lunes, 26 de enero de 2015

50 Sombras de Grey

Creo que soy la única mujer en todo el mundo que no ha leído 50 Sombras de Grey. Todas mis amigas ya lo leyeron, me pasaron hasta el pdf gratis, me dijeron que Grey era el mejor hombre de todo el mundo mundial y que así deberían ser todos los hombres.

Y aun así, aunque intenté leerlo, no pasé de la segunda hoja... bueno, si le hojeé más adelante... y no, como quiera no me ganchó. Y suena irónico sobre todo teniendo en cuenta que yo escribí una novela erótica bastante explícita que hasta a los hombres que la han leído se quedan exclamando: ¡Suena como si un hombre la hubiera escrito! ¿Cuándo sacas la segunda parte?

Y bueno, sin hacer alarde de mí misma... creo que mi historia le gustó a los hombres porque se sintieron identificados con el protagonista, porque sintieron que ellos podían ser galanes a pesar de ser tan mundanos.

Y sí, mi objetivo nunca fue escribir sobre un hombre guapo, millonario, misterioso y posesivo, porque ese no es mi tipo de hombre ideal. Yo quería escribir una historia sobre un hombre normal, de esos que pueden ser compañeros de trabajo, o de universidad, o vecino o amigo, alguien que fuera ocurrente, gracioso, divertido y seductor. Alguien que tuviera plática interesante y que tuviera un toque sensual, detallista y apasionado. Yo pienso que eso es más factible de encontrar que un Grey. Pero bueno, hay de gustos a gustos. Otras preferiran al típico galán rico, corrupto y millonario. Por eso ganó Peña Nieto.

Y otra razón por la que no leí Grey... porque la narración me pareció Corín Tellado. Neta. Ya leí suficientes historias de Corín Tellado en mi adolescencia como para chutarme una saga de lo mismo.

Pero quien sabe, a lo mejor un día me animaré a leer ese libro, uno nunca sabe, y a lo mejor terminaré enamorándome del mentado Grey y terminaré como todas las mujeres que han leído el libro, frustradas porque no existe alguien así. jaja.