martes, 5 de septiembre de 2023

El fin de una era

 Ultimamente me cuesta mucho aceptar los cambios. Creo que eso es algo que se vuelve más común a medida que envejecemos.  Nos acostumbramos a las rutinas, a las personas, a los lugares, que cuando estos cambian o desaparecen, sentimos un poquito de nostalgia. 

Cerca de mi casa, había un puesto de hamburguesas al carbón, muy sabrosas y de estilo casero. El lugar tenía casi treinta años, primero fue atendido por un señor y después por su hijo. 

Yo solía comprar hamburguesas ahí, al menos una o dos veces al mes, los fines de semana. Los precios eran económicos y el sabor muy bueno. 

Resulta que este fin de semana anunciaron el cierre. Se despidieron de los vecinos y de obsequio de despedida regalaron donas. 

Yo alcancé a comprar el último día, y sentí un poco de nostalgia saber que ya no volvería a probar estas hamburguesas tan ricas. Que esta era la última vez. 

Y es que como el negocio tenía tantos años, es inevitable asociarlo también con mi propia infancia y adolescencia. El pasar por ahí, de noche, y ver el humo del asador y oler el aroma de la carne.

Este año ha sido un año de cambios y algunas pérdidas. 

Espero que el siguiente cambio no se trate de algo que se vaya, sino de algo bonito que llegue.