Muchos padres de familia se quejan de que los niños de ahora juegan con ipads y celulares. ¿Pero sabías que hubo un tiempo en que los niños jugaban con vidrio soplado, un set de fundición de plomo y con material radiactivo?
No se trata de ninguna broma, estos juguetes realmente existieron, pero tuvieron su razón de ser. Conozcamos al autor detrás de ellos, al sr. Alfred C. Gilbert.
Alfred Gilbert (1884-1961) fue un hombre bastante polifacético. En su juventud fue un deportista de salto en pértiga y un experto prestidigitador. Trabajaba presentando shows de magia para pagar sus colegiaturas en la escuela de Medicina en Yale. Sin embargo, fue además una persona bastante creativa y en uno de sus viajes mientras observaba un conjunto de grúas levantando unas vigas de acero se le ocurrió inventar lo que sería su primer juguete: el Erector. Este juguete consistía en pernos, tornillos, engranes, placas metálicas e incluso pequeños motores para armar diversas estructuras mecánicas. La imaginación era el límite. Tal popularidad gozó este juguete que tan solo en Estados Unidos se vendieron cerca de 30 millones de unidades.
El éxito de Erector lo llevó a fundar su propia empresa, AC Gilbert Company. Pero para esas fechas, en 1917, el país estaba involucrado en la Primera Guerra Mundial y la mayoría de las industrias manufactureras estaban al servicio de la guerra, destinando el acero y otros materiales para la producción de armamento. Tanto fue así que incluso el gobierno consideró proclamar una época de austeridad y prohibir la navidad y convencer a las familias de que destinaran el dinero a comprar bonos de guerra en lugar de comprar juguetes.
En respuesta a ello, Alfred Gilbert se presentó un día ante el Congreso, con varias piezas de Erector y otros juguetes para armar, defendiendo el derecho de los niños al juego. Los Secretarios de Guerra, de la Marina y de Economía mostraron tal interés por esos juguetes armables que terminaron sentándose a jugar y desecharon la propuesta de prohibición, por lo que Gilbert se ganó el título de "El hombre que salvó la navidad".
Posteriormente, y debido al auge de la industria, Gilbert lanzó diversos juguetes entre los que encontramos un set de vidrio soplado. Quizá ustedes se pregunten ¿qué niño querría jugar a soplar vidrio? Bueno, ahora nos parece algo ridículo pero en aquellas épocas eso era un oficio.
También creó el set de fundición de plomo, el cual prometía grandes dosis de diversión creando tus propios soldaditos. Ahorita ese juguete sería algo impensable, pues sabemos que le exposición al plomo fundido produce envenenamiento en la sangre, migrañas e insuficiencia renal, sin mencionar el riesgo a sufrir alguna quemadura, pero recordemos que en la época en la que este juguete fue comercializado no se conocían los peligros de esta sustancia.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la ciencia ya había avanzado y ya se conocía la energía atómica. Así que en pleno apogeo de la guerra fría, Gilbert lanzó al mercado un Laboratorio de Energía Atómica que incluía nada más y nada menos que muestras de uranio, radio y carnotita, una fuente de rayos beta, una fuente de rayos gamma, y un pequeño contador Geiger, para que el niño pudiera analizar cuánta radiación tenía. ¡Qué "divertido"!
Obviamente con el paso del tiempo estos juguetes fueron retirados del mercado por el riesgo que implicaban para los niños.
Gilbert se retiró en 1954 dejando la compañía a su hijo quien después la vendió a un millonario petrolero llamado Jack Wrather, pero ya no tuvo el mismo éxito que su predecesor y la compañía quebró en 1967.
No cabe duda que Gilbert innovó la industria del juguete y si bien no todos de sus juguetes fueron seguros, cabe señalar que él respondió a las necesidades de su época, en donde lo que se buscaba era formar niños interesados en la ingeniería y en la ciencia, así como ahora se busca formar niños en la informática.
Pues recordemos que el juego es una manera en que los niños aprenden a desarrollar habilidades motrices e intelectuales, y eso él lo tenía muy claro, pues una de sus frases fue:
"Las mayores influencias en la vida de un niño son sus juguetes"
Fuentes:
http://kurioso.es/tag/gilbert/
http://www.rinconabstracto.com/2011/12/juguetes-antiguos-increiblemente.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Alfred_Carlton_Gilbert
http://misterios.co/2010/06/08/curiosos-juguetes-con-componentes-radiactivos-de-los-anos-50/
No se trata de ninguna broma, estos juguetes realmente existieron, pero tuvieron su razón de ser. Conozcamos al autor detrás de ellos, al sr. Alfred C. Gilbert.
Alfred Gilbert (1884-1961) fue un hombre bastante polifacético. En su juventud fue un deportista de salto en pértiga y un experto prestidigitador. Trabajaba presentando shows de magia para pagar sus colegiaturas en la escuela de Medicina en Yale. Sin embargo, fue además una persona bastante creativa y en uno de sus viajes mientras observaba un conjunto de grúas levantando unas vigas de acero se le ocurrió inventar lo que sería su primer juguete: el Erector. Este juguete consistía en pernos, tornillos, engranes, placas metálicas e incluso pequeños motores para armar diversas estructuras mecánicas. La imaginación era el límite. Tal popularidad gozó este juguete que tan solo en Estados Unidos se vendieron cerca de 30 millones de unidades.
El éxito de Erector lo llevó a fundar su propia empresa, AC Gilbert Company. Pero para esas fechas, en 1917, el país estaba involucrado en la Primera Guerra Mundial y la mayoría de las industrias manufactureras estaban al servicio de la guerra, destinando el acero y otros materiales para la producción de armamento. Tanto fue así que incluso el gobierno consideró proclamar una época de austeridad y prohibir la navidad y convencer a las familias de que destinaran el dinero a comprar bonos de guerra en lugar de comprar juguetes.
En respuesta a ello, Alfred Gilbert se presentó un día ante el Congreso, con varias piezas de Erector y otros juguetes para armar, defendiendo el derecho de los niños al juego. Los Secretarios de Guerra, de la Marina y de Economía mostraron tal interés por esos juguetes armables que terminaron sentándose a jugar y desecharon la propuesta de prohibición, por lo que Gilbert se ganó el título de "El hombre que salvó la navidad".
Posteriormente, y debido al auge de la industria, Gilbert lanzó diversos juguetes entre los que encontramos un set de vidrio soplado. Quizá ustedes se pregunten ¿qué niño querría jugar a soplar vidrio? Bueno, ahora nos parece algo ridículo pero en aquellas épocas eso era un oficio.
También creó el set de fundición de plomo, el cual prometía grandes dosis de diversión creando tus propios soldaditos. Ahorita ese juguete sería algo impensable, pues sabemos que le exposición al plomo fundido produce envenenamiento en la sangre, migrañas e insuficiencia renal, sin mencionar el riesgo a sufrir alguna quemadura, pero recordemos que en la época en la que este juguete fue comercializado no se conocían los peligros de esta sustancia.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la ciencia ya había avanzado y ya se conocía la energía atómica. Así que en pleno apogeo de la guerra fría, Gilbert lanzó al mercado un Laboratorio de Energía Atómica que incluía nada más y nada menos que muestras de uranio, radio y carnotita, una fuente de rayos beta, una fuente de rayos gamma, y un pequeño contador Geiger, para que el niño pudiera analizar cuánta radiación tenía. ¡Qué "divertido"!
Obviamente con el paso del tiempo estos juguetes fueron retirados del mercado por el riesgo que implicaban para los niños.
Gilbert se retiró en 1954 dejando la compañía a su hijo quien después la vendió a un millonario petrolero llamado Jack Wrather, pero ya no tuvo el mismo éxito que su predecesor y la compañía quebró en 1967.
No cabe duda que Gilbert innovó la industria del juguete y si bien no todos de sus juguetes fueron seguros, cabe señalar que él respondió a las necesidades de su época, en donde lo que se buscaba era formar niños interesados en la ingeniería y en la ciencia, así como ahora se busca formar niños en la informática.
Pues recordemos que el juego es una manera en que los niños aprenden a desarrollar habilidades motrices e intelectuales, y eso él lo tenía muy claro, pues una de sus frases fue:
"Las mayores influencias en la vida de un niño son sus juguetes"
Fuentes:
http://kurioso.es/tag/gilbert/
http://www.rinconabstracto.com/2011/12/juguetes-antiguos-increiblemente.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Alfred_Carlton_Gilbert
http://misterios.co/2010/06/08/curiosos-juguetes-con-componentes-radiactivos-de-los-anos-50/