Hace unos minutos vi en Facebook que una mujer cambió su estatus de casada a soltera. De inmediato recibió felicitaciones, palabras de ánimo, frases de elogio y caritas felices.
Me pongo a pensar cómo hemos convertido nuestra vida en un periódico amarillista. Cómo anunciamos nuestros logros y nuestros fracasos sentimentales a los cuatro vientos. Lo que antes guardábamos para nosotros mismos, para nuestra privacidad, ya no lo hacemos. Es más, el concepto de privacidad ya lo hemos desterrado de nuestro vocabulario.
Hay personas que le dan demasiada importancia al estado civil que se anuncia en Facebook. Incluso he leído noticias de parejas que han tenido pleitos porque uno de ellos no cambia el estatus de "soltero" a "en una relación con..." o a "casado". ¿Acaso el estado civil en Facebook es más importante que un acta de matrimonio?
Lo más chistoso es que ahora se anuncie el divorcio con alegría, cuando antes un divorcio era una situación bastante dolorosa. Quizá Facebook nos volvió demasiado triviales y superficiales.
Me pongo a pensar cómo hemos convertido nuestra vida en un periódico amarillista. Cómo anunciamos nuestros logros y nuestros fracasos sentimentales a los cuatro vientos. Lo que antes guardábamos para nosotros mismos, para nuestra privacidad, ya no lo hacemos. Es más, el concepto de privacidad ya lo hemos desterrado de nuestro vocabulario.
Hay personas que le dan demasiada importancia al estado civil que se anuncia en Facebook. Incluso he leído noticias de parejas que han tenido pleitos porque uno de ellos no cambia el estatus de "soltero" a "en una relación con..." o a "casado". ¿Acaso el estado civil en Facebook es más importante que un acta de matrimonio?
Lo más chistoso es que ahora se anuncie el divorcio con alegría, cuando antes un divorcio era una situación bastante dolorosa. Quizá Facebook nos volvió demasiado triviales y superficiales.