martes, 16 de octubre de 2018

Reseña serie: Pacientes

Ahorita está muy de moda ver series por Netflix, especialmente series gringas, porque brillan por lo ingenioso de sus argumentos. México ha intentado hacer lo mismo, pero recurre siempre a los clichés, se enfoca en contar historias de gente de la clase alta, pero con situaciones léperas y lenguaje vulgar.

Sin embargo, existen series mexicanas muy buenas, que no están en Netflix, pero que tienen argumentos bastante interesantes.

Hoy les voy a contar sobre la serie "Pacientes" producida hace algunos años por Canal Once.

"Pacientes" aborda el día a día de un grupo de 5 personas que toman terapia grupal con un psicólogo. En cada capítulo se explora una historia de cada paciente. Tenemos a Corina, la adolescente que intentó suicidarse; a Álvaro, un hombre tímido y con baja autoestima; a María, una mujer agresiva y mentirosa compulsiva; a Rogelio, un tipo que sufre depresión después de enviudar y quedarse a cargo de una hija pequeña; y a Amanda, una mujer mayor que se niega a aceptar que ya no es joven. Todos estos son atendidos y escuchados por Marco, el terapeuta, quien después vemos que tiene sus propios problemas personales y que no los afronta por sí mismo, sino que se aísla de la gente.

Tal como nos muestra el intro de la serie, donde se proyectan varios objetos rotos (tazas de café, lápices, canicas, llaves...) así son los protagonistas de esta serie. Persona rotas, pero que aparentemente funcionan en la sociedad.

La serie consta de dos temporadas. He de decir que de las dos, la primera me parece mejor. Pero vale la pena echárselas para ver el desenlace de cada personaje y cómo superaron sus problemas.

Si la quieren ver, está disponible en YouTube. Veanla toda, antes de que la quiten, ya ven que de repente por cuestiones de derechos de autor borran ciertos programas.



lunes, 15 de octubre de 2018

¿Los youtubers son mejores escritores que los blogueros?

Hola lectores blogueros. Por quinta vez consecutiva estoy en la feria del libro Monterrey (yeiii).  Y con libro nuevo (yeiii). Es el de "Ojos sabor a menta".

También tengo "El vendedor de abrazos", "El príncipe bufón", y "Seres Nocturnos".

Este año, como siempre, me encuentro con que los youtubers son mas famosos que los propios escritores. Y estos youtubers generalmente no son personas que hayan tomado talleres literarios, son simplemente pubertos que tenian un canal de youtube donde decían lo que se les venía a la mente, y se hicieron tan famosos que las editoriales se les acercaron para ofrecerles publicar libros.

:/

Yo no soy youtuber, y la verdad, a mis años no creo que me convierta en una youtuber muy popular que digamos, ya que estoy fuera del rango de la chamacada.... (uta, esa ultima palabra me hizo sonar como abuelita).

Cuando yo era joven, lo que estaba en auge eran los blogs. De hecho llevo más de diez años en el mundo de los blogs. Y yo pensaba ilusamente, que de tanto escribir en un blog, alguna editorial se acercaría a mí, con contrato en la mano, para decirme "por favor, firme aqui y la haremos famosa".

Pero no, no fue así. Los que se hicieron famosos fueron los que andan por Youtube. hablando de cualquier sonsera, pero con gritos chillones "hola hola hola mis amores!!!" Y deja tú.... hasta les dieron un título bien bonito: Influencers.

Pero bueno, no sé ustedes qué consideren, si los youtubers son los próximos Gabriel García Márquez o Isabel Allende del mundo literario. ¿O que opinan?

Pero ya, en buen plan. Denle oportunidad a una bloguera (o sea, a mi). A mí me gusta mucho escribir, eso ya lo saben, y me encantaría que me apoyaran comprando mis libros, no están tan caros, y están hechos con mucho amor.

Ahí los espero en el stand 132 de EICAM en el pasillo 1. 

miércoles, 10 de octubre de 2018

Miss Universo

Ahorita está la polémica de que varias misses no están de acuerdo con que hombres trans participen en el concurso de Miss Universo. Dicen que este concurso es para mujeres que han nacido mujeres.

No voy a entrar en la polémica de los derechos de los trans, gays, etc. ya que mi postura es muy conservadora y habrá mucha gente que no estará de acuerdo con mi punto de vista, así que sobre este tema me guardo mis comentarios.

Lo que quiero opinar es que no deberían existir los concursos de belleza. Es más, hace mucho que debieron haberse eliminado. A diferencia de las misses, yo no los considero como una plataforma para hacer valer los derechos de las mujeres, al contrario. Esos concursos solamente sirven para poner a la mujer en el papel de "muñeca bonita".

Para empezar, existen muchos filtros para encontrar lo que los jueces consideran "bonita". Tiene que tener cierta estatura, cierto peso, estar en cierto rango de edad, no tener hijos. Y además de todo eso, aunque no lo admitan, solo escogen a las bonitas. No nos hagamos mensos.

Las pruebas de las misses rayan en la frivolidad y superficialidad. Tienen que desfilar en traje de noche y traje de baño. Entaconadas, bien maquilladas y peinadas. Sí, tienen una sección de preguntas y respuestas, pero casi siempre esta sección sirve para poner en evidencia la ignorancia de las participantes. Abundan videos en la red de misses que dicen tonterías cuando no saben qué responder a preguntas sobre temas políticos, económicos, sociales y culturales. Las más avispadas, sólo responden lo que se aprendieron de memoria.

Así que, como plataforma para hacer valer los derechos de las mujeres, pues no tanto. No exageren.

Las verdaderas plataformas son aquellos concursos donde se premia el conocimiento, no la belleza. O en la política, el arte, las ciencias. Esos sí son escenarios donde la mujer puede alzar la voz y manifestar su punto de vista. Pero obviamente, estos escenarios son poco conocidos y poco valorados. Además de que en estos, abunda la presencia masculina. Todavía son pocas las mujeres que se dedican a la política o las ciencias.

Es ahí donde se necesitan a las mujeres. No en los concursos de belleza. 

lunes, 8 de octubre de 2018

Los hombres no entienden de acoso

En esta semana me ha tocado hablar con hombres, amigos míos, y sin querer sale a flote el tema del acoso sexual hacia las mujeres.

Ambos son personas educadas, preparadas en sus respectivas profesiones. Sin embargo, en los dos casos ambos me dijeron que sienten que las mujeres tenemos una doble moral.

Esto es porque dicen que si el hombre es feo o pobre y le dice a la mujer un piropo, la mujer sentirá que la están acosando. Pero si es guapo o rico, la mujer se siente halagada.

Para mí es difícil explicarles la diferencia, porque nunca lo entenderán.

Desde que empecé la pubertad, yo empecé a sentir de repente en la calle miradas incómodas, de hombres que a mí me parecían peligrosos. Tipos feos en el camión, albañiles que me chiflaban en la calle, taxistas que pitaban el claxon y decían alguna cosa soez. Incluso también, ya de adulta, en el trabajo nunca falta el compañero que te desnuda con la mirada.

Los hombres nunca entenderán que nosotras sentimos una mala vibra, que no nos están mirando como una persona, sino como un pedazo de carne a quien desvestir. Nos sentimos vulnerables, en peligro.

Sí, de repente alguien que te gusta también te puede lanzar un piropo. Pero en esos casos, nosotras sentimos que podemos tener la situación bajo control. A lo mejor el tipo en cuestión no nos parece tan amenazador.

No tiene nada que ver con que el tipo sea guapo o adinerado. Tiene que ver con que ciertas personas no nos parecen peligrosas.

Y sí, la imagen influye. Por ejemplo, nos puede parecer amenazador un taxista diciendo leperadas, pero no nos puede parecer amenazador un licenciado adinerado diciendo un piropo.

O para que me entiendan mejor... sí tú vas caminando por la calle, y ves a un tipo con finta de pandillero, inmediatamente asumes que te puede robar la cartera. Pero si conoces a un vendedor trajeado que te habla con labia, carismático, confías en él, sin saber que se trata de un estafador que ha robado miles de pesos. ¿Por qué con el primero eres más precavido pero con el segundo no? Por la imagen.

Ojo, no quiero decir que los guapos y ricos sean blancas palomas, para nada. Sé que hay casos donde éstos resultan ser peligrosos depredadores sexuales. Sin embargo, para las mujeres en estos casos es más difícil detectarlos, porque se nos ha educado desde la infancia a casarnos con alguien guapo y rico, "de buenas familias".

Por eso es muy importante educar a nuestras niñas en que si un comentario les parece incómodo, venga de quien venga, no le sigan el juego.

Volviendo al tema, ambos amigos me dijeron que según la lógica actual, por el hecho de ser hombres son acosadores. Porque ya no pueden decirle un piropo a una mujer sin que ella los tache de acosadores.

En primer lugar, una siente cuando un piropo tiene doble sentido.

En segundo lugar, si la mujer, aún a pesar que el piropo se le dijo en buen plan, se siente amenazada, no sabes tú qué experiencias tuvo en el pasado. A lo mejor fue atacada sexualmente, a lo mejor en algún momento alguien se propasó con ella y por eso anda paranoica.  Tú no sabes, no puedes juzgarla a la ligera y mucho menos puedes generalizar.

Si quieren abordar a una mujer, en buen plan, no digan piropos hasta que ya haya un buen tiempo de amistad. Si quieren sacarle platica a una desconocida, basta un buenos días, hablar de temas como el clima o alguna noticia. No le digas de inmediato qué guapa está o qué bonita se le ve esa falda.

Las mujeres todavía queremos ser conquistadas por los hombres y todavía nos emocionamos con las palabras bonitas y los halagos. Pero todo a su tiempo. Primero amistad, luego amor.