jueves, 26 de enero de 2012

Encorvados



El cuerpo humano es una maravilla. De caminar en cuatro patas, como el resto de los animales, evolucionamos a ser animales bípedos. Hay muchas teorías al respecto. Algunos dicen que fue para alcanzar frutos de los árboles que no estaban a nuestra altura. Otros como mecanismo de defensa, para intimidar a nuestros depredadores. En fin, el caso es que no sólo aprendimos a caminar en dos piernas, sino que a la vez, desarrollamos habilidades motrices finas. ¡Cuantas cosas podemos manipular con nuestras manos!

Sin embargo, la tecnología nos ha venido a fregar. Porque pasamos diez horas diarias sentados en forma encorvada frente a una computadora, sin mover ni siquiera un músculo de nuestras piernas, cadera o cuello. Ya no asimos cosas con las manos, sino que usamos nuestros dedos como batacas para golpetear teclas o bien, enconchamos la muñeca para deslizar un mouse. Ya no usamos nuestra vista periférica, y poco a poco perdemos la habilidad para ver de lejos. Encorvamos el cuello para ver el ipad o el celular, usamos los pulgares no para sujetar cosas, sino para escribir en un minúsculo teclado de blackberry. Me he preguntado cómo evolucionará el cuerpo humano en algunos miles de años. ¿Terminaremos otra vez al ras del suelo, como al principio?