jueves, 28 de mayo de 2020

Reseña película: Ya no estoy aquí

Ayer estrenaron en Netflix una película filmada en Monterrey hace algunos años y que hasta ahora sólo se había proyectado en salas de cine independiente.

La película se llama "Ya no estoy aquí" y trata la historia de Ulises, un pandillero "cholombiano"  que vive en la Sierra Ventana, una zona marginal de Monterrey y que por problemas con otra pandilla termina huyendo al otro lado.

Como regiomontana, puedo decirles que esta película está interesante y sí es recomendable, aunque es muuuuy regional, así que para los que no conocen Monterrey o sólo conocen la parte turística, les costará mucho trabajo entender las referencias locales y la forma de hablar de los cholillos. Incluso por los comentarios que he leído de los propios regios, hay opiniones encontradas, unos aplauden la película, otros dicen que se quedó corta y otros (los que viven en su burbuja de cristal) la encontraron aburrida.

Pero para que más o menos se den una idea del contexto, aquí van mis comentarios.

En Monterrey a principios de la década de los 2000 empezó una moda urbana en esas zonas de la Independencia, Sierra Ventana, Cerro de la Campana y otras zonas marginales. Se hacían llamar "cholombianos" o "kolombianos". Eran jóvenes pandilleros que eran aficionados a la música vallenata colombiana. Cómo llegó esta música a Monterrey es un misterio, algunos dicen que fue gracias a Celso Piña, otros dicen que la trajeron los chicanos que venían de EU, en fin, nadie sabe bien de dónde empezó el gusto por esa música. El caso es que no sólo la aceptaron, sino que la modificaron a su antojo, la ponían más lenta, (ellos le dicen "rebajada"). Y organizaban bailes masivos donde los cholillos iban a lucirse con sus pasos.

Además, tenían una forma de vestir muy exótica. Camisetas en tallas extra grandes, pantalones anchos, cachuchas, paliacates, escapularios. Las mujeres por otro lado usaban tops y shorts pequeños, luciendo casi todo el vientre y espalda.

Lo más excéntrico eran los peinados, se embarraban de gel y se aplanaban el cabello, se decoloraban otras partes, y se rapaban parte del cráneo.

En esa época yo era estudiante, me iba en camión a la universidad y la ruta pasaba por la colonia Independencia, así que me tocaba ver a esos cholillos. Pero la mayoría de las veces era gente que andaba en sus propios rollos, no se metían con nadie.

La Jornada: Espectáculos

Amanda Watkins ama los cholombianos - VICE

Pero durante el sexenio de Felipe Calderón y su absurda guerra contra el narco, todos estos chavos eran reclutados por el crimen organizado. Los narcos iban en camionetas al cerro, interceptaban a estos chavos y los invitaban a formar parte de sus filas, por las buenas o por las malas.

Esto fue más o menos como entre el 2009-2011. En esa época hubo mucha violencia en Monterrey, narcobloqueos, secuestros, asesinatos, decapitaciones. La gente tenía mucho miedo a salir a las calles. El gobierno sólo demostró ineptitud en el manejo de este problema. Con el cambio de presidente, las cosas más o menos se calmaron, pero Monterrey ya no volvió a ser igual.

Pues bien, de eso trata más o menos la película, es como una "fotografía" del Monterrey de aquel entonces, pero no esperen un documental y mucho menos esperen algo como las series de narcos. No, eso no lo van a encontrar aquí. Lo muestran, pero no es el eje principal de la película. Tampoco esperen un final concluyente, porque eso tampoco sucede. Es más bien un final abierto, como la herida de ese Monterrey que nunca llegó a cicatrizar.

Lo que encontrarán en la película es un vistazo a cómo se vive en esas zonas marginales, y una historia personal, de un adolescente que de golpe tiene que abandonar todo (familia, amigos, ciudad, música), e irse a otro país donde nadie le entiende y donde se siente como pez fuera del agua, y se la pasa añorando y sintiendo nostalgia por su tierra pero como todo en la vida, las cosas cambian y nada vuelve a ser igual.

Ignoro si todavía hay pandillas de cholombianos, la verdad como hace muchos años que no ando en camión ya no me entero de mucho. (sí, soné muy "fifí").  Pero por donde vivo está más o menos cerca de esa zona (Así es Monterrey, de un lado están las colonias de clase media y del otro, las marginales).  Y por las noches, cuando no hay ruido en la avenida, se alcanza a escuchar a lo lejos música vallenata y unos seis o siete disparos que terminan la fiesta.