jueves, 31 de octubre de 2019

¡Noche de brujas, halloween!

Aquí en Monterrey así gritan los niños en esta fecha. ¡Noche de brujas, Halloween! Se detienen en la puerta, tocan el timbre varias veces y gritan "¡Halloween! ¡Halloween!", y cuando ya reciben su dulce, se van a otra vez por la calle cantando "¡Noche de brujas, Halloween! ¡Noche de brujas, Halloween!"

Mientras que en el resto del país los niños piden dulces de otra manera. "¿Me da mi calaverita?"

Yo me vine enterando de esto hace poco, hace como 8 años, jaja. Y todo porque durante un viaje que hice a México y Puebla, precisamente entre el 31 de Octubre y el 2 de Noviembre, estaba una noche sentada en una banca en la plaza municipal de Puebla, y unos niños disfrazados de muerte catrina y diablito me pidieron eso, que si les daba su calaverita. Yo, regia ignorante que pocas veces he salido fuera de mi rancho, al principio no entendía a que se referían con "calaverita", hasta que después caí en la cuenta que era el equivalente de Halloween.

Yo nunca festejé el Halloween. Cuando era muy pequeña, vivía en una colonia muy aburrida, con vecinos mayores. No había niños. Por lo tanto, esa fecha pasaba sin pena ni gloria. Más tarde, cuando nos cambiamos de casa, sí vi a muchos niños pidiendo Halloween, pero como yo estudiaba en colegio católico las sores siempre nos decían que el Halloween era una fiesta satánica, que no debíamos festejarla, porque era como si adoráramos al diablo. Así que no, nunca me tocó celebrarlo como tal.

No faltaba el sacerdote en misa que dijera que era mejor disfrazarse de angelito o virgencita. Y bah, eso no era divertido. Esos disfraces eran más para navidad, para pastorelas y esas cosas.

Ya viéndolo en retrospectiva, creo que exageraban. El Halloween es como la excusa para tomarse la vida a juego por una noche. Es la oportunidad para disfrazarte y que te regalen dulces. Ningún otro festejo incluye eso. En Navidad te regalan dulces, sí, pero no te disfrazas de manera divertida, tenebrosa o chusca.

Me quedó la espinita de disfrazarme alguna vez. Nunca lo he hecho, aunque si me dieran a elegir, escogería ser Tomb Rider, o Trinity, o Sarah Connor. Jaja, no sé por qué, simplemente creo que tengo ganas de vestirme así de ruda.

A ver si el próximo año me animo. 

viernes, 25 de octubre de 2019

El arte mexicano contemporáneo ¿reflejo del narco y la corrupción?

¿El país donde vivimos determina el tipo de arte que creamos y consumimos?

Confieso que me cuesta mucho trabajo agarrarle el gusto a la literatura mexicana contemporánea, ya que muchas de las obras hablan sobre narcotráfico y corrupción, así como la deshumanización y la pérdida de valores que se ha hecho evidente en los últimos años. Hay obras que no termino de leer por la crudeza de sus temas, otras veces me dejan una sensación de desencanto e impotencia.

En este momento estoy leyendo un libro llamado "Monterrey 24". Es una antología de cuentos editada por la UANL, que comprende 24 historias, a manera de horas de reloj. No niego que la edición está padre, tiene fotografías e ilustraciones muy buenas y los escritores que participaron entregaron historias bien escritas y desarrolladas.

Sin embargo, las temáticas abordadas son crudas. Los peores defectos de la sociedad regiomontana. La falta de empatía, el "valemadrismo", drogadicción, violación, pobreza, vulgaridad, relaciones superficiales en donde no existe el amor ni el compromiso...

el libro me deja una sensación rara, como de desilusión, frustración, repulsión  y rabia  y he abandonado su lectura varías veces. Me cuesta aceptar que así es la ciudad donde vivo, que así es su gente.

Y así me siento cada vez que cae en mis manos un libro de autor mexicano, son los mismos temas, violencia y corrupción.

Esta sensación no sólo la siento en la literatura, sino también en las artes visuales como la pintura y la escultura contemporáneas. Hoy asistí a una inauguración de una exposición llamada "El orden material de las cosas", con piezas de la colección de FEMSA.

Una de las piezas es por parte de un colectivo llamado SEMEFO (sí, así se llama, aunque no es por causalidad que tengan las mismas siglas que el Servicio Médico Forense).

Dicha pieza es una plancha de cemento sobre el suelo. A simple vista, no tiene chiste esa pieza, de no ser porque dentro de la mezcla de ese cemento se encuentran objetos de personas que fueron asesinadas por el crimen organizado, personas que nunca fueron identificadas y murieron en el anonimato. Y al saber esto, sentí mucha tristeza. La pieza es como una especie de lápida que pretende dar un entierro digno a quienes no lo tuvieron.

Y otra vez pienso que si el arte es un reflejo de la sociedad en que vivimos, ¿eso significa que México es así?

Después de ver noticias como que los narcos iniciaron una guerra para obligar al gobierno a que soltaran a Ovidio Guzmán, o el caso de Ayotzinapa, o la ola de feminicidios, ya no sé qué pensar. 

martes, 22 de octubre de 2019

¿A dónde se fueron las aves?

¿Han notado que hay menos pájaros en Monterrey? Yo sí. Este año fue más notorio. Apenas el año pasado, recuerdo que escuchaba el barullo de los pájaros a las seis de la mañana. A veces era esto lo que me despertaba. Pero ahora, dan las siete, las ocho... y no escucho ni un sólo pájaro. Lo que se me hace raro.

Al que más extraño era a un pajarito que se posaba en las mañanas y en las tardes en el árbol del vecino. Nunca lo llegué a ver, pero sí escuchaba su canto muy melodioso. No sé si era un cenzontle o un ruiseñor, pero su canto era precioso, parecía que estaba tocando una flauta. Lo echo de menos.

Recuerdo que cuando era niña, era muy común encontrar en el patio de mi casa y del colegio urracas. Unas aves de pico muy puntiagudo, como aguja, y plumas negras azuladas. Graznaban toda la tarde, especialmente en verano. Ya casi no las he visto tampoco en Monterrey. La última que vi, hace ya varios años, fue una que se estaba robando las croquetas del perro de la vecina.

Por un tiempo, una parvada de cotorros verdes le dio por posarse en un árbol de la avenida. Todas las tardes llegaban volando en círculos, haciendo mucho escándalo, y se escondían entre el follaje para pasar ahí la noche. Pero en el 2017 la autoridad tumbó ese árbol, porque hicieron un paso a desnivel. Trato de imaginarme que sintieron los cotorros esa noche, al llegar y darse cuenta que su casa había sido talada. Trato de pensar en su desconcierto y confusión y me pregunto a dónde se irían. El caso es que ya no volvieron.

Y así, cada vez veo menos aves en Monterrey. Tal vez sea por la contaminación, por la deforestación o porque están construyendo demasiados edificios altos. Extraño sus cantos. 

lunes, 21 de octubre de 2019

Bloqueos creativos

Tengo una novela que tengo muchos años de estarla escribiendo y no la he podido terminar. Es mi primer novela de ciencia ficción. Notarán que yo siempre cambio de género y no me encasillo con ninguno, mi primer novela era erótica (jaja aun no puedo creer que haya elegido ese género para lanzarme como escritora pero así fue, y no, no fue por moda, fue porque se trataba de una historia que ya tenía tiempo tallereando en aquel entonces). Mi segundo libro fue una antología de cuentos varios, el tercero fue una novela infantil-juvenil de princesas, el cuarto fue una novela gótica y el último una novela juvenil de amor.

Entre los géneros que me falta por explotar están el policiaco o novela negra, la novela histórica, la novela de terror y la de ciencia ficción.

Ésta última es la que más dolores de cabeza me ha dado, porque no me van a creer, pero desde el 2008-2009 que la estoy escribiendo y no da de sí.

Me he metido muy a fondo en cuestiones científicas, porque no me gustaría entregar una obra fantasiosa plagada de errores. Así que me di a la tarea de estudiar algo de Física Cuántica, Agujeros Negros, Teoría de la relatividad, etc. etc. Ya sé ¿por qué me tengo que meter en camisa de once varas? Ni siquiera me gustaba la física cuando estaba en la prepa... Pero la cosa es que soy muy perfeccionista, y en aras de escribir algo digno, me puse a leer en mis ratos libres cuanta teoría cuántica se me atravesara en el camino. Tampoco crean que soy una superdotada, hay muchas cosas que me cuesta trabajo comprender, pero es chistoso, creo que he aprendido más de física por escribir esta novela que lo que aprendí en la secu y la prepa.

Y el resultado es algo muy parecido a la serie Dark, mezclado con Donnie Darko, pasando por la película La Máquina del Tiempo y con algunos destellos de Interestelar. Me imagino que con esas referencias ya saben por dónde va la historia.

Sin embargo, al igual que los personajes de todas esas películas y series, me he topado con paradojas, callejones sin salida, y no sé como desarrollar la historia. Son tantas y tantas alternativas, tantas bifurcaciones, que la historia se me convirtió en una madeja de estambre enredado, sin principio ni fin.

Para desconectarme de este bloqueo, me he puesto a leer un libro que se llama "Roba como un artista" de Austin Kleon. En uno de sus consejos, menciona "escribe la historia que a tí te gustaría leer".

Y eso fue como que la luz que necesitaba en el camino. Escribir la historia que yo quiera leer. Así que me daré a la tarea y haré un intento más para sacarla adelante.

Y como a mí me gusta buscarle el soundtrack a mis historias, les comparto esta playlist que hice para inspirarme.

https://open.spotify.com/playlist/5gtJUQ79emMSxfudx0vN26



jueves, 10 de octubre de 2019

Estrés informático

Un tipo de estrés que sufre mi generación es el estrés informático. Realmente podría decirse que esto es nuevo, ya que nuestros padres y abuelos jamás pasaron por esta situación.

Cuando la tecnología falla, nos entra ansiedad y a veces pánico. También nos provoca ira, frustración y deseos de golpear la computadora.

¿Cuántas veces nos ha sucedido que cuando más apurados estamos, nos aparece la famosa pantalla azul de que se va a reiniciar el sistema y que va a instalar 123 actualizaciones?

¿O cuántas veces nos hemos enojado porque vamos al banco y nos dicen que no hay sistema?

¿Y qué nos pasa cuando se cierra inesperadamente un archivo en el que has trabajado horas pero no alcanzaste a guardar la información?

¿Y qué tal cuando mandas un archivo y el mismo correo te lo rebota?

¿O cuándo quieres consultar algo y no te acuerdas de la contraseña y la página se bloquea?

Y así podría enumerar cientos de situaciones como estas. Y si nos ponemos a pensar, este tipo de estrés es contra algo intangible. O sea, no es que estés en una situación de peligro y puedas luchar o huir. Es una cosa impalpable, cerebral, contra la que no sabes actuar porque no queda de otra que quedarse sentado y pensar y esperar a que llegue la solución.

Y mientras te muerdes las uñas o despotricas contra los muebles, la falla informática sigue ahí.

Por eso me pregunto que pasará en un futuro próximo, con las nuevas tendencias de pago en las que se eliminará el efectivo y todo se hará a través de un celular. ¿Estamos listos para enfrentar un nuevo tipo de estrés informático?


miércoles, 9 de octubre de 2019

¿Abandonar el arte para ser lo que la sociedad espera de ti?

El otro día vi en el cine una película protagonizada por Cate Blanchet, llamada "¿Dónde estás Bernadette?"

La historia trata de una mujer en el umbral de sus 50's, casada con un exitoso ingeniero en informática de Microsoft, y con una hija de 15 años.

Aparentemente lo tiene todo en la vida, sin embargo, se siente amargada, infeliz y su comportamiento es errático, estrambótico y vive despistada. No soporta a sus vecinos, ni tampoco le gustan las reuniones sociales.

La cosa es que Bernadette no está loca (aunque lo parezca). Lo que pasa es que ella en su juventud fue una brillante arquitecta, diseñó edificios muy importantes, pero abandonó todo eso nomás al casarse.

Y de ahí va la película. Yo creo que muchísimas mujeres se sentirán identificadas con el personaje, ya que muchas profesionistas brillantes y muy capaces, al casarse se ven sobrepasadas por las responsabilidades de ser esposa y madre, y tienen que renunciar a sus trabajos o a lo que les apasiona para ser lo que la sociedad exige de ellas, atender al marido y a los hijos.

Bernadette se siente incompleta, desorientada, sin propósito en la vida. El marido no la necesita. La hija ya está a punto de irse a la universidad. ¿Y ella qué?

Por otra parte, la crisis de Bernadette no sólo aplica a las madres, sino a toda persona en general que se ve obligada a vivir una vida convencional y renunciar a sus sueños. Por ejemplo, hay quienes desearían ser músicos, escritores, pintores, escultores, pero la sociedad actual no valora mucho el arte así que terminan trabajando en trabajos "Godínez", de oficinistas, haciendo algo que no les satisface pero que por lo menos les da para comer.

Hay artistas (por artistas me refiero no a los del cine o la televisión, sino a los que se dedican a las bellas artes), que combinan ambas facetas, ser Godínez y ser artista en sus ratos libres (cof, cof... como yo).

Pero a veces resulta difícil, ya que no le dedicas el tiempo necesario para crear. La vida diaria te absorbe de responsabilidades. Tienes que cumplir horarios, citas, itinerarios. A veces te puede llegar una idea creativa en plenas horas de trabajo y no la puedes desarrollar porque obvio, tienes que trabajar.

Por otro lado, la vida del artista es una vida austera, porque la gente no compra arte, (o muy poco). Los libros no se venden, las pinturas se quedan colgadas llenándose de polvo...

Y uno termina sucumbiendo, como Bernadette, ante la cotidianidad de la vida, hasta que suceda algo que haga despertar el alma creativa.

¿Qué opinan ustedes? ¿Ser o no ser? ¿O ser a medias?