martes, 7 de enero de 2020

Trabajar en equipo

De niña no me gustaba trabajar en equipo. Porque yo siempre fui de las niñas estudiosas, perfeccionistas e hiper responsables, que quería tener todo listo con mucha anticipación y a veces me tocaba compañeros que no hacían su parte y eso me estresaba mucho, en ocasiones yo terminaba haciendo todo el trabajo.

Más grande, en la universidad, me tocó hacer también trabajos en equipo y era todo un rollo coordinarse con las personas. Una vez incluso terminamos peleando y discutiendo, porque unos no habían hecho nada y ya faltaba muy poco para presentar el trabajo. Mis amigos recuerdan ese momento porque fue la primera y única vez que les grité y los regañé. Nunca antes había gritado pues suelen definirme como una persona pacífica y diplomática, pero en esa ocasión me colmaron el plato.

A lo que voy es que no estamos acostumbrados a trabajar en equipo. No lo hacemos bien. Y eso se refleja ya en la vida adulta.

El ejemplo más evidente es cuando trabajas una empresa. Todo está dividido por departamentos. Un departamento hace algo, envía un reporte a otro departamento, éste a su vez trabaja con esa información y reporta sus resultados a otro departamento y así va la cadena de trabajo. Los resultados terminan en manos de los directivos, gerentes. Y cuando algo está mal, el regaño va parejo. A veces sucede que alguien en la cadena de trabajo no te entrega la información a tiempo. O te la entrega mal, equivocada. Todo eso afecta.

Otro ejemplo es cuando trabajas como freelance. También trabajas en equipo, con tu cliente. Pero a veces el cliente no cumple su parte. No te entrega la información o los requerimientos para hacerle su trabajo. No te paga. No responde tus mensajes. Se pasan fechas. Y a pesar de que le mandas recordatorios, no puedes hacer más. Si la otra parte no coopera, es difícil sacar la chamba adelante.

En conclusión, hay que hacer conciencia de nuestras responsabilidades. Todos somos adultos, y se supone que sabemos lo que tenemos que hacer, cuándo lo tenemos que hacer y cómo lo tenemos que hacer. No esperen a que les caiga el tiempo encima. Tampoco sean chambones, hagan las cosas con esmero. Sólo así funciona el trabajo en equipo.