Ayer llegué al curso de literatura. Mientras esperaba que llegara el maestro, me quedé afuera del salón, apoyada en la barda. Estaba sonriendo, pues traía mucha ansiedad, pero ansiedad de la buena. Ya quería leer mi cuento en clase.
En ese momento llegó un chavo. Me preguntó si venía al curso de fotografía. Le aclaré que no, que yo iba al de escritura creativa. Luego se quedó callado. Yo le pregunté que cómo estaba el curso de fotografía, porque yo era una pésima fotógrafa... y me reí de mi misma.
Él sonrió y luego, no sé como, empezamos a platicar como si ya nos conociéramos de hace tiempo. Luego me preguntó de qué se trataba mi cuento, y se lo platiqué. Le gustó la trama y me dijo: "Ojalá un día se me haga leerlo."
"Algún día publicaré todo lo que escribo." dije muy emocionada, como si soñara con mi libro.
Se despidió de mí y cada quien entró a su respectiva clase.