Dicen que para escribir no es importante qué cuentas, sino CÓMO lo cuentas. Y solo Eloy Moreno nos puede contar una historia común de un empleado común con una vida común... y convertirla en todo un drama que nos tiene al filo del asiento.
De eso se trata "El bolígrafo del gel verde". Es una historia acerca de un empleado de una gran empresa, de treinta y tantos años, casado y con un hijo, que nos cuenta el día a día de su vida, una vida común como la de cualquier trabajador. Mezclando los recuerdos del pasado, de su infancia y adolescencia, con los de su vida actual, este personaje (del cual nunca sabemos su nombre), se siente atrapado en la rutina y el hastío, con un jefe gritón y prepotente, compañeros de trabajo a los que no puede llamar realmente amigos, con un amigo que ya no es su amigo, y cómo el ritmo de vida tan estresante y absorbente no le da tiempo para convivir con su esposa e hijo, a quienes solo ve 1 hora al día, una hora que se va en rutinas o discusiones o distanciamientos. La pasión de su matrimonio se esfumó con las responsabilidadades.
Y es en esta rutina donde un día el personaje compra un bolígrafo de gel verde, (pues nunca falta quien te robe las plumas en la oficina) y resulta que ese bolígrafo desaparece, y eso le da la excusa para quedarse a hurgar en los cajones de los escritorios de sus compañeros después de horas de trabajo.
Eloy Moreno nos describe, a través de esos cajones y esas conversaciones, una serie de personajes tan únicos y a la vez tan comunes, que nunca faltan en la oficina. La secretaria bonita pero cabeza hueca, la compañera responsable pero triste, el cabrón que siempre llega tarde y bien quitado de la pena o el güey cuyo único tema de conversación es el fútbol, así como el jefe que cree que por ser jefe tiene derecho a humillar a sus subordinados. Pero sobre todo, conocemos la vida de este personaje anónimo que se siente así, anónimo, y como va perdiendo lo que más importa en su vida, a su esposa e hijos, por la rutina y el estrés.
La historia es interesante, la narración es ágil y fluida, aunque no niego que en algunos capítulos peca de pesimista. También otro "pero" que le pongo a la novela es que después de unos capítulos tan estrujantes y en donde la trama va a un punto álgido donde todo se le complica y se le viene encima, enseguida nos lleva a otros capítulos más como motivacionales, que si bien tienen su propósito de dejar una enseñanza al lector a través de imágenes donde combate sus propios demonios internos, le resta mucho esa adrenalina que nos hizo sentir en capítulos previos. Es como si después de subirte a la montaña rusa más estrujante con el que casi se te salía el corazón, te subieras a un carrusel tranquilo.
A pesar de eso, a mi parecer la historia es buena, ah como sufrí en ratos... pero definitivamente me atrapó. Se las recomiendo.
De eso se trata "El bolígrafo del gel verde". Es una historia acerca de un empleado de una gran empresa, de treinta y tantos años, casado y con un hijo, que nos cuenta el día a día de su vida, una vida común como la de cualquier trabajador. Mezclando los recuerdos del pasado, de su infancia y adolescencia, con los de su vida actual, este personaje (del cual nunca sabemos su nombre), se siente atrapado en la rutina y el hastío, con un jefe gritón y prepotente, compañeros de trabajo a los que no puede llamar realmente amigos, con un amigo que ya no es su amigo, y cómo el ritmo de vida tan estresante y absorbente no le da tiempo para convivir con su esposa e hijo, a quienes solo ve 1 hora al día, una hora que se va en rutinas o discusiones o distanciamientos. La pasión de su matrimonio se esfumó con las responsabilidadades.
Y es en esta rutina donde un día el personaje compra un bolígrafo de gel verde, (pues nunca falta quien te robe las plumas en la oficina) y resulta que ese bolígrafo desaparece, y eso le da la excusa para quedarse a hurgar en los cajones de los escritorios de sus compañeros después de horas de trabajo.
Eloy Moreno nos describe, a través de esos cajones y esas conversaciones, una serie de personajes tan únicos y a la vez tan comunes, que nunca faltan en la oficina. La secretaria bonita pero cabeza hueca, la compañera responsable pero triste, el cabrón que siempre llega tarde y bien quitado de la pena o el güey cuyo único tema de conversación es el fútbol, así como el jefe que cree que por ser jefe tiene derecho a humillar a sus subordinados. Pero sobre todo, conocemos la vida de este personaje anónimo que se siente así, anónimo, y como va perdiendo lo que más importa en su vida, a su esposa e hijos, por la rutina y el estrés.
La historia es interesante, la narración es ágil y fluida, aunque no niego que en algunos capítulos peca de pesimista. También otro "pero" que le pongo a la novela es que después de unos capítulos tan estrujantes y en donde la trama va a un punto álgido donde todo se le complica y se le viene encima, enseguida nos lleva a otros capítulos más como motivacionales, que si bien tienen su propósito de dejar una enseñanza al lector a través de imágenes donde combate sus propios demonios internos, le resta mucho esa adrenalina que nos hizo sentir en capítulos previos. Es como si después de subirte a la montaña rusa más estrujante con el que casi se te salía el corazón, te subieras a un carrusel tranquilo.
A pesar de eso, a mi parecer la historia es buena, ah como sufrí en ratos... pero definitivamente me atrapó. Se las recomiendo.