Me pasa que a veces alguien pretende ligarme y yo me doy cuenta demasiado tarde. La persona está ahí, sacándome plática, intentando hacerme reír, y yo respondo amablemente, con educación, con propiedad, y el susodicho se va desilusionado. Y yo me quedo con cara de ¿y ahora qué hice?
Resulta pues, que en el trabajo como soy del depto. de fiscal, a veces me toca atender a los notificadores del SAT. Generalmente son ñoras o ñores cuarentones, que vienen chorreando de sudor porque aquí en Monterrey tenemos un calor de pinche mil grados centígrados, y que vienen a dejar requerimientos donde piden un chingo de requisitos para entregarlos en un término de 10 a 20 días. Por eso me caen gordos, como si no tuviera ya suficiente trabajo como para que me echen más.
Total, que ahora me tocó atender a uno. Era joven. Cejas pobladas, ojos penetrantes. Empezó a sacarme plática.
"Eres la primera persona que escribe la palabra anverso correctamente"
"Jeje, gracias. Me imagino que todos la escriben con B."
"Sí."
Silencio.
Luego me preguntó si tenía que ir a México a cumplimentar el requerimiento. Le dije que no, porque allá tenemos oficinas, y el personal de allá se encarga de ir a Hacienda.
"Aaahh..." dijo el notificador y se quedó callado, mientras yo firmaba los papeles sin dirigirle la mirada.
"Qué suerte que no tengas que viajar para allá. Debe ser pesado" me dijo.
"Lo es. Ya he viajado dos veces por motivos de trabajo, aunque también por paseo. Como quiera me gustó México."
"¿De veras? ¿Por qué?" preguntó.
"Pues porque allá hay mucha cultura. A donde camines, ves algo, ya sea una ruina arqueológica, un edificio colonial, un edificio moderno, una escultura..."
Me deshice platicando sobre lo que vi en mi último viaje a México, y el chavo parecía interesado.
"Ok. Aquí en Monterrey no hay nada de eso."
"¿Usted es de fuera?"
"No, soy de aquí. Y tú... ¿y usted?"
"También de aquí."
Después de que firmé los papeles, se despidió de mí estrechándome la mano. A mi amiga recepcionista sólo le dijo adiós.
Una vez que se fue, mi amiga me da un codazo y me dice:
"Assshhhh. Rocío!!!!"
"¿Qué?"
"¿Pos no viste que te estaba ligando? ¡Y tú que le hablas de usted!"
Sinceramente, no me di cuenta. En cuestiones del amor, yo soy muy miope.