Hoy en Monterrey nos enfrentamos al desabasto de gasolina. El dìa de ayer (21 de enero), la gente entró en pánico, abarrotó las gasolineras formando filas kilométricas, y como era de esperarse, el combustible se agotó.
El día de hoy fui a tres gasolineras, y ninguna estaba operando. Revisé en los links que proporcionaron petro seven y oxxo gas, y en todas las correspondientes a Monterrey y área metropolitana no hay gasolina, ni magna ni premium.
Afortunadamente uso poco el coche y todavía tengo medio tanque. Confío en que esta situación se arregle pronto y vuelvan a surtir.
Sin embargo, me pongo a pensar, que como ciudad no estamos preparados para vivir sin coches. Tenemos una pésima infraestructura peatonal, las banquetas son estrechas y están en malas condiciones (en algunos tramos son inexistentes). El transporte público es un mugrero. Camiones en mal estado, sucios, vandalizados. No hay ciclovías. El metro funciona a medias, pues no está completamente terminado y sólo abarca ciertas zonas. Los taxis son inseguros. Por cualquier punto que lo veas, Monterrey no está preparado para una vida sin automóviles.
Incluso admito que yo misma me he acostumbrado tanto a andar en coche que se me dificulta volver a ser peatón, quizá porque la ciudad de ahora no es la que yo conocí hace 10 años.
Ante esta escasez de gasolina, vale la pena que empecemos a pensar en otras soluciones.
El día de hoy fui a tres gasolineras, y ninguna estaba operando. Revisé en los links que proporcionaron petro seven y oxxo gas, y en todas las correspondientes a Monterrey y área metropolitana no hay gasolina, ni magna ni premium.
Afortunadamente uso poco el coche y todavía tengo medio tanque. Confío en que esta situación se arregle pronto y vuelvan a surtir.
Sin embargo, me pongo a pensar, que como ciudad no estamos preparados para vivir sin coches. Tenemos una pésima infraestructura peatonal, las banquetas son estrechas y están en malas condiciones (en algunos tramos son inexistentes). El transporte público es un mugrero. Camiones en mal estado, sucios, vandalizados. No hay ciclovías. El metro funciona a medias, pues no está completamente terminado y sólo abarca ciertas zonas. Los taxis son inseguros. Por cualquier punto que lo veas, Monterrey no está preparado para una vida sin automóviles.
Incluso admito que yo misma me he acostumbrado tanto a andar en coche que se me dificulta volver a ser peatón, quizá porque la ciudad de ahora no es la que yo conocí hace 10 años.
Ante esta escasez de gasolina, vale la pena que empecemos a pensar en otras soluciones.