dicen "es que somos amigos y yo valoro mucho tu amistad, wey, y no se vale lo que me estás haciendo".

Esto es lo más complejo de esta seudo-relación que no he podido comprender. Por qué se celan si no son novios y no quieren serlo. Al parecer, esto es egoísmo puro, en el sentido de "yo quiero que me seas fiel y me apapaches y cojamos cuando yo quiera, pero yo no quiero compromisos contigo, yo quiero tener libertad de acostarme con otros(as) cuando me de la gana".

Lo más curioso de todo, es que fuera de la televisión así hay muchas parejas de la vida real. Lo que me hace preguntarme si ahora la moda es una "no-relación". 

viernes, 10 de noviembre de 2017

Estafas literarias. 1era parte.

Cuando eres un escritor novel estás lleno de sueños. Anhelas convertirte en un best-seller, que todo el país (o el mundo) te lea. Pero no tienes la menor idea de cómo convertirte en un escritor. Escribes, eso sí, lo que te nace y sin técnica alguna. Cada escrito tuyo crees que es una obra maestra, que tu libro es el libro que todo el mundo espera leer.

Es este ego el que hace que muchos escritores noveles sean objeto de estafas y engaños. Hoy hablaré del engaño económico.

Resulta que hace dos años, una editorial me contactó. Alguien les pasó mi facebook y me contactaron por ese medio. La editorial (cuyo nombre es de un apellido muy famoso en cuestión de las librerías), me explicó que estaba en búsqueda de nuevos talentos. Así que me pidieron el pdf de mi libro para leerlo. Para ese entonces yo ya tenía mi obra registrada con todas ante la ley, y autopublicada y con ISBN, así que no tuve ningún inconveniente en enviarles el pdf.

Dos días después el hombre que me contactó solicitó hablar conmigo por Skype. Así lo hice. Era un tipo de anteojos, con traje, con aires de intelectual y acento chilango. Me dijo que había leído mi obra en un solo día, y que le habia fascinado, que era una obra espectacular, grandiosa, maravillosa, con mucho potencial y me felicitó diciéndome que ya había pasado a la siguiente etapa. Me sentí como en programa de concursos.

Obviamente se me hizo extraño que todo ocurriera tan rápido. ¿En un día había leído mi obra así como así? ¿Y la aceptaba sin hacerle cambios ni nada? Y además ¿por que esa editorial tenia ese apellido?

Cuando le pregunté sobre la razon social, él sonrió nervioso y dijo algo como "ya te metiste hasta la cocina". me explicó que el dueño era pariente lejano de esa familia de libreros famosos, pero que la editorial estaba legalmente constituida.

Después quedó en enviarme una propuesta literaria, la cual recibí de inmediato. Parecía un machote llenado únicamente con cantidades y mi nombre.

La propuesta iba así: era una editorial de paga. Tenía que pagar 150 mil pesos más iva por un tiraje 3000 libros. Ellos prometían imprimirlo y distribuirlo en las librerías de todo el país. Del costo de venta, la mitad iba para mí, en calidad de reembolso de mi inversión, otro porcentaje iba para la librería, otro para ellos y otro para impuestos.

¿Ganancia? Si la habría, pero solo hasta que yo ya hubiera recuperado los 150 mil pesos invertidos. De ahí en adelante, esa sería mi "ganancia".

Obviamente les dije que no. Y se molestaron. Me preguntaron por qué rechazaba tan grandiosa oportunidad. Les dije que no tenía semejante cantidad de dinero. Que si tanto querían mi libro, pues que se los vendía y  que me pagaran regalías. Ellos dijeron que no manejaban ese esquema.

 Y el tipo dejó de ser amable y labioso, para portarse más enérgico. Intentó convencerme por todos los medios de que si yo no aceptaba, lo iba a lamentar después.

Me mantuve firme en mi decisión. Y ahí terminó la comunicación.

Sin embargo, supe de muchos casos en que escritores incautos si cayeron. Pagaron sumas de 50 mil a 100 mil pesos. Y es fecha que no les han reembolsado nada. Tampoco pueden reclamar, ya que legalmente la librería cumplió con su parte del trato al imprimir tanto libro, que ya no se vendan es otra cosa. Tampoco los pueden demandar porque en primer lugar, no tienen lana para pagar un abogado y en segundo, porque estos tipos de la editorial al parecer tienen palancas en el gobierno, así que las denuncias casualmente se quedan siempre estancadas.

Así que esta es una de las trampas en las que suelen caer los escritores amateur.