domingo, 18 de septiembre de 2011

La pequeña fashionista

¿Qué pedo con Suri Cruise, la hija de Tom Cruise? Desde bebé la traen con tacones, con ropa de diseñador, y ahora hasta la maquillan. "Quesque porque así le gusta a la niña"

Lo malo es que le están quitando su infancia. La niñez es para que corras, te raspes las rodillas, juegues en la tierra, te mojes con los charcos, y te embarres de dulce.

Esta niña en cambio, tiene que equilibrase con tacones lo que significa que sus pantorrillas no crecerán normalmente, y tendrá problemas en la columna. Y ahora usa maquillaje, lo que hará que su piel se marchite más pronto. ¿Para qué cargarla ya desde tan chiquitas con estereotipos de adultos? Eso de cargar una bolsa, usar vestidos ceñidos, que flojera...

Juro que cuando tenga hijos los dejaré vivir su niñez.

El otro extremo está Shilou, la hija de Angelina Jolie y Brad Pitt. Parece marimacha la güerquilla. Pero esa es otra historia.

Por qué las secretarias se ven mejor que uno


Vayan a una empresa. Siempre las recibirá en el mostrador de la entrada una hermosa chica, de largas pestañas, labios rojos, cabello con mechas, uñas preciosas y una linda sonrisa. Es la recepcionista. Te preguntará por tu asunto. Después te dejará pasar.

Caminas y llegas con otra chica, de cabello brillante, ojos deslumbrantes, carismática y bonita, que te luego de preguntarte por tu asunto, te pedirá que tomes asiento, e incluso te ofrecerá un café, mientras el directivo o gerente se desocupa para atenderte.

En ese momento, si eres mujer, piensas: "Wow.... qué padre se ve esto. Mucho glamour, yo quiero trabajar aquí."

Si eres pelao piensas : "¡¡¡Mamacitas!!!... cuanta carne y yo sin dientes..."

Pero si te asomas por encima del laberinto de cubículos, encontrarás el lado oscuro de la fuerza. Encontrarás a mujeres que no tuvieron tiempo de pintarse en la mañana, que viven una vida totalmente sedentaria que les está fregando la columna vertebral haciéndoles una joroba, que usan ropa bien equis, y que viven estresadas y agobiadas entre las columnas de papeles y carpetas que no las dejan respirar, que tienen los dedos como garfios de tanto teclear en la computadora en posiciones incómodas. Esas son las que hacen toda la talacha gracias a la cual se sostiene la empresa.

A este último grupo pertenecemos la mayoría de las profesionistas. Y a veces la diferencia de sueldos entre una asistente y una empleada, es casi mínima, pero en cuestión de trabajo, es un abismo de diferencia.

Las asistentes, por lo regular, les sobra el tiempo. A veces hasta están bostezando aburridas, pues ya checaron su facebook varias veces y no vieron cambios en el perfil de sus amigas. Otras veces leen el horóscopo. Por eso tienen tiempo de hacerse un manicure en la oficina, o retocarse el labial o enchinarse las pestañas. Por eso siempre se ven bonitas. Y cuando les cae trabajo, están super felices, porque ya tienen algo en qué entretenerse, y hasta sonríen y eso lo transmiten.

En cambio las empleadas de oficina, llegamos, nos echamos una taza de café para despertarnos y nos va a dejar el aliento de dragón. Los jefes nos traen a latigazos. ¿Maquillarse? ¿A qué horas?
Sientes hambre, y te comes un pan de los que venden en la tiendita o en las maquinitas. Estás sentada, no puedes a veces ni siquiera levantarte a ir al baño, ni a tomar agua. Estamos la mayor parte estresadas, y malhumoradas. Por eso cuando te diriges a una empleada, vas con una silla por delante, porque no sea que te vaya a rugir y lanzar una mordida. Por eso las empleadas no nos vemos glamorosas. Nuestra prioridad está enfocada en ser engranajes que hagan que funcione la compañía. Y nunca nos muestran al público. Cuando vienen los grandes inversionistas, nos quedamos ocultas en el laberinto de hámsters. Pasan los gringos, los chinos, los japoneses, los árabes, los alemanes, y no nos ven. En cambio, sí ven a las secretarias y asistenes, quienes haciendo gala de su inglés, hacen amistades de altura. (Y a veces, hasta surgen algunos romances por ahí, me consta).

Chale.... hubiera sido secretaria....