Ayer iba manejando por San Pedro rumbo a Monterrey, todo ese tramo de Gomez Morín, Vasconcelos, Lázaro Cárdenas.
Iba a una hora en que se supone que no es pico (aunque últimamente, todas las horas parecen horas pico). Eran como las doce o una de la tarde.
Definitivamente, qué difícil manejar por esa zona...
El tráfico era denso, pesado, a vuelta de rueda. Por todas partes había polvo debido a las construcciones de rascacielos, camiones de materiales, choques, patrullas. Pasé cerca del fraccionamiento Antigua, donde semanas pasadas colapsaron varias viviendas debido a que una constructora que pretendía hacer un rascacielos violó todas las normativas habidas y por haber y provocó una gran tragedia, pues las casas aledañas al profundo pozo que ellos hicieron cayeron con habitantes adentro. Y a pesar de que la tierra se sigue reblandeciendo con las lluvias, la calle lateral contigua a dicho pozo está abierta a la circulación. No dudo que pronto escuchemos sobre otra tragedia, de algún coche que sea tragado por un socavón. (como también ha pasado en esta ciudad).
La terrible ambición de las constructoras sumada a la corrupción del gobierno, provoca que la ciudad se esté asfixiando entre enormes rascacielos, en un malo intento de emular las grandes metrópolis. Pero fallan en infraestructura. En esa zona de San Pedro y Valle Oriente, no hay banquetas y las que hay son estrechas, y están llenas de grietas y postes y anuncios. Las calles están llenas de baches, y apenas pavimentan, llega Agua y Drenaje a quebrar dicho pavimento para introducir tuberías para desahogar el enorme drenaje que se avecina con la llegada de tanta gente a esos edificios de departamentos. La ciudad no se siente cómoda ni bonita. Es un constante estrés entre esquivar baches, y al mismo tiempo, armarse de paciencia para manejar en primera velocidad varios kilómetros, debido a que el número de automóviles es tal que todos vamos a vuelta de rueda. Pocos te ceden el paso, aunque les enciendas las luces direccionales.
Esta ciudad se está convirtiendo a pasos agigantados en otra ciudad de México, pero mal planeada, mal hecha. Pero así son las cosas.
Iba a una hora en que se supone que no es pico (aunque últimamente, todas las horas parecen horas pico). Eran como las doce o una de la tarde.
Definitivamente, qué difícil manejar por esa zona...
El tráfico era denso, pesado, a vuelta de rueda. Por todas partes había polvo debido a las construcciones de rascacielos, camiones de materiales, choques, patrullas. Pasé cerca del fraccionamiento Antigua, donde semanas pasadas colapsaron varias viviendas debido a que una constructora que pretendía hacer un rascacielos violó todas las normativas habidas y por haber y provocó una gran tragedia, pues las casas aledañas al profundo pozo que ellos hicieron cayeron con habitantes adentro. Y a pesar de que la tierra se sigue reblandeciendo con las lluvias, la calle lateral contigua a dicho pozo está abierta a la circulación. No dudo que pronto escuchemos sobre otra tragedia, de algún coche que sea tragado por un socavón. (como también ha pasado en esta ciudad).
La terrible ambición de las constructoras sumada a la corrupción del gobierno, provoca que la ciudad se esté asfixiando entre enormes rascacielos, en un malo intento de emular las grandes metrópolis. Pero fallan en infraestructura. En esa zona de San Pedro y Valle Oriente, no hay banquetas y las que hay son estrechas, y están llenas de grietas y postes y anuncios. Las calles están llenas de baches, y apenas pavimentan, llega Agua y Drenaje a quebrar dicho pavimento para introducir tuberías para desahogar el enorme drenaje que se avecina con la llegada de tanta gente a esos edificios de departamentos. La ciudad no se siente cómoda ni bonita. Es un constante estrés entre esquivar baches, y al mismo tiempo, armarse de paciencia para manejar en primera velocidad varios kilómetros, debido a que el número de automóviles es tal que todos vamos a vuelta de rueda. Pocos te ceden el paso, aunque les enciendas las luces direccionales.
Esta ciudad se está convirtiendo a pasos agigantados en otra ciudad de México, pero mal planeada, mal hecha. Pero así son las cosas.