miércoles, 15 de febrero de 2012

Los hombres que no amaban a las mujeres (La chica del dragón tatuado)



Debo confesar que le sacaba la vuelta a ver esta película. Hace algunos años se estrenó en México la versión sueca, y no me atreví a verla, porque no me gusta ver películas donde aparezcan escenas de violación.

Sin embargo, la cinta recibió muy buenas críticas, así que cuando se estrenó la versión estadounidense me animé a verla. Sí, está fuerte, por la temática y por la escena que les menciono. Después vi la versión sueca, también muy recomendable.

Cabe destacar que en ambas versiones las actuaciones de los personajes, que están muy buenas, habría que conocer un poco del contexto de esta historia.

El autor de estas novelas es un periodista sueco llamado Stieg Larsson, que falleció justo después de terminar de escribir la tercera parte. Sus novelas se convirtieron en un best seller.

La historia es oscura. Empieza con la desaparición de una joven millonaria hace cuarenta años, y ahí es donde intervienen dos periodistas, un reportero y una hacker, a resolver el misterio que la policía no pudo. Es una historia de suspenso que te atrapa de principio a fin.

Aquí cabría mencionar al personaje protagónico femenino, Lisbeth Salander. Una mujer darketa, con un pasado muy turbio, y una personalidad fuerte. Lisbeth rompe todos los estereotipos de una heroína. No es bonita, ni siquiera tiene chiches ni pompas, no es simpática, y tiene una personalidad muy oscura. Sin embargo, se lleva la película, porque Lisbeth le hace justicia a las mujeres. Es bien cabrona, no se deja de nadie, ni siquiera del hombre que la viola. Nomás deberían ver cómo cobra venganza la mujer. Te quedas sin habla.

Pero el personaje tiene su razón de ser.

Cuando Stieg Larsson tenía 14 años, un día fue de campamento con unos amigos. Lamentablemente, le tocó presenciar cómo ellos violaban a una chica. Días después se la encontró en la calle, y se acercó a ella para pedirle perdón por no haber hecho nada para evitar que la violaran, pero ella lo rechazó. Desde entonces el autor se sintió culpable, y se convirtió en un feminista. Este personaje de Lisbeth Salander, viene de alguna manera, a hacerle justicia y de paso, a reivindicar a las mujeres, y darles el valor que se merecen.

Tanto la versión sueca como la americana están buenas. Ambas cuentan con sólidas actuaciones. Las chavas que interpretan cada una por su lado el papel de Lisbeth lo hacen muy bien, cada una a su estilo.

Chéquenla.