domingo, 23 de diciembre de 2012

Crisis

A los treintas viene una crisis. Te preguntas por qué no perseguiste tus sueños. Por qué dejaste pasar oportunidades. Por qué no pudiste amar más. De hecho te lamentas no haber amado más. A los treintas te das cuenta que estás cansado de correr pero aún no has llegado a la meta que te habías propuesto. Que tu cuerpo se aferra a los kilos de más y las dietas sólo te castigan. A los treintas te das cuenta que te has quedado rezagada, que cada día cuesta más aferrarte a tus valores porque la sociedad te pide que te adaptes a sus estándares. Que el amor va bajando de estándares y que hay que irse conformando con menos. Que la soledad es una eterna compañera. Que para las empresas tienes que ser útil, competitivo, productivo, trabajar bajo presión y ser tolerante a la frustración. A los treintas tienes más  miedo de querer, porque tienes más miedo de ser herido. Que tus amigos son casados y con niños. Que las fiestas ya no son las mismas. A los treintas bailas menos, ríes menos. A los treintas tienes que buscar gurús que te indiquen el camino de la felicidad porque de alguna manera se te ha esfumado. Que tienes que empezar un patrimonio para el futuro. Que tienes que comer sano.

A los treintas te das cuenta que has avanzado un tercio de tu vida, y aunque te falten dos tercios por vivir te preguntas si desperdiciaste los mejores años...