El año pasado leí una noticia, acerca de que uno de los libros más vendidos en Amazon fue "El jardín secreto" de Johanna Basford. Este libro no tiene gran ciencia, es simplemente un cuaderno para colorear.
Resulta increíble que este sencillo libro haya vendido más de un millón de copias, especialmente entre los adultos que son los que más lo disfrutan. ¿Por qué? Porque en un mundo tan acelerado y vertiginoso como el que vivimos ahora, las personas buscamos volver a nuestra niñez, a los placeres simples, y uno de esos placeres simples es colorear.
Al colorear, uno se relaja. La mente entra en un estado de paz y serenidad, no piensas en nada. Lo único que te concentras es en elegir el color que más te gusta para colorear una flor, una mariposa, un pez. Al mismo tiempo, las manos se desentumen. Pasamos tantas horas tecleando en nuestras computadoras y teléfonos inteligentes (en donde solamente pasamos el dedo por encima) que nuestras manos se atrofian, y el hecho de agarrar el lápiz hace que la muñeca duela, porque ya no estamos acostumbrados a hacer labores manuales. Así que colorear nos hace retomar esos músculos de nuestra muñeca y mano y dedos y se activan áreas del cerebro que teníamos "apagadas".
Para los que no me crean, hagan el intento. Consigan cualquier cuaderno de dibujo o si no tienen, simplemente impriman dibujos del internet y saquen sus crayolas, plumones y lápices de colores, y pónganse a colorear, como cuando estaban en el kínder. Verán que se relajarán muchísimo y los problemas y pensamientos negativos se disolverán como humo.
Incluso en los asilos de ancianos he observado que colorear es parte de las terapias que les dan a los viejitos. Las enfermeras asignan un espacio del día y les traen dibujos y lápices de colores y sientan a los ancianitos en una mesa y a colorear se ha dicho. Algunos de ellos batallan, puesto que tienen sus manos atrofiadas, así que es como volver a empezar, como volver a ser niño otra vez y aprender a agarrar el lápiz. Pero eso les ayuda mucho a entretenerse y a concentrarse en una tarea. Me imagino que los beneficios terapéuticos ayudan también a que sus cerebros se activen.
Así que a colorear se ha dicho.
Resulta increíble que este sencillo libro haya vendido más de un millón de copias, especialmente entre los adultos que son los que más lo disfrutan. ¿Por qué? Porque en un mundo tan acelerado y vertiginoso como el que vivimos ahora, las personas buscamos volver a nuestra niñez, a los placeres simples, y uno de esos placeres simples es colorear.
Al colorear, uno se relaja. La mente entra en un estado de paz y serenidad, no piensas en nada. Lo único que te concentras es en elegir el color que más te gusta para colorear una flor, una mariposa, un pez. Al mismo tiempo, las manos se desentumen. Pasamos tantas horas tecleando en nuestras computadoras y teléfonos inteligentes (en donde solamente pasamos el dedo por encima) que nuestras manos se atrofian, y el hecho de agarrar el lápiz hace que la muñeca duela, porque ya no estamos acostumbrados a hacer labores manuales. Así que colorear nos hace retomar esos músculos de nuestra muñeca y mano y dedos y se activan áreas del cerebro que teníamos "apagadas".
Para los que no me crean, hagan el intento. Consigan cualquier cuaderno de dibujo o si no tienen, simplemente impriman dibujos del internet y saquen sus crayolas, plumones y lápices de colores, y pónganse a colorear, como cuando estaban en el kínder. Verán que se relajarán muchísimo y los problemas y pensamientos negativos se disolverán como humo.
Incluso en los asilos de ancianos he observado que colorear es parte de las terapias que les dan a los viejitos. Las enfermeras asignan un espacio del día y les traen dibujos y lápices de colores y sientan a los ancianitos en una mesa y a colorear se ha dicho. Algunos de ellos batallan, puesto que tienen sus manos atrofiadas, así que es como volver a empezar, como volver a ser niño otra vez y aprender a agarrar el lápiz. Pero eso les ayuda mucho a entretenerse y a concentrarse en una tarea. Me imagino que los beneficios terapéuticos ayudan también a que sus cerebros se activen.
Así que a colorear se ha dicho.