En el mundo moderno las mujeres perdemos nuestra esencia. Creo que la mayoría de las personas piensan que la feminidad solamente consiste en maquillarse, ponerse tacones y ropa bonita. Sin embargo, la feminidad va más que eso. Es más, puedes ponerte los mejores zapatos, o maquillarte y arreglarte el pelo, y aun así ser "masculina", es decir, competitiva, agresiva, ambiciosa.
En los últimos años a las mujeres se nos ha dicho que debemos tener esas cualidades de competitividad, ambición, liderazgo. Pero cuando nos definen esas cualidades las hacen desde la perspectiva del hombre. O sea, nos dicen que seamos iguales a ellos.
Eso ha llevado a muchisimas mujeres a una noción errónea. Si quieres ser como hombre, tienes que hablar igual que ellos, ser igual de enojona, contestona, agresiva...
Porque si no eres así, entonces eres "débil", entonces estás perpetuando el patriarcado, el machismo.... o al menos eso nos dicen ahorita.
Pero precisamente por ser así, las mujeres perdemos piso. No estamos conectadas con nuestro cuerpo, con nuestra energía, con nuestra esencia. Al menos me di cuenta de eso el día de hoy.
Esta tarde tuve una sesión de ejercicios denominados "acumulación y distribución de la energía vital femenina". El objetivo de estos ejercicios es conectarme con mi energía yin. Recordemos que la energía es el yin y el yan. El yan tiene que ver con lo masculino. El yin con lo femenino. Resulta que he pasado más tiempo cultivando mi lado "yan", pero el yin casi ni sabía de su existencia. Asi que estos ejercicios me ayudaron a reconectarme con mi esencia femenina.
Es curioso, porque no había tomado conciencia de eso. A pesar de ser mujer, creo que pensé que ser femenina se limitaba a vestirse bonito, pero no me puse a pensar en mi interior.
Estos ejercicios son para conectarte con tu sistema hormonal y reproductivo, con nuestra energía que se basa en la luna y el mar. Logré una total relajación y una reconexión con mi energía, algo que no sentía desde niña. La suavidad, la tranquilidad, la dulzura...
He pasado tanto tiempo siendo cerebral y analítica que me costó trabajo relajarme. Mi mente no dejaba de pensar en objetivos, metas, trabajo, pendientes. Pero una vez relajada, pude reconectarme con mi interior.
La experiencia fue muy buena, y continuaré con estos ejercicios por varias semanas, así que les iré contando mis avances.
En los últimos años a las mujeres se nos ha dicho que debemos tener esas cualidades de competitividad, ambición, liderazgo. Pero cuando nos definen esas cualidades las hacen desde la perspectiva del hombre. O sea, nos dicen que seamos iguales a ellos.
Eso ha llevado a muchisimas mujeres a una noción errónea. Si quieres ser como hombre, tienes que hablar igual que ellos, ser igual de enojona, contestona, agresiva...
Porque si no eres así, entonces eres "débil", entonces estás perpetuando el patriarcado, el machismo.... o al menos eso nos dicen ahorita.
Pero precisamente por ser así, las mujeres perdemos piso. No estamos conectadas con nuestro cuerpo, con nuestra energía, con nuestra esencia. Al menos me di cuenta de eso el día de hoy.
Esta tarde tuve una sesión de ejercicios denominados "acumulación y distribución de la energía vital femenina". El objetivo de estos ejercicios es conectarme con mi energía yin. Recordemos que la energía es el yin y el yan. El yan tiene que ver con lo masculino. El yin con lo femenino. Resulta que he pasado más tiempo cultivando mi lado "yan", pero el yin casi ni sabía de su existencia. Asi que estos ejercicios me ayudaron a reconectarme con mi esencia femenina.
Es curioso, porque no había tomado conciencia de eso. A pesar de ser mujer, creo que pensé que ser femenina se limitaba a vestirse bonito, pero no me puse a pensar en mi interior.
Estos ejercicios son para conectarte con tu sistema hormonal y reproductivo, con nuestra energía que se basa en la luna y el mar. Logré una total relajación y una reconexión con mi energía, algo que no sentía desde niña. La suavidad, la tranquilidad, la dulzura...
He pasado tanto tiempo siendo cerebral y analítica que me costó trabajo relajarme. Mi mente no dejaba de pensar en objetivos, metas, trabajo, pendientes. Pero una vez relajada, pude reconectarme con mi interior.
La experiencia fue muy buena, y continuaré con estos ejercicios por varias semanas, así que les iré contando mis avances.