viernes, 12 de abril de 2019

Caballero

El otro día un contacto en Facebook lanzó la pregunta acerca de si la caballerosidad debía considerarse como una forma de machismo. Se cuestionaba si el hecho de abrirle la puerta a una mujer, cederle el paso, darle el asiento, etc. podría interpretarse como un acuerdo implícito sobre el hombre que tendrá en algún momento de la relación interpersonal, poder sobre la mujer por los gestos "amables" otorgados.

El problema de esta noción de "caballerosidad" que tienen algunos hombres en la actualidad, es que interpretan la amabilidad hacia la mujer como un trato o un negocio. Yo soy amable contigo, te pago la cuenta del restaurante, etc, pero a cambio, tú me debes favores sexuales. Si yo te invito a ir a la cama, debes aceptar, porque ¿si no por qué aceptaste todos mis obsequios y gestos?

Si la mujer en cuestión no acepta, este tipo de "pseudo-caballeros" se enoja. Sienten que salir con esa mujer fue desperdicio de tiempo y de dinero.

En realidad, este concepto de caballerosidad es muy, pero muy limitado, y no se trata de eso.

Un caballero es amable y respetuoso con todo el mundo.   Con hombres y mujeres de todas las edades, y no nada más con las mujeres bonitas que a él le interesen.

Un caballero es un hombre educado, en el sentido de que es considerado con las personas. Si ve a alguien que tiene algún problema, lo ayuda. Si ve a una anciana que necesita que le abran la puerta, la abre. Si ve a un hombre que tiene un desperfecto con su coche, lo ayuda. Por decir unos ejemplos.

Un caballero además es un hombre de palabra, de honor. Antes los contratos eran verbales. Bastaba la palabra para saber que sí se cumplirían. Ahora no. A veces ni con contrato escrito cumplen lo estipulado.

¿Está bien que un hombre sea caballeroso con una mujer? Yo pienso que sí, siempre y cuando lo haga sin importar que la chica corresponda o no a sus sentimientos. No se trata de entregar el corazón. Se trata de ser amable, justo y respetuoso. Eso es la caballerosidad.