sábado, 4 de julio de 2015

El problema de la basura en México




El tema del reciclaje en México, específicamente en Monterrey, no se aplica prácticamente. En nuestro municipio, y básicamente en todo el Estado de Nuevo León, la basura no se separa en orgánico e inorgánico. Todas las personas mezclan sus basuras en el mismo bote, la misma bolsa. Pasan los camiones y lo único que hacen es separar, en ese momento, lo que más o menos pueden, y el resto lo compactan y van a tirarlo a un pozo (o relleno sanitario, como le dicen). Así que miles y miles de toneladas de cartón, papel, vidrio, aluminio y sobre todo plástico PET se mezclan con restos de comida podrida, restos fecales y otras cosas.
El servicio de la basura está concesionado a una compañía llamada SIMEPRODE, que más o menos separan la basura. Pero no le saca provecho al 100%, no sé si por falta de infraestructura o si por falta de leyes. Sé que si uno se acerca con ellos, están dispuestos a venderte material susceptible de ser reciclado, como el plástico PET. Pero ¿cuántas empresas mexicanas están dispuestas a adquirir ese material? Pocas.
Está también el tema de los pepenadores, que son trabajadores informales y que hacen de la basura el negocio familiar, involucran hasta a los niños para ir a los basureros a recoger y separar. Y ganan bien, por lo que me han dicho. El problema está que nunca van a facturar. Y aunque se creen empresas dispuestas a comprar esos desechos, los pepenadores no quieren ponerse en la mira del SAT, pues tendrían que pagar impuestos. Es verdad que existe una regla en donde el comprador puede "autofacturarse" lo que le vende el pepenador, pidiéndole el CURP solamente y reteniéndole 5% del valor como pago de ISR y el 16% del IVA. O sea que si un pepenador junta 1000 pesos de basura reciclada, el comprador tiene la obligación de retenerle 210 pesos en total. Por lo tanto el pepenador se quedaría con 790 pesos. Obviamente, no les causará gracia a los pepenadores entregarle ese dinero al SAT, así que prefieren seguir fuera de su lupa, en la informalidad.
Sin embargo, la empresa formal que les compra el material es la que sale perjudicada, pues de sus ventas no puede hacer deducible las compras ¿por qué? Porque el pepenador no da facturas y tampoco le dará el CURP para que le retengan impuestos (y eso si es que tiene CURP porque muchas personas ni siquiera tienen eso).
Ah, y además otra cosa: la empresa compradora de basura tiene límites para hacer deducibles las compras. Si gana más de 1 millón, solamente puede hacer deducible la compra hasta un 60 o 70%.
Como se ve, son muchas las pérdidas al crear una empresa recicladora en México, porque las leyes fiscales en vez de incentivarlas, las castigan con impuestos sobre impuestos y límites y topes.
Por lo tanto, el problema será resuelto de la misma manera que se ha hecho por décadas, seguir enterrando la basura bajo la tierra.