A veces quisiera tener un mapa de mi vida. Conocer los caminos y hacia donde me llevarán estos. Saber en dónde encontraré montañas, y en donde encontraré pastos. Saber si uno me lleva a un acantilado, o a una pradera vasta.
Quisiera saber qué decisiones tomar, y anticipar las consecuencias. Quisiera saber si me conviene conocer a esa persona, o si mejor ignorarla. Si tomar una oportunidad o mejor dejarla. Quisiera saber cuándo renunciar y cuándo perseverar.
Me gustaría no vivir en la incertidumbre, en esa sensación de no saber qué hacer. Tener la certeza hacia dónde caminar segura, y saber si ese camino que tomo me llevará a las metas que tanto anhelo. El trabajo soñado, la pareja soñada, la vida soñada.
Me gustaría tener un mapa, en serio, de lo que será mi vida. Pero no existen. Sólo nos entregan un par de zapatos, para caminar y abrirnos paso entre la maleza.