domingo, 9 de julio de 2023

Ecocidio en Monterrey

 Vivir en México es vivir a merced de los intereses de un gobierno. Intereses egoístas y corruptos. Ningún partido político, ninguno es capaz de atender a las necesidades del pueblo. Ninguno. Y lo repito porque en México ya han pasado varios partidos de diferentes colores, y ni así se ve avance. Al contrario. Se ve un retroceso, una involución. 

Hoy estoy muy molesta por lo siguiente. En Monterrey tenemos un río, el Río Santa Catarina. Es un río cuyo cauce normalmente está seco y sólo se llena en temporada de huracanes. El más feo de todos, el huracán Gilberto, en 1988, donde murió muchísima gente ya que se desbordó. 

Desde ese entonces el río se secó de nuevo. Y el gobierno lo que hizo fue poner canchas de fútbol, o permitir que se pusiera un tianguis y hasta un campo de golf. Casi toda mi niñez, adolescencia y juventud el paisaje de Monterrey era tener un río seco, amarillo, polvoso, feo. Nada agradable a la vista. 



En el 2010, el huracán Alex provocó otra inundación. De hecho las avenidas aledañas que corren a los lados del río resultaron bastante afectadas en aquel entonces, y se hizo necesario una labor de reconstrucción, pero al río lo dejaron en paz. Ya nadie le metió mano a su cauce. 

Y de manera silenciosa ocurrió algo maravilloso. La naturaleza fue poblando de árboles el lecho del río. Los árboles crecieron, y se formó un pequeño bosque, lleno de flora y fauna y un riachuelo de agua limpia. 

Y este pequeño bosque le dio color a Monterrey. Era muy agradable pasar y ver tanto verde. Aves volando, árboles de copas enormes. Era un pulmón para esta ciudad, cada vez más contaminada y caliente. Esta vegetación incluso resistió al huracán Hannah, en el 2020 y evitó que el agua se desbordara de su cauce, pues actuó como una barrera de contención natural. 




¿Y qué sucede hoy? Que al gobierno se le ocurrió que esos árboles estorban, así que invirtió 100 millones de pesos en cortarlos TODOS. 

Así que el río amaneció así





La excusa, según ellos, es "evitar" que se desborde el río si vuelve otro huracán. Lo cual de acuerdo con los ambientalistas, no es cierto, pues ya quedó demostrado que la vegetación actuaba como una barrera natural de contención y evitaba la erosión del suelo. Pero como dije, vivir en México es vivir bajo los intereses de una clase política ambiciosa, corrupta, que sólo le encanta desviar el dinero en obras pendejas para así llenarse los bolsillos. 

Así que otra vez, a mirar el paisaje feo, árido, polvoso. No odio a México, ODIO al gobierno que tenemos.