jueves, 28 de noviembre de 2013

Las grandes historias de amor

Hasta hace poco creía que las grandes historias de amor tenían que ver con que el amor perdurara por años. Es decir, le daba mucho peso a la cantidad de días que pasabas con una persona. Así que no le daba tanta importancia a mis propias historias de amor por haber sido demasiado fugaces. Pensaba que no contaban como tal, puesto que no habían durado como las historias de otras personas.

Pero hoy, a raíz de una historia que me platicaron, me di cuenta que el amor no tiene que ver con cantidad de horas, sino con calidad. Hay historias donde experimentas el amor aunque sea por veinticuatro horas, y con más amor que algunas relaciones que duran años.

Y después de conocer esa historia, valoré la mía propia, la aprecié aún más, que igual no es una historia perfecta y tampoco fue permanente, pero para mí fue algo muy bello. Así que tomé mi historia, la abracé, la guardé en una bonita caja y la atesoré dentro de mí.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Summer

La mayoría de los hombres detesta a Summer de la película "500 días con Summer" porque les recuerda a alguna mujer que jugó con ellos.

Cierto o no, odian a Summer porque les cala en el ego. Summer les voltea la jugada sutilmente, y a ellos no les gusta perder en su propio juego.

Hace días leí un artículo donde analizaban a este personaje , y me pareció muy acertada la descripción. De hecho un amigo hizo la misma observación (un amigo que también se acordó de alguien como Summer en su vida).

Summer fue clara desde el principio. Ella siempre dijo que en esa relación no se quería enamorar, solo quería que fuera un juego, y bajo esas reglas el chavo aceptó. Como dice el dicho, sobre advertencia no hay engaño.

Que si el chavo se enamoró de ella es su problema. Ella siempre había sido clara y honesta. Malo es cuando te dicen mentiras, ahí sí. Pero ella no las dijo. Ella dijo que no quería compromisos, solo divertirse y ya. Besos y sexo sin compromisos.

Lo que le cala a los hombres es que ella hace lo que ellos normalmente hacen con las mujeres, o sea, tener sexo por diversión, sin sentimientos de por medio. Es bien sabido que los hombres pueden perfectamente tener sexo sin estar enamorados. Lo que no les gusta (a algunos) es que exista una chica tan dulce y tan bonita que haga lo mismo, tener sexo con ellos sin estar enamorada. Como que no lo asimilan. Y es que culturalmente hablando, se piensa que por default, las mujeres tienen sexo solo si están enamoradas. Y pues no, hay de todo en la viña del Señor. También hay mujeres huilas, (que curiosamente a ellas les dedican màs canciones que a las mujeres santas y buenas).

Pero no se trata de encontrar villanos. Creo que la moraleja aquí es disfrutar lo que la vida nos ofrece. Quizá esa persona nos ofrece un momento de diversión, y eso es lo único que esa persona está en su capacidad de ofrecer. Uno decide si acepta o no, si juega un rato o si mejor se espera hasta que llegue el o la indicada.





jueves, 21 de noviembre de 2013

Romper los bloqueos

Pues sigo indecisa en si tomar el curso o no...

Quizá me digan cosas que ya sé. Quizá no estoy descubriendo el hilo negro. Lo que sí es que ya no me gusta encontrarme en ese ciclo donde todo sale exactamente opuesto a lo que quiero.

Quisiera romper mis bloqueos, mis anhelos, quisiera tener fe, sobre todo eso último, tener fe y que se materialice lo que deseo y ya, sentir paz en mi vida.

Ningún libro me ha funcionado, así que no me los recomienden porque ya los tengo todos. Necesito un guía espiritual que vaya conmigo, dándome fe, ayudándome a ver las señales que me indiquen que estoy haciendo bien las cosas.

Ah! y que no tire la toalla. No como cierta persona.... 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Entrar a un curso?

Andaba muy animada hace días porque había visto un curso que me había interesado mucho. Es de esos cursos de ley de atracción. Sentía como que por fin encontraría la llave que tanto había buscado para resolver algunas cuestiones personales. Sin embargo, alguien sembró la duda de si acaso ese curso no sería obra de algún charlatán. 

He buscado y buscado antecedentes de la persona que lo va a impartir y no he encontrado mas que únicamente una critica mala, por otro lado encontré como 14 comentarios buenos, (rastreables en Facebook), y las personas que comentaron se mostraron satisfechas. 

En fin. Todavía ando indecisa. 

Lo que si es que ya me canse de estar sin guía. Quisiera una serie de ejercicios que me ayuden a bloquear mis pensamientos negativos, alguien que me coachee, que me diga: hoy te toca hacer esto, hoy te toca hacer esta visualización, hoy te toca escuchar esta meditación, pero así, intensivamente, que no suelte el dedo del renglón hasta que ya esté del otro lado. Tengo muchísima disponibilidad y ganas, lo que me falta es el guía correcto. Lo he intentado sola y nomas no doy pie con bola, un día hago las cosas bien, al otro día no... otras ni siquiera sé como hacerlas... 

¿Para dónde le tiro? Ya me cansé de dar vueltas en círculo. 

sábado, 9 de noviembre de 2013

Baile regional

Me gusta mucho el traje típico de Nuevo León.





México tiene una gran variedad de trajes típicos, entre los más populares están los de china poblana y los de las veracruzanas, pero el traje típico de Nuevo León es de mis favoritos.

Se compone de una blusa blanca con olanes y puños cerrados, falda sencilla, generalmente de un solo color con varias enaguas, y un par de botines. El peinado debe ser todo recogido en una cebolla, rostro despejado y maquillado.

Supongo que en tiempos de mis bisabuelos así se vestía la gente. Mi abuelita dice que mi bisabuela se casó con botines. A mí me encantan los botines, por cierto.

También me gustan los bailes regionales. En general son cuatro los ritmos que se bailaban en tiempos de mis abuelos y bisabuelos. Están la polka, la redova, el shotis  y el huapango. A excepción del último, que todavía medio se sigue bailando en algunas bodas, los primeros tres ya casi no se bailan más que en uno que otro festival escolar.

Me gustaría, en vez de ir al gimnasio, ir a alguna clase de baile regional. El baile me parece una forma de cortejo que se ha perdido con el tiempo, especialmente en Monterrey. El hombre sacaba a la mujer a bailar y de ahí se hacía la plática y de ahí surgía el amor. Y me gustaría bailar esos ritmos, ya bien sola o con pareja, y ponerme ese vestido típico.


sábado, 2 de noviembre de 2013

Cuando iba a ser actriz

A los quince años quería ser actriz.

La maestra Gusano (así la recuerdo porque literalmente, parecía un gusano, flacucha como fideo y pelos despeinados), pidió voluntarias para actuar en la pastorela del colegio. Yo no sé qué loca idea me pasó por la mente, pero levanté la mano. Me dieron un guión y decidí que haría el papel principal, el de Lucifer.

Sí, ya sé, yo, niña buena que no rompe ni un plato ni mata ni una mosca, actuaría interpretando al Señor de los Infiernos. Porque simplemente me parecía un papel gracioso y divertido. Sentía que podía ser "otra persona". Así que me aprendí de memoria los diálogos y los ensayé todas las tardes en mi cuarto,  frente al espejo, haciendo caras y gestos y voces.

Llegó el día de las audiciones. Me moría de nervios. Tocó mi turno de actuar y lo hice. Entonces me transformé. Dejé a un lado Rocío aburrida y me convertí en Rocío divertida. Incluso chavas a las que les caía mal les dio mucha risa mi interpretación. Pude notar que se quedaron sorprendidas por mi transformación, y al mismo tiempo entretenidas.

Pero eso no le pareció a la maestra Gusano. Al final de la audición, eligió como Lucifer a otra chava, una con voz sosa y aburrida. Todas se quedaron extrañadas por la decisión, pero yo más. Entonces le pregunté a la maestra Gusano por qué no me eligió.

––Porque sonabas nerviosa. Eres muy buena actriz y reconozco que puedes mejorar, pero no tengo tiempo para entrenarte. Así que mejor elegí a tu compañera que no le suena nerviosa la voz.

Tiré el guión a la basura y el único papel que me asignaron fue el detener la escenografía de cartón.

Meses después, se repitió lo mismo. Nos tocó para la fiesta del día de las madres, hacer la obra de "Las Consuegras". Era por equipos, como parte del examen,  y las ganadoras la interpretarían en el festival del 10 de mayo. En mi equipo a mi me tocó el papel que usualmente interpreta la Nena Delgado., es decir, el de la mamá de la novia, metiche y escandalosa. De nuevo a mis compañeras les gustó mi interpretación, pero a la maestra Gusano no, y puso otra vez a la chava de vocecilla pedorra.  Y otra vez me tocó ser la que detiene la escenografía de cartón.

A partir de ahí decidí que no sería actriz. Pero mi alterego decidió que toda esa personalidad explosiva, hilarante y sarcástica se trasladara al mundo de las letras, y fue cuando empecé a escribir novelas.

Así que, de acuerdo con la teoría del efecto mariposa, si la maestra Gusano me hubiera dicho que sí podía ser actriz, ahorita estaría en una telenovela de Emilio Larrosa o Juan Osorio enseñando las chiches y besándome con William Levy, saldría en TV Notas modelando bikinis y quizá me casaría dos o tres veces, para luego terminar como esposa de un político del PRI.

En lugar de eso, gracias a la sabia orientación de la maestra Gusano que me evitó caer en ese mundo de perdición y pecado, ahora estoy como contadora soltera en un escritorio lleno de papeles, usando lentes y calculadora y llena de deudas... ¡toda una vida fructífera y llena de logros como podrán ver!

Mmmh, ya me perdí.  ¿De qué estaba hablando? Ah, sí, que a los quince años quería ser actriz.