martes, 4 de diciembre de 2012

Problemas de estacionamiento

Uno de los problemas de las grandes ciudades, aparte de la contaminación, el hacinamiento y la delincuencia, es la falta de espacios para estacionarse. En las ciudades europeas se ha tomado más conciencia de esta problemática, ya que en vez de derribar edificios de valor histórico para construir o ampliar avenidas, sus pobladores han optado por otras vías de transporte, ya sea la bicicleta, el tranvía, el metro o el taxi. Tener un carro en Europa es un lujo, y no lo digo por el precio, sino por dónde estacionarlo. Ya había comentado anteriormente que en Roma prefieren los Smart precisamente porque son tan compactos que caben en cualquier lugar, el problema es que son tantos que terminan estacionándose pegados unos con otros, encima de las banquetas o incluso en doble fila.

Ahora en Hong Kong, los lugares de estacionamiento son tan escasos que se están cotizando a precios exorbitantes que van desde los 160,000 hasta los 600,000 dólares. Prácticamente valen más que el carro en sí. Con esta medida se pretende desincentivar el uso del coche y promover el transporte público.

Sin embargo, dudo mucho que este tipo de medidas funcionen en países como Estados Unidos o Latinoamérica, dado que la venta de automóviles es un negocio muy fuerte. Hay demasiada oferta de vehículos, la publicidad de coches es muy intensa. Día a día nos bombardean con comerciales de carros, vendiendonos la idea de que hay que viajar con estilo y comodidad. La industria automotriz es además fuente de trabajo para muchas personas, tanto en las armadoras como en las concesionarias, así que está difícil que éstas permitan que se bajen las ventas. Tanto más que en países como México se carece de un buen sistema de transporte urbano, y que los hogares se encuentran alejados de los centros de trabajo que la persona pierde un buen tiempo en trasladarse. La medida que han adoptado la mayoría de los políticos es simplemente expropiar terrenos para ampliar avenidas o construir viaductos o pasos a desnivel, muchas veces tan mal hechos que en cuestión de un par de años, se vuelve a formar el caos vial.


Lo más preocupante es que al usar nuestro vehículo, nos enfrentamos día a día no solamente al tráfico, sino al problema de dónde estacionarlo. Todo mundo hace negocio de eso, desde el franelero que se para junto al parquímetro para cobrarte una cuota a pesar de ser la vía pública hasta los estacionamientos privados que cobran por hora o fracción, sin mencionar a los supermercados como Soriana o Wal Mart que les ha dado por cobrar estacionamiento simplemente por el hecho de ir a comprarles mercancía. Sea un peso o 15 pesos, pero el caso es qeu todos cobran. Incluso, en zonas como San Pedro los centros de trabajo (la mayoría corporativos o consultorías) cobran a sus propios empleados una cuota para estacionarse en su sótano. Entonces prácticamente trabajamos para mantener el carro. ¿A qué nos sale entonces?