viernes, 12 de octubre de 2012

Limpieza

Hoy dejemos a un lado los problemas mundanos- laborales. Les voy a platicar otra cosa.

El otro día me puse a hacer una limpia de papeles y cosas que tengo. Uno de mis defectos es ser muy desordenada, y que tengo la mala costumbre de anotar teléfonos, citas, ideas, recados, en papelitos, que luego voy acumulando, hasta que llega un momento en que ya no sé que hacer con tanto papel. En mi época de estudiante era peor, pues con todas las copias que sacaba terminaba con cajas llenas de papeles y apuntes. Otra cosa es que compro libros, que termino de leer, y luego se quedan ahí, apilados. Y no es que tenga demasiados libros, pero con el paso de los años, entre los libros de la universidad y los que uno compra por placer, se hace casi una pared. A eso, podemos sumarle todos mis borradores de escritos. La computadora la tengo desde hace poco, pero antes de eso, yo era de la escuela antigua, de la que escribía en libretas, que tengo en otra caja.

Sé que uno no debe apegarse a las cosas materiales, pero es difícil decidir que tirar a la basura y qué conservar. ¿No les ha sucedido que apenas tiran algo, al día siguente lo necesitan? O que todo estaba desordenado sobre el escritorio, pero lo limpias y organizas, y se te olvida dónde guardaste ese papel o ese objeto que antes tenías a la vista.

Bueno, así me sucede a mí. Si viniera el programa "Cada cosa en su lugar" dejaría que cambiaran todo el mobiliario, la pintura de las paredes, es más, lo que quieran. Pero en cuestión de papeles y libros, ahí si batallaría.


Al menos, no me considero "acumuladora compulsiva". He pensado seriamente en comprarme un ipad o un kindle para leer a partir de ahora libros electrónicos, pero mi generación es muy reacia a esa transición. Todavía seguimos gozando del placer de abrir un libro, y aspirar su olor a nuevo, hojearlo tranquilamente sin necesidad de conectarlo a una fuente de luz o con baterías. Pero también lo es que no puedo seguir acumulando libros porque luego no sé donde guardarlos.

Lástima que no hay un buen sistema de bibliotecas con préstamo a domicilio. Eso sí me sería bastante útil. Pero volviendo al tema de la limpieza, cada que estoy organizando pienso "si me cambiara de casa hoy ¿me llevaría esto?" Si la respuesta es sí, lo conservo. Si no, lo tiro. Ahí llevo el 50% de la limpieza. Todavía falta mucho, mucho más.

Creo que necesito una organizadora profesional.