lunes, 21 de noviembre de 2016

Cerrazón cultural

Muchos todavía siguen inconformes con el resultado de las elecciones de Estados Unidos, donde Donald Trump resultó ganador. Y es que la clave de su triunfo fue que se ganó el voto de un sector de la población que es la clase media baja, baja, ignorante, con pocos estudios y con demasiados prejuicios (xenófobos y machistas).
De hecho este año se ha caracterizado porque este tipo de clase social es la que ha determinado el rumbo de la política en el mundo. El primer signo de ello fue el Brexit, donde el voto de ese sector de gente mayor, carente de estudios superiores y con ideas nacionalistas bastante arraigadas fue  el que al final de cuentas decidió que Reino Unido debía separarse de la Unión Europea dándole en la madre a una alianza de años de la cual muchos jóvenes profesionistas se beneficiaban.
También lo observamos en Colombia, donde mucha gente de clase baja dijo "No" a la firma de paz entre el gobierno y las FARC.
Pero estos tres eventos tienen como común denominador que son el resultado del deficiente sistema educativo, basado en el capitalismo.
En el sistema educativo actual se anulan los valores cívicos. También se anulan seis de las siete inteligencias del ser humano (especialmente la inteligencia interpersonal e intrapersonal). Al niño se le obliga a permanecer sentado, a no cuestionar, a no pensar por sí mismo, sino a memorizar lo que dice el libro de texto. Los niños poco a poco van apagando su inquietud de aprender, de analizar lo que les rodea, y se vuelven conformistas, mediocres y solo ven como fuentes de alegría los placeres más mundanos, sin ir más allá, sin ver qué ocurre más allá de su pequeño pueblo o ciudad.
La falta de estudios superiores (bachillerato y carrera profesional) hace que este tipo de personas sean de pensamiento más cerrado, que no se abran a nuevas propuestas y que prefieran lo local en lugar de explorar nuevos mercados, nuevas alianzas y nuevas culturas.
Obviamente a muchos políticos les conviene que la gente permanezca así, porque es más fácil manipularla. Los políticos mexicanos son expertos en eso. Regalan lonches y despensas a los pobres para que les regalen el voto.
¿Cuál es la solución? Es fácil. Estudiar, estudiar mucho. Pero no quedarse con lo que digan los libros y los maestros, sino cuestionarlo, razonarlo. También viajar a otros países abre mucho los horizontes. Las personas que viajan al extranjero regresan con otra visión del mundo y son más tolerantes hacia los inmigrantes porque ellos mismos lo han sido.
Mientras eso sucede, tenemos que aguantarnos por un buen tiempo las políticas cerradas de Estados Unidos y Reino Unido. Esperemos que no afecten demasiado la economía mundial.