jueves, 15 de diciembre de 2016

Club de cuervos

El fin de semana me aventé un maratón de la segunda temporada de Club de Cuervos, serie mexicana que se transmite por Netflix.

Y aunque yo no soy fanática del fútbol, la serie me atrapó desde el principio por los tejes y manejes que se hacen en esta industria, fuera de cancha, así como por el humor mexicano (aunque el guión a veces peca de ser demasiado lépero y grotesco).

Ya en la primera temporada fuimos testigos de cómo el par de hermanos, conformados por Isabel y Salvador (Chava) Iglesias heredaron el club de fútbol de su padre. Desde el principio vimos algo que es muy común en las familias mexicanas, el pleito por la herencia y sobre quién va a quedar a cargo.

Vimos cómo Chava, el hijo irresponsable, arrogante y superficial es designado por el comité para ser Presidente del Club de Fútbol, no obstante que es un perfecto incompetente que no sabe absolutamente nada de fútbol. La designación se dio por la simple razón de que era el varón de la familia.

Como todo un junior, vimos derrochar la fortuna familiar, llevando al equipo a muchos conflictos que terminaron por caer en segunda división. Aunque a veces parecía cliché del típico niño rico fresa, Chava Iglesias es un ejemplo de lo que sucede en algunas empresas donde los hijos heredan el negocio familiar sin saberlo manejar. Chava Iglesias está más preocupado por sus seguidores de Twitter que por las finanzas del negocio, y es su hermana la que se jala los pelos cada vez que tiene que resolver alguna trastada que hizo su hermanito.

En la segunda temporada, vemos a Isabel Iglesias asumir el control, apoyada por Mariluz (la joven amante de su papá y madre de un hijo de éste).

A continuación hablaré sobre esta segunda temporada así que ALERTA DE SPOILERS.... si no la han visto y desean verla, no continúen leyendo el post. Pero si ya la vieron, sigan conmigo.

Isabel Iglesias y Mariluz son dos mujeres muy diferentes entre sí, pero ambas enfrentan la misma problemática. Son mujeres de negocios en un mundo dominado por hombres. Las armas que ella utilizan para hacerse valer son diferentes. Isabel apela a la competitividad y a la inteligencia. Mariluz apela a su sensualidad y juventud.

Para muchos televidentes, ambos personajes son detestables. Para mí en cambio no lo son. Si Isabel y Mariluz fueran hombres, sus acciones no serían consideradas odiosas, sino más bien sería lo normal. Pero como se trata de mujeres causa más molestia. Vemos a una Isabel aguerrida, que impone, que no se doblega ante las circunstacias, que rechaza el rol de madre sin tener remordimientos por ello. ¿Es acaso malvada por defenderse de las maniobras maquiavélicas de su hermano? No lo creo.

Mariluz por su parte utiliza la única arma que tiene a su favor para conseguir también sus objetivos: su cuerpo. Se sabe deseada por los hombres y lo aprovecha. Aparenta ser la típica mujercita tonta pero en el fondo es más inteligente de lo que parece. Y lo hace para sobrevivir, para tener algo con qué vivir ella y su hijo. ¿Se le puede culpar por ello?

Aunque aparentemente parecen las villanas del cuento, por querer manejar la fortuna de los Iglesias, en el fondo no son ni buenas ni malas. Simplemente hacen lo que está en sus manos para hacer valer su voz y su voto.

El que sí me parece un personaje detestable es Chava Iglesias, por su ego, porque no le importa despilfarrar la fortuna con tal de mantener su imagen, porque pisotea los derechos de su hermana por celos al ver que ella hace mejor las cosas que él. Al mismo tiempo, Chava es una especie de antihéroe trágico, pues él se convierte en una víctima de sí mismo, pensando que los demás tienen la culpa de su desgracia.

La única virtud que le reconozco a Chava Iglesias es ese don de gentes para atraer inversionistas y fanáticos. Un don que él no sabe aprovechar porque está más ocupado en joder a su hermana.

La segunda temporada termina con una alianza entre ambos hermanos. Falta ver cómo se llevan juntos. Al final, como dice el dicho, cría cuervos y te sacarán los ojos. No sabemos si estos hermanos terminarán por lograr que el club de fútbol despegue y se vuelva algo grande, o si terminarán masacrándose entre ellos hasta sacarse los ojos.

Como comentario final, muy bien lograda esta serie mexicana. Ojalá sigan sacando más producciones como ésta, aunque me gustaría que le bajaran un poquito al lenguaje soez que manejan.