miércoles, 17 de junio de 2015

Lo imposible es lo nunca intentado


Hace tiempo mi amigo me hizo llegar este texto, no sé quien sea el autor, pero se los comparto.

Lo IMPOSIBLE es a veces lo NUNCA INTENTADO‏
Los japoneses siempre han gustado del pescado fresco. Pero las aguas cercanas a Japón no han tenido muchos peces por décadas. Así que para alimentar a la población japonesa, los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes y así pudieron ir mar adentro todavía más lejos. Mientras más lejos iban los pescadores, más era el tiempo que les tomaba regresar a la costa a entregar el pescado. Si el viaje redondo tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco. A los japoneses no les gusta el sabor del pescado cuando no es fresco.

Para resolver este problema, las compañías pesqueras, instalaron congeladores en los barcos pesqueros. Así podían pescar y poner los pescados en los congeladores. Además los congeladores permitían a los barcos ir aún mas lejos y por más tiempo. Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el pescado fresco, y no les gusto el pescado congelado. El pescado congelado se tenía que vender más barato.

Así que las compañías instalaron tanques para los peces en los barcos pesqueros. Podían así pescar los peces, meterlos en los tanques, mantenerlos vivos hasta llegar a la costa de Japón. Pero, después de un poco de tiempo, los peces dejaban de moverse en el tanque. Estaban aburridos y cansados pero vivos.

Desafortunadamente, los japoneses también notaron la diferencia del sabor. Porque cuando los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor "fresco-fresco". Los japoneses prefieren el sabor de los peces bien vivos y frescos, no el de los peces aburridos y cansados que los pescadores les traían…

¿Cómo resolvieron el problema las compañías pesqueras japonesas? ¿Cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco? Si las compañías japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les recomendarías?

Tan pronto como alcanzas tus metas; Tales como empezar una nueva empresa, pagar tus deudas, encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea. Tal vez pierdas la pasión. Ya no necesitarás esforzarte tanto, así que solo te relajas. Experimentas el mismo problema que las personas que se ganan la lotería, o el de aquellas personas que heredan mucho dinero y que nunca maduran, o el de las personas que se quedan en casa que se hacen adictos a los medicamentos para la depresión o la ansiedad.

Como el problema de los pescadores japoneses, la mejor solución es sencilla. Lo dijo L. Ron Hubbard a principios de los años 50. "Las personas prosperan, extrañamente más, solo cuando hay desafíos en su medio ambiente". Hubbard escribió en su libro -Los beneficios de los desafíos- " mientras más inteligente, persistente y competente seas, más disfrutas un buen problema".

Si tus desafíos son del tamaño correcto, y si poco a poco vas conquistando esos desafíos, te sientes feliz. Piensas en tus desafíos y te sientes con energía. Te emociona intentar nuevas soluciones. Te diviertes, ¡te sientes vivo! Así es como los peces japoneses se mantienen vivos: para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras todavía ponen a los peces dentro de los tanques en los botes pesqueros. Pero ahora ellos ponen también ¡un TIBURÓN pequeño! Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos… ¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque, ¡para mantenerse vivos!!

En lugar de evitar los desafíos, brinca hacia ellos y dales una paliza. Disfruta el juego. Si tus desafíos son muy grandes o son demasiados, nunca te rindas. El fracaso te cansará aún más. Mejor, reorganízate. Encuentra la determinación, la información, el conocimiento y la ayuda que requieras. Cuando alcances tus metas, proponte otras mayores. Una vez que satisfagas tus metas familiares, busca alcanzar las metas de tu grupo, tu comunidad, hasta de la humanidad completa. Nunca crees el éxito para luego acostarte sobre él.

Tú tienes recursos, habilidades y capacidades para lograr lo que te sueñas, para hacer la diferencia, para lograr el cambio que te propones. Así que, invita un tiburón a tu tanque, y descubre ¡qué tan lejos realmente puedes llegar!

viernes, 12 de junio de 2015

El papá gitano

Ayer estaba viendo el programa "Mi boda gitana". Es un programa que pasan por Dish y que retrata la vida de los gitanos en Estados Unidos, en el siglo XXI. Son una etnia de rumanos estrafalarios, fiesteros y que les gusta hacer gala de la ostentación aunque vivan en casas remolque. Las chicas su única aspiración en la vida es casarse a los 15 años, pues ese día es cuando las tratan como reinas. Sus vestidos de novia son pomposos, enormes, llenos de lentejuelas y piedras y usan corona. Los chicos también se toman muy en serio eso de buscar esposa. Sus costumbres son... excéntricas para el resto de la sociedad, por lo mismo son discriminados en muchos lugares, eso y porque también tienen fama de peleoneros y buscapleitos.

Pero el programa que vi ayer me enterneció de cierta manera. Un joven papá gitano, de 31 o 32 años a lo mucho, estaba orgulloso de su hija de 14 e iba a organizar una fiesta de Halloween para que la chica se luciera y los pretendientes se le acercaran y ella escogiera de entre esos pretendientes a su futuro marido. Así que el señor echó la casa por la ventana. Aunque eran de clase humilde, el señor sacó sus ahorros y le compró a su hija el vestido que quería. Rosa, lleno de cristales y corazones. Muy ostentoso y estrafalario, como los que les gustan mucho a los gitanos.

Y el señor hizo que su hija caminara por las calles luciendo tamaño vestido, y gritaba con orgullo. ¡Es mi hija! ¿a poco no está tan bonita?

Y después de muchos problemas para reservar un salón (ya que todos les negaban el servicio por ser gitanos), por fin encontraron uno y el señor hizo la fiesta para su hija. Se veía muy orgulloso, muy contento, por ver a su hija feliz y todos los chicos pretendiéndola, hasta que ella eligió a su "príncipe azul" y el los coronó como el rey y la reina de la fiesta.

Me enterneció mucho, porque ahora que se acerca el día del Padre me pongo a reflexionar en cómo muchos hombres han despreciado el regalo de la paternidad, dejando a mujeres embarazadas y olvidándose de sus hijos, haciendo como que no existen. Se pierden de verlos crecer, de sus triunfos, de sus besos, de sus abrazos, de su cariño. Y pienso yo que cuando a un hombre le toca ser papá de una niña, algo cambia dentro de él, se vuelve más cariñoso y tierno, se vuelve a enamorar, pero de una manera más pura y más limpia, más sublime y más intensa, porque su niña será su princesa. Tal como este gitano, que siempre decía con una sonrisa y casi con lágrimas en los ojos, cuánto amaba a su princesa.



jueves, 11 de junio de 2015

El diablo viste a la moda

Una de mis películas favoritas y que no me canso de ver es "El diablo viste a la moda". Por varias razones, quizá porque en algún momento tuve una jefa como Miranda Prestley, o por la ropa de diseñador que le regalan a Andy y porque es una historia netamente laboral. Casi siempre en las películas femeninas se le da prioridad al romanticismo, a la relación de pareja, pero en "El diablo viste a la moda" el argumento central es una relación laboral. Y la dinámica entre estos dos personajes aplica para hombres y mujeres.

Pero analizando la historia, después de verla varias veces, me doy cuenta que la verdadera villana de la película no era Miranda, ni Emily (la compañera de trabajo de Andy), ni nadie. Era la propia Andy la villana. O una anti-heroína si queremos llamarlo así.

Porque desde un principio Andy detesta su trabajo. Lo odia. Odia su ambiente laboral, odia a su jefa, odia las tareas que le encomiendan, odia a sus compañeras de trabajo. (Las llama despectivamente "las ruidosas" por el sonido que hacen con sus zapatos de tacón). Cuando está a solas con su novio se burla de su jefa, del matrimonio de ésta, se burla de sus compañeras, de los clientes, de los diseñadores. Y se queja a morir.

No es sino hasta el momento en que Miranda le da una tremenda regañada cuando Andy va arrastrando los pies hacia Nigel (el diseñador gráfico), llorando y diciendo: "yo me esfuerzo todos los días pero ella no lo reconoce. Pero si me equivoco en una cosita, por mínimo que sea, me regaña horrible". Y Nigel la ubica en la realidad: "Querida, tú no te estás esforzando. Te estás quejando. Tú solamente te dedicas a hacer TU trabajo, y quieres que al final del día Miranda te ponga una estrellita, cuando no hiciste nada mas que cumplir con tu responsabilidad."

Y Andy sigue quejándose hasta que Nigel le dice "Pues renuncia."

Y Nigel tiene razón. Los jefes no están ahí para felicitarte ni para volverte rico. Los jefes solo tienen el compromiso de pagarte por hacer tu trabajo. Y ese compromiso lo tienen por ley. Pero no esperes palmaditas en la espalda, esas las recibirás sólo si impresionas al jefe, si vas más allá de sus expectativas. Pero tampoco esperes que te va a felicitar o aumentar el sueldo a pesar de ello, pues no todos los jefes lo hacen.
Andy no se esforzaba, al menos no al principio. No se empapaba de la política de trabajo en Runway, no seguía los códigos de vestimenta. No trataba de conocer los objetivos de la empresa. Después se puso las pilas y se volvió eficiente, pero aún así, seguía siendo la villana. Porque Andy hacía todo eso no por gusto, sino por darle en la madre a Miranda y que se tragara sus propias palabras.
La verdadera buena empleada era Emily. Porque ella adoraba su trabajo, para ella era un sueño estar ahí. Y en los momentos de estrés jamás se quejó, se decía a si misma "amo mi trabajo, amo mi trabajo", como un mantra. Y de verdad amaba su trabajo. Pero Andy le arrebató sus méritos y le quitó a Emily la oportunidad de ir a París. 
Andy se justifica diciendo que no tenía opción. Miranda le dice que sí la tenía. La opción era renunciar. Pero no lo hizo, lo que demostraba que Andy era igual (o peor) que Miranda.
¿Por qué peor? Porque Andy olvidó sus escrúpulos.
Miranda no era una villana. Podría ser sádica, sarcástica, autoritaria, pero era SU empresa y eran SUS reglas. El empleado o le entra al juego bajo sus reglas o no le entra.
A lo largo de la vida encontraremos a muchas personas que se quejan del trabajo, de los empresarios, del gobierno.Pero en la vida privada les gusta romper reglas. Por ejemplo, pasar un semáforo en rojo, o tirar basura en la calle, o indignarse porque le quitan impuestos y hacen trucos para evadir al fisco. Y aquí lo que hay que aprender es que estás adentro de un juego, que alguien puso las reglas y tienes que ganar usando sus reglas. como en los videojuegos. Podrás morir cien veces, pero por mas que patalees no puedes cambiar la programacion del videojuego ¿verdad? Así que lo juegas hasta que lo ganas. Así es la vida. Hay reglas impuestas por los jefes, por los maestros, por los padres, por la religión, por el gobierno. Y el chiste aquí es que hay que ganarles usando sus propias reglas. Y si de plano no te gusta, renuncia. Así de simple.


miércoles, 10 de junio de 2015

Empleados bancarios de mal genio

Hace tiempo fui a Banorte a abrir una cuenta. Entro a la sucursal, y veo tres escritorios de "Ejecutivos" (y lo pongo entre comillas porque se creen la última coca del desierto por tener ese nombre). Uno de los escritorios, vacío. Otro ocupado por una chica distraída que se niega a atenderme porque está hablando por teléfono con quién sabe quién, pero riéndose y chismeando. Y el último, atendido por un joven gordo fresa.
Me siento en los sillones rojos, y veo a un montón de personas que dudan entre sí. ¿Quién llegó primero? ¿Quién sigue? Se preguntan entre ellos. Ningún ejecutivo los atiende. Algunos se aventuran a sentarse de plano en el escritorio. La chica los despacha con un "es que ya me voy a ir, pase con mi compañero".
Y el joven gordo fresa sigue ocupado, callado, atendiendo a una persona. Teclee y teclee y teclee la computadora sin decir nada.
Cuando aparece el ejecutivo del escritorio vacío me acerco a él. Me ignora. Toma una llamada (o finge tomarla). Estoy ahí parada frente a él y no me hace caso. Le pregunto si me puede atender y me dice que vaya con su compañero.
La chica parlanchina se levanta, agarra su bolsa y se va de su lugar y se mete a la puerta blindada esa y no vuelve a aparecer durante el resto del dia.
Solo queda el joven gordo fresa.
Por fin se digna a atenderme. Le digo que quiero abrir una cuenta. Se queda mudo, solo me pide mi credencial de elector y empieza teclee y teclee y teclee sin hacer contacto visual conmigo. No me pregunta nada, no me explica nada.
Le pregunto cuáles son los beneficios de la cuenta, cómo la tengo qué manejar, qué intereses me da, si tiene servicio por internet. Me responde con monosílabos. Sí, no, sí, no.
Al final imprime unas formas y me las da a firmar. Sigue sin hacer contacto visual, sin sonreír, sin explicar, sin hablar. Hasta el Siri del Ipad es más amable que este tipo obeso.
Se levanta, para sacar unas copias. Se tarda media hora. Se pone a platicar con la chica que se había ido, y con ella sí, muy dicharachero, muy platicador, como queriendo caer bien.
Después de una hora, regresa al escritorio. Otra vez con cara de momia egipcia. No me explica nada, no me dice nada, solo me da un bolígrafo y un papel para que lo firme.
Y me voy del banco, sin entender siquiera cómo funciona la maldita cuenta que acababa de abrir.
Esta es una muestra de que en los bancos no les importa ni un cacahuate el servicio al cliente. 

sábado, 6 de junio de 2015

Perfil "comelonches" (Editorial publicado en El Norte)

¿Cuál es el perfil de un acarreado o un "comelonches"? Seguramente le vendrá a la mente la imagen del campesino analfabeto, traído en un autobús con otros más desde un ejido, con el único fin de apoyar a un candidato, gritarle porras y entregarle su voto, todo a cambio de un lonche y una coca.
Pero usted jamás se imaginará a un profesionista, con un nivel educativo superior, realizando tal labor ¿o sí?
Desafortunadamente sí. Según publicó EL NORTE, lo que supuestamente era un proyecto de redes sociales de la UANL resultaron ser estudiantes pagados para apoyar a la candidata del PRI a la Gubernatura, Ivonne Álvarez.
A través de este plan, encabezado por la Facultad de Derecho, se reclutó a "comelonches" para invadir las redes a favor de la priista a cambio de 6 mil pesos, becas y la exención de exámenes finales.
Y no solamente han ocupado a los estudiantes de la UANL para labores en internet, sino que también los ha llevado como "acarreados" a eventos proselitistas.
Sin embargo, no es la única. También quedó evidenciado que Felipe de Jesús Cantú y Asael Sepúlveda, candidatos a la Gubernatura por el PAN y el PT respectivamente, han utilizado estrategias similares.
Al igual que Ivonne, yo soy egresada de la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL. Lo digo con orgullo porque fue mi Alma Máter.
Durante mi paso por la universidad, en aquellos años en que las redes sociales no existían y que el bipartidismo era una quimera, mis compañeros se caracterizaron por ser personas que cuestionaban a la sociedad y sus reglas.
Muchos de nosotros nos íbamos de meritorios a los juzgados, con el único fin de aprender el oficio de abogado y a cambio de nada, pues no recibíamos ningún sueldo ni emolumento. Nuestra única recompensa era obtener experiencia para que al salir titulados, no fuéramos unos ignorantes novatos.
Otros compañeros trabajaban de día de meseros, cajeros o en telemercadeo y estudiaban de noche para costear sus estudios, sus libros y el dinero de los camiones.
Y a pesar de ello, estaban conscientes de lo que sucedía en política. Se involucraban apasionadamente en las planillas de la mesa directiva, organizaban debates, proponían ideas, cuestionaban las leyes y el Gobierno.
Por eso me da mucha tristeza ver cómo la generación actual se ha vuelto un rebaño de borregos "comelonches". Y todo a cambio de 6 mil pesos y quedar exentos en los exámenes.
El Dr. Jesús Ancer Rodríguez, rector de la UANL, afirma que los estudiantes son libres de hacer con su tiempo libre lo que sea.
Y si bien es verdad que cada quien es libre de afiliarse al partido de su preferencia y trabajar a cambio de un sueldo, lo agravante en este caso es que los alumnos involucrados lo hicieron además por la promesa de pasar el semestre sin asistir a clases.
¿Qué mérito tiene eso? ¿Usted confiaría su libertad, sus bienes, su vida a un abogado que no estudió ni presentó exámenes por andar apoyando a un candidato?
El problema no es si los estudiantes de la Uni carecen de recursos, porque en la Universidad han pasado estudiantes de todos los estratos sociales. Además la UANL tiene un sistema de becas tanto para alumnos de escasos recursos como para los de promedios excelentes.
El problema es que los estudiantes de hoy se han vuelto apáticos, indiferentes, están tan inmersos en cuanta red social tengan a mano, tan saturados de información, que han perdido la capacidad de discernir entre lo verdadero y lo falso, ya no cuestionan ni reflexionan.
Un universitario jamás debe convertirse en parte del rebaño. Somos muy pocos los que tenemos el privilegio de estudiar una profesión, sólo 3 de cada 10 mexicanos tienen acceso a estudiar una licenciatura.
¿Cómo es posible que 43 normalistas rurales hayan dado la vida por protestar contra un mal Gobierno y en cambio los universitarios nuevoleoneses, con más recursos y mejor nivel de vida, se presten a ser una ciberporra?

Los universitarios deberían ser los que cambien al mundo, los que aprovechen sus conocimientos para mejorar esta sociedad, abrir fuentes de empleo, prepararse para ocupar cargos públicos con honestidad y honradez, y no para venderse a cambio de 6 mil pesos y pasar el semestre sin estudiar.

martes, 2 de junio de 2015

La llamada del terror contra el Bronco

Esto no salió ni en las noticias, ni en los periódicos ni en ningún lado, pero ocurrió este fin de semana.
Como saben, Nuevo León ahorita está en época de elecciones. Los candidatos más fuertes son Ivonne Alvarez del PRI, Jaime Rodríguez alias "El Bronco" como candidato independiente y Felipe de Jesús Cantú del PAN. Los restantes ni los menciono porque casi ni se conocen.

El PRI y el PAN, pero especialmente el PRI tiene pleito casado con el Bronco. Todo ha sido una guerra de dimes y diretes. Mutuamente se han sacado trapitos al sol.

Pero el domingo pasado, algo muy extraño ocurrió. Desde muy tempranas horas de la mañana, todos los celulares y teléfonos fijos empezaron a recibir unas llamadas anónimas de este número:

305 888 4598



Y si atendías la llamada, se escuchaba una grabación de una discusión entre un hombre y una mujer, supuestamente esta era la ex esposa del Bronco reclamándole como una verdulera sus mentiras y sus trampas.

Todos, absolutamente todos recibimos esta llamada anónima. Nadie sabe ni de dónde viene. No sabemos si fue el PRI, el PAN, o unos hackers. Tampoco sabemos si esa llamada es real o si fue hecha por actores y mucho menos sabemos por qué las televisoras y la prensa no tocaron el tema. Fue una locura que incluso la red Telcel se cayó por varias horas y tardó en restablecerse.

Esto es parte de una guerra sucia que nos afecta a todos como ciudadanos. Si los candidatos se quieren hacer garras entre ellos, adelante, insúltense, humíllense los unos a los otros, golpéense si quieren. Pero por favor, no nos llamen a nuestros teléfonos ni a nuestras casas para embarrarnos con sus marranadas políticas. ¿Por qué no respetan nuestra privacidad? ¿Por qué invaden nuestras líneas telefónicas que se supone que son PRIVADAS, porque para eso pagamos? ¿Por qué nos acosan con esas llamadas de terror?