martes, 28 de enero de 2020

La rifa del avión

Generalmente soy apolítica, no me pongo a hablar mucho sobre estos temas. Pero a veces suceden tantas cosas tan absurdas en México que es imposible no hablar de ello.

Resulta que nuestro presidente, López Obrador, dijo desde un inicio de su gobierno que pondría a la venta el avión presidencial, para sacar lana que se utilizaría en otras obras sociales.

Desde un principio esa propuesta me pareció absurda, porque ¿quién compraría un avión de esa magnitud? Ni siquiera las aerolíneas se apuntaron, mucho menos los particulares.

Si al ver el desinterés por comprar semejante armatoste, el presidente hubiera reconocido que "ok, no se pudo vender, pero va a seguir al servicio del gobierno", yo hubiera dicho "bueno, no hay problema".

La cosa es que se amachó con la idea, y no quitó el dedo del renglón, y se le ocurrió rifarlo. Sí, rifarlo. A $500.00 el boleto.

O_O

¿Para qué?

¿Y el que se lo gane qué va a hacer con él? Ni siquiera va a tener un hangar donde "estacionarlo". Tampoco va a tener recursos para operarlo.

Me recuerda ese episodio de Los Simpson donde Bart participó en un programa de radio y le dieron a escoger el premio y el se empecinó con que quería un elefante.

Al final lo obtuvo, pero su familia no podía mantenerlo. No cabía en el patio, no tenían con qué alimentarlo, causaba más daños que beneficios.

Pues algo así pasará con el ganador del avión. O eso me imagino.

Yo que AMLO dejaría este tema por la paz.


sábado, 25 de enero de 2020

Mujercitas

Uno de los primeros libros que recuerdo haber leído por gusto y no porque me lo encargaran en la escuela es "Mujercitas" de Louisa May Alcott.

Este libro lo encontré en la biblioteca infantil y me llamó la atención por sus ilustraciones. Un montón de niñas rubias con vestidos antiguos muy hermosos, con peinados muy lindos y listones en la cabeza, sentadas en el jardín tomando el té, o frente a la chimenea mientras una de ellas tocaba el piano.

No recuerdo exactamente qué edad tenía cuando lo leí, pero calculo que tenía entre ocho o nueve años. La historia me gustó. Cuatro hermanas que se quedan en casa con su madre mientras el padre está en la Guerra civil.

De todos los personajes, mi favorito siempre fue Jo, porque era audaz, decía siempre lo que pensaba, y sobre todo, porque le gustaba escribir. Yo creo que Jo fue quien hizo que naciera en mí la inquietud de convertirme en escritora.

Me gustaba mucho la relación que Jo tenía con su vecino Laurie. Ella siempre lo alentaba a ir más allá, a aventurarse y a ser más extrovertido. Y Laurie por su parte, la introducía en su mundo de alta sociedad, bailaban juntos, se divertían mucho.

Las otras hermanas me parecían sosas o caprichosas. Meg era sumisa y sólo se preocupaba por el "qué dirán", Beth era extremadamente tímida y callada, aunque era la más dulce de todas pero su carácter introvertido a veces hacía que pasara inadvertida en la trama, y Amy era la más chiflada de las cuatro por ser la más consentida de la familia.

Tiempo después leí la continuación de esta novela, "Hombrecitos" y me disgustó mucho saber que Jo y Laurie no se casaron. Que Laurie se casó con la caprichosa de Amy y que Jo se casó con un profesor.

Pero bueno, a lo que voy es que esta historia ha sido adaptada muchas veces a la pantalla grande, y en la actualidad dudo mucho que las niñas se interesen en ella, ya que la historia resulta anacrónica para estos tiempos.

Las niñas ahora cuentan con muchas oportunidades en la vida, son más empoderadas, menos sumisas, y personajes como Meg, Beth y Amy les pueden resultar exasperantes. Quizá se identifiquen con Jo, aunque Jo en su tiempo era como la que rompía estereotipos y en cambio ahora es el común denominador.

A pesar de todo, sigo recordando con cariño esta historia, pues me traslada a aquella época de mi infancia en que leía el libro en una semana, mientras comía dulces y soñaba con convertirme en Jo.


jueves, 16 de enero de 2020

Cuando los inviernos eran más fríos

Los inviernos en Monterrey se han vuelto muy calurosos. Las temperaturas más "frescas" rondan más o menos como entre los 17 grados en las mañanas pero luego va subiendo a 25 grados durante el día. Tengo ropa de invierno que no he usado desde hace muchos años. En especial un abrigo de lana, que compré hace años. Es muy elegante, color negro, con botones de cuero. Fue la primer cosa que compré con mi primer sueldo.

Pero tengo más de cinco años de no usarlo, porque las temperaturas en invierno son cálidas.

Y la verdad este año sí tenía muchas ganas de ponérmelo, pero el frío parece que ya nunca va a volver. Gracias al maldito calentamiento global.

Enojarme por el calentamiento global es como si me enojara con la pared. Lo que yo haga es muy mínimo y no tiene impacto en la naturaleza. A veces no uso el coche, hago mis vueltas a pie. Pero me da mucha impotencia ver el cielo sucio, contaminado.

Es increíble cómo el clima ha cambiado tanto en pocos años. Antes los inviernos eran fríos, con lloviznas que se convertían en aguanieve. Recuerdo uno, en 1997. Yo iba saliendo de la universidad y vi toda la ciudad cubierta de nieve. Fue muy divertido. Pero también recuerdo otros inviernos. Uno del 2004, donde yo ya estaba trabajando y en mi hora de comida fui a caminar por el centro. Llevaba precisamente ese abrigo que les digo y me fascinó verlo cubierto de pequeñas pelusitas de hielo.

Supongo que esos inviernos ya no van a volver. Para vivir el invierno tendría que mudarme a otro país, como Canadá.

Qué triste. 

miércoles, 8 de enero de 2020

Reseña serie: You

Empecé a ver esta serie pensando que se trataba de una historia romántica pero luego me di cuenta que para nada tiene que ver con romance. Al contrario. Es la historia de un acosador de mujeres, sociópata y obsesivo.

La premisa es simple. Joe, un tipo insignificante y mediocre, (aunque atractivo) trabaja como empleado en una librería. Un día llega una clienta que lo deja deslumbrado. Una rubia hermosa, extrovertida que le hace plática mientras busca un libro. Desde entonces él se obsesiona con ella y la espía por redes sociales hasta dar con su dirección.

Y bueno, no les cuento más porque la trama va de eso, de la obsesión de Joe por aquella chica, y él en su mente cree que eso es amor, pero nada más alejado de la realidad. Joe es un tipo oscuro y peligroso. Aunque no sabemos mucho del pasado del personaje, solo por pequeños flashbacks que dan a entender que tuvo una niñez llena de abusos.

Debo decir que la primera temporada está muy buena. La historia es redonda, un poco predecible pero eso no molesta porque  ya sabemos que Joe está loco, lo vemos escalar en niveles que rayan en la psicopatía.

La segunda temporada ahí no me terminó de convencer mucho, porque los elementos que funcionaron en la primera los vuelven a repetir en la segunda. Otra vez una obsesión, otra vez él queriéndose hacer pasar como héroe con personas indefensas... y SPOILER ALERT: resolvieron todo matando a la mitad del elenco. Se nota que en esta segunda temporada no trabajaron bien en el guión,  y decidieron asesinar a la mayoría de los personajes para no darles seguimiento.

Creo que lo ideal hubiera sido que esta serie terminara en la primera temporada, pero ya van por la tercera. A ver qué sucede, esperemos que la tercera sea más interesante.

Aún así, recomendable.



martes, 7 de enero de 2020

Trabajar en equipo

De niña no me gustaba trabajar en equipo. Porque yo siempre fui de las niñas estudiosas, perfeccionistas e hiper responsables, que quería tener todo listo con mucha anticipación y a veces me tocaba compañeros que no hacían su parte y eso me estresaba mucho, en ocasiones yo terminaba haciendo todo el trabajo.

Más grande, en la universidad, me tocó hacer también trabajos en equipo y era todo un rollo coordinarse con las personas. Una vez incluso terminamos peleando y discutiendo, porque unos no habían hecho nada y ya faltaba muy poco para presentar el trabajo. Mis amigos recuerdan ese momento porque fue la primera y única vez que les grité y los regañé. Nunca antes había gritado pues suelen definirme como una persona pacífica y diplomática, pero en esa ocasión me colmaron el plato.

A lo que voy es que no estamos acostumbrados a trabajar en equipo. No lo hacemos bien. Y eso se refleja ya en la vida adulta.

El ejemplo más evidente es cuando trabajas una empresa. Todo está dividido por departamentos. Un departamento hace algo, envía un reporte a otro departamento, éste a su vez trabaja con esa información y reporta sus resultados a otro departamento y así va la cadena de trabajo. Los resultados terminan en manos de los directivos, gerentes. Y cuando algo está mal, el regaño va parejo. A veces sucede que alguien en la cadena de trabajo no te entrega la información a tiempo. O te la entrega mal, equivocada. Todo eso afecta.

Otro ejemplo es cuando trabajas como freelance. También trabajas en equipo, con tu cliente. Pero a veces el cliente no cumple su parte. No te entrega la información o los requerimientos para hacerle su trabajo. No te paga. No responde tus mensajes. Se pasan fechas. Y a pesar de que le mandas recordatorios, no puedes hacer más. Si la otra parte no coopera, es difícil sacar la chamba adelante.

En conclusión, hay que hacer conciencia de nuestras responsabilidades. Todos somos adultos, y se supone que sabemos lo que tenemos que hacer, cuándo lo tenemos que hacer y cómo lo tenemos que hacer. No esperen a que les caiga el tiempo encima. Tampoco sean chambones, hagan las cosas con esmero. Sólo así funciona el trabajo en equipo.