Cuando hablamos de escritores, nos imaginamos a tipos bohemios, sentados frente a una máquina de escribir (o una computadora, en estos tiempos modernos) con su cigarro o una bebida en la mano esperando la inspiración de las musas para crear sus obras maestras; conviviendo en tertulias con sus semejantes, alejados del mundo real.
Mariana Hernández, mejor conocida como Mariana H, se adentra en este universo para encontrar a los escritores actuales en México y responder a la pregunta ¿qué tanto se acerca el cliché del escritor a la realidad? ¿De verdad son así como los imaginamos? ¿O son seres iguales a nosotros, que aman, sufren y viven los mismos problemas que los simples mortales?
Con un estilo conciso, pícaro y sagaz, propio de su profesión como periodista, Mariana lleva a los escritores fuera de su hábitat natural, los invita a restaurantes y bares, y entre bebidas y comidas que van desde los mariscos hasta las enchiladas puercas, desvela los secretos de 21 escritores, 16 hombres y 5 mujeres, todos ellos nacidos a finales de los 70’s y mediados de los 80’s.
Entre la charla casual, va revelando aspectos interesantes de sus vidas. Cómo descubrieron que querían dedicarse a las letras es una pregunta obligada, pero también los hace hablar sobre su familia, su concepto del amor y la religión, las peripecias que sufrieron para lograr publicar sus obras u obtener becas y premios y cómo se llevan con otros escritores. Sus neurosis personales y sus sustancias favoritas son secretos que también nos revelarán en esta serie de entrevistas. La selección de los títulos de cada una de ellas es acertada e ingeniosa, ya que toma una frase de ellos para definirlos.
Vemos cómo cada escritor es un personaje con una vida digna de ser plasmada en una novela. Ya sea del norte, del sur o del centro, cada uno tiene una visión particular de la vida, y al mismo tiempo, tienen puntos en común, como su percepción acerca de la violencia en México, el narcotráfico, la corrupción, el desencanto de pertenecer a una generación que en su niñez vivió la promesa del gobierno salinista de que México se convertiría en un país de primer mundo, y en cambio no sólo les ha tocado ver crisis económicas sino también el repunte de la delincuencia organizada, provocada en gran medida por el gobierno calderonista quien declaró una guerra absurda contra el narco que cobró la vida de miles de víctimas y cuyos asesinatos quedaron totalmente impunes.
Cada uno, desde su trinchera, habla de la realidad que acontece en nuestro país, ya sea como una radiografía social o como un retrato íntimo.
Pero no todo es tan desolador como aparenta ser. Todos estos escritores a través de sus obras, conservan un dejo de esperanza, de deseo de que las generaciones venideras cambien este panorama y la literatura es su arma para concientizar y denunciar.
Las relaciones humanas y el amor de pareja, es otro tema que Mariana aborda en su obra. En esta muestra de escritores, todos entre 30 y 40 años (o como ella misma dice, más o menos jóvenes), coinciden en que el amor, tal como lo percibían nuestros padres y abuelos ya no es el mismo. Las relaciones de pareja ya no duran para siempre, el matrimonio ya no es “hasta que la muerte los separe”, sino que tratan de vivir el amor de una manera libre, que fluya naturalmente. Y si este amor se acaba, darle vuelta a la página y continuar con la vida.
La paternidad es otro punto que Mariana cuestiona de manera directa. No hay común denominador, ya que algunos la asumen con alegría, otros como que ya no les quedó de otra porque los hijos llegaron de chiripa, y otros más prefieren posponerlo hasta otro momento, pues consideran que no hay prisa ni obligación para cumplir con cánones sociales.
Lo mismo ocurre con la religión. Mientras que algunos han tenido experiencias espirituales, otros han optado por renunciar a la idea de un Dios justiciero y castigador y crean una nueva relación con éste, alejada de los rituales religiosos.
Pero quizá lo más interesante es cómo se vive en este mundillo de letras, en este pequeño universo literario que pocos conocen. Si es verdad que existen rivalidades entre escritores, si existe la grilla o si por el contrario, se alegran por el triunfo de otro. ¿Qué tan cierto es esto? Pues tendrán que leer la obra de Mariana si quieren encontrar la respuesta.
Porque aunque cada escritor sea diferente y tenga su propio bagaje emocional y literario, en el fondo comparten el anhelo de que su obra sea leída, y el reto de ser conocidos en un país donde el nivel de lectura es muy bajo. Lo acepten o no, forman parte de una generación, que tal vez ahorita no tenga un nombre propio, como la generación del crack, pero que definitivamente es una muestra de lo que se vive en esta década. El tiempo será el encargado de darles un nombre que los defina como tal.
Son veintiún conversaciones, 21 escritores, y una periodista, quien también nos deja ver su personalidad con comentarios perspicaces, agudos y amenos que describen sus propias sensaciones y su propio sentido del humor. Nos hace un recorrido gastronómico por restaurantes, marisquerías y cantinas. Saboreamos comida libanesa, japonesa, argentina, mexicana y nos tomamos un trago de vino, cerveza, mezcal y tequila. Por si esto no fuera suficiente, nos dice además qué música se está escuchando en ese momento como si fuera el soundtrack de una película (no podía dejar de hacerlo, ya que ese es su mero mole). Nos describe la escena a detalle, para que nosotros también formemos parte de la sobremesa. Más que una entrevista, es una charla entre amigos.
Los invito a leer la obra de Mariana Hernández, “Neurosis, Sustancias y Literatura. 21 conversaciones con escritores más o menos jóvenes”.
Mariana Hernández, mejor conocida como Mariana H, se adentra en este universo para encontrar a los escritores actuales en México y responder a la pregunta ¿qué tanto se acerca el cliché del escritor a la realidad? ¿De verdad son así como los imaginamos? ¿O son seres iguales a nosotros, que aman, sufren y viven los mismos problemas que los simples mortales?
Con un estilo conciso, pícaro y sagaz, propio de su profesión como periodista, Mariana lleva a los escritores fuera de su hábitat natural, los invita a restaurantes y bares, y entre bebidas y comidas que van desde los mariscos hasta las enchiladas puercas, desvela los secretos de 21 escritores, 16 hombres y 5 mujeres, todos ellos nacidos a finales de los 70’s y mediados de los 80’s.
Entre la charla casual, va revelando aspectos interesantes de sus vidas. Cómo descubrieron que querían dedicarse a las letras es una pregunta obligada, pero también los hace hablar sobre su familia, su concepto del amor y la religión, las peripecias que sufrieron para lograr publicar sus obras u obtener becas y premios y cómo se llevan con otros escritores. Sus neurosis personales y sus sustancias favoritas son secretos que también nos revelarán en esta serie de entrevistas. La selección de los títulos de cada una de ellas es acertada e ingeniosa, ya que toma una frase de ellos para definirlos.
Vemos cómo cada escritor es un personaje con una vida digna de ser plasmada en una novela. Ya sea del norte, del sur o del centro, cada uno tiene una visión particular de la vida, y al mismo tiempo, tienen puntos en común, como su percepción acerca de la violencia en México, el narcotráfico, la corrupción, el desencanto de pertenecer a una generación que en su niñez vivió la promesa del gobierno salinista de que México se convertiría en un país de primer mundo, y en cambio no sólo les ha tocado ver crisis económicas sino también el repunte de la delincuencia organizada, provocada en gran medida por el gobierno calderonista quien declaró una guerra absurda contra el narco que cobró la vida de miles de víctimas y cuyos asesinatos quedaron totalmente impunes.
Cada uno, desde su trinchera, habla de la realidad que acontece en nuestro país, ya sea como una radiografía social o como un retrato íntimo.
Pero no todo es tan desolador como aparenta ser. Todos estos escritores a través de sus obras, conservan un dejo de esperanza, de deseo de que las generaciones venideras cambien este panorama y la literatura es su arma para concientizar y denunciar.
Las relaciones humanas y el amor de pareja, es otro tema que Mariana aborda en su obra. En esta muestra de escritores, todos entre 30 y 40 años (o como ella misma dice, más o menos jóvenes), coinciden en que el amor, tal como lo percibían nuestros padres y abuelos ya no es el mismo. Las relaciones de pareja ya no duran para siempre, el matrimonio ya no es “hasta que la muerte los separe”, sino que tratan de vivir el amor de una manera libre, que fluya naturalmente. Y si este amor se acaba, darle vuelta a la página y continuar con la vida.
La paternidad es otro punto que Mariana cuestiona de manera directa. No hay común denominador, ya que algunos la asumen con alegría, otros como que ya no les quedó de otra porque los hijos llegaron de chiripa, y otros más prefieren posponerlo hasta otro momento, pues consideran que no hay prisa ni obligación para cumplir con cánones sociales.
Lo mismo ocurre con la religión. Mientras que algunos han tenido experiencias espirituales, otros han optado por renunciar a la idea de un Dios justiciero y castigador y crean una nueva relación con éste, alejada de los rituales religiosos.
Pero quizá lo más interesante es cómo se vive en este mundillo de letras, en este pequeño universo literario que pocos conocen. Si es verdad que existen rivalidades entre escritores, si existe la grilla o si por el contrario, se alegran por el triunfo de otro. ¿Qué tan cierto es esto? Pues tendrán que leer la obra de Mariana si quieren encontrar la respuesta.
Porque aunque cada escritor sea diferente y tenga su propio bagaje emocional y literario, en el fondo comparten el anhelo de que su obra sea leída, y el reto de ser conocidos en un país donde el nivel de lectura es muy bajo. Lo acepten o no, forman parte de una generación, que tal vez ahorita no tenga un nombre propio, como la generación del crack, pero que definitivamente es una muestra de lo que se vive en esta década. El tiempo será el encargado de darles un nombre que los defina como tal.
Son veintiún conversaciones, 21 escritores, y una periodista, quien también nos deja ver su personalidad con comentarios perspicaces, agudos y amenos que describen sus propias sensaciones y su propio sentido del humor. Nos hace un recorrido gastronómico por restaurantes, marisquerías y cantinas. Saboreamos comida libanesa, japonesa, argentina, mexicana y nos tomamos un trago de vino, cerveza, mezcal y tequila. Por si esto no fuera suficiente, nos dice además qué música se está escuchando en ese momento como si fuera el soundtrack de una película (no podía dejar de hacerlo, ya que ese es su mero mole). Nos describe la escena a detalle, para que nosotros también formemos parte de la sobremesa. Más que una entrevista, es una charla entre amigos.
Los invito a leer la obra de Mariana Hernández, “Neurosis, Sustancias y Literatura. 21 conversaciones con escritores más o menos jóvenes”.