lunes, 16 de febrero de 2015

El amor tiene precio

Bastante polémica se ha levantado con el estreno de la película “50 Sombras de Grey”. Los más indignados son los hombres, pues se burlan de las mujeres que acuden a los cines o que han leído los libros, diciéndoles que jamás encontrarán a un tipo como Christian Grey. Pero el éxito de la novela y de la película tiene un trasfondo que va más allá del morbo y del sexo. Tiene que ver con la carencia del amor romántico en la actualidad. En estos tiempos, y en esta ciudad, al amor se le ha puesto un precio. Y no me refiero a comprar flores, dulces o joyas, o ir a que te lean el tarot. El concepto del amor en sí, se ha vuelto algo mercantil, del cual los emprendedores sacan provecho económico. Hay eventos de los denominados citas de cinco minutos, en el cual se convoca a solteros, viudos y divorciados, para que a cambio de una cuota de entrada, puedan conocer a personas del sexo opuesto con quien conversar por un espacio de cinco minutos. Si logran congeniar, intercambian datos, si no, la persona cambia de mesa y se convierte en un extraño más que nunca volverá a ver. A este tipo de eventos acuden por lo general (al menos en Monterrey) un 10% hombres y el 90% son mujeres. Para estas agencias, este desequilibrio no les importa, pues es un negocio. Pero son los asistentes quienes se llevan la decepción. Las mujeres porque se dan cuenta de inmediato que son pocos los hombres que asisten a esos eventos. Y los hombres porque al ver tanta “oferta” se vuelven selectivos, pero también presienten que esas mujeres buscan un compromiso serio (léase, encontrar esposo) y ellos no se sienten listos aún para eso. Otra manera de ponerle precio al amor es ofreciendo cursos de seducción, así como la película de Hitch protagonizada por Will Smith. Existen de manera un poco clandestina, escuelas donde los profesores enseñan a los hombres técnicas de programación neurolingüistica o PNL para ligar mujeres. Haciendo uso del sargeo, rapport y lenguaje corporal, el hombre aprende a seducir a una dama. Lo que a la vez puede ser un arma de doble filo porque no se sabe el propósito por el cual toma el curso, puede ser que el hombre use esas estrategias para enamorar a la mujer de sus sueños o para llevarla solamente a la cama.
 La carencia de amor romántico también abre la puerta a las terapias psicológicas. Cada vez son más las personas que acuden con un psicólogo para tratar problemas de ansiedad y depresión por la falta de pareja o por el fracaso de una relación. Los psicólogos ayudan al paciente a sobrellevar la situación, mejorar la autoestima y salir adelante, pero solamente eso. Otra manera de lucrar con el amor es mediante libros de superación personal. Diversos autores ofrecen títulos que tocan las fibras de cualquier persona que busca amor. Dan consejos de cómo conseguir pareja, o como mantenerla, o de plano, ayudan a visualizar y decretar al universo la llegada del ser amado. Y por último, están estas novelas, que venden la fantasía de la pareja ideal, aderezado con sexo. Recuerdo mucho una vez, que durante una reunión de puros muchachos y muchachas, estaba presente una pareja de ancianos, tomados de la mano. El hombre nos escuchó hablar e intervino en la conversación para platicarnos su historia, pero cuando llegó a la parte en donde conoció a su esposa, nos dijo: “Ustedes los jóvenes ya no conocen el amor, creen que solamente se trata de sexo y mensajes por celular, y así no es. Yo cuando conocí a mi esposa, la cortejé por meses, le escribía cartas de amor, le llevaba flores y dulces, y el día que me besó por primera vez me sentí el hombre más feliz del mundo, porque me había costado tanto trabajo conquistarla que al ganarme su amor, me sentí un héroe”.