jueves, 3 de enero de 2013

Yo te pago el boleto

Esta historia realmente es muy interesante, y aquí les dejo el link para compartirla.

Un 14 de diciembre, Nicko Nogués, un español que vive en México, se cansó de escuchar a sus compatriotas quejarse de la mala economía y política de España, así que lanzó un comunicado que iba así:
“...estoy un poco cansado de tanto negativismo entre mis conocidos de España. Por eso, si de verdad estás harto de tu situación allí, deja de decir que te irías y vete. Es más, te quito una excusa: yo te pago el billete”. 

Y la cosa iba en serio, no era ninguna broma. Nicko se comprometió a pagar el boleto de avión, siempre y cuando se cumplieran lo siguiente: Una persona sería elegida. Había tres condiciones “No negociables”: 1) Un único boleto para una única persona. Ésta escogería el destino, pero la fecha de salida sería el 1 de enero, según lo estableció Nicko. Si el ganador o ganadora quería irse acompañado tendría que asumir los costos por su cuenta. 2) “El billete no es para que te pagues unas vacaciones de un mes, sino para que te vayas (mínimo un año). Con todas sus letras”, detalló Nogués. 3) El tiempo para pensar en tomar o no la oferta serían 10 días, del 14 al 24 de diciembre. 

La gente se inscribió. Al menos 752 personas se animaron a participar en ese concurso. Paralelamente, gente de otras partes del mundo se sumó a la causa de Nick y ofreció ciertos patrocinios que iban desde regalarle un ipod al afortunado, hasta arreglarle su estadía si se iba a Canadá o Chile.

Llegó el gran día, y se hizo el sorteo. La primera afortunada fue una joven de 28 años, pero rechazó el premio porque iba a sacar su título. Se hizo un segundo sorteo, y la segunda seleccionada también rechazó la oferta porque le habían ofrecido un trabajo temporal.

Nicko quedó bastante desconcertado, pero los resultados le demostraron que hay gente que es bien quejumbrosa pero poco hace para cambiar su situación. No es posible generalizar, pero al menos en esos dos casos elegidos aleatoriamente, las seleccionadas eran puro jarabe de pico, a la mera hora se rajaron.

No dudo que si esto hubiera ocurrido en México, la situación hubiera sido similar. Mucha gente se queja del gobierno, la economía, etc, pero si les ofrecieran la oportunidad de irse de ahí y cambiar su vida, muy pocos le tomarían la palabra, quizá porque es muy cómodo quejarse.