martes, 16 de octubre de 2012

Jornadas flexibles

Hace algún tiempo, mientras manejaba en la madrugada para ir a mi trabajo, un locutor hizo un comentario de broma. Que sería ideal que los solteros trabajáramos de noche, y durmiéramos de día, y que los casados trabajaran de día. La razón era, para evitarnos los congestionamientos viales que se ocasionan porque todos entramos a la misma hora, que los solteros vamos todos crudos al manejar, y que los que son casados, van con los niños a repartirlos en las escuelas, y eso entorpece más la vialidad.

El comentario lo dijo en broma, pero me quedé pensando que tal vez, tenía algo de sentido. ¿Por qué no se le da al empleado la opción de elegir su horario de trabajo? Que el mismo empleado elija su horario de entrada y salida, siempre y cuando cumpla con la jornada laboral.

Sin embargo, desconozco si una medida así sea viable. Por lo menos aquí en México, se busca que se cumpla con un horario establecido a rajatabla, lo que a veces provoca que si el cliente, por ejemplo, por cuestiones de su propio trabajo no pudo venir al negocio sino hasta en la tarde, encuentra las puertas cerradas y tiene que pedir permiso para faltar a su trabajo y regresar en horarios de oficina. Cuántas veces hemos batallado para ir al banco, o a una oficina de gobierno a hacer un trámite, porque nuestro horario de oficina se empalma y hay que cumplir primero con el trabajo.

En fin, quizá la idea nos parezca un tanto bizarra, porque nosotros ya no somos dueños de nuestro tiempo.

¿Qué opinan ustedes?