domingo, 18 de abril de 2010
Baches en Monterrey
Después de una semana completa de lluvias, las calles de Monterrey quedaron como queso gruyere. Cientos de baches en todas las calles y avenidas. Horrible, espantoso. Es demasiado molesto, porque si les sacas la vuelta, corres el riesgo de invadir carril y que te choquen. Si pasas por encima de ellos, corres el riesgo de dañar tu coche.
No es un secreto que el gobierno de Monterrey está del nabo. Digo, no es que pretenda hablar mal de la ciudad, pero hay cosas que no se pueden negar. Las autoridades les importa un comino reparar las calles y avenidas y cuando lo hacen, lo hacen con parches que a la primera lluvia otra vez se deshacen y dejan el agujero al descubierto.
El peor bachesote que me he encontrado fue en la colonia Buenos Aires. Yo, por querer desviarme del tráfico de Constitución y sus múltiples choques y carambolas a causa de conductores inconsientes que creen que se puede manejar bajo la lluvia a 100 km por hora, agarré Morones Prieto y luego al llegar al puente de Felix U. Gomez tomé un retorno para entrar en esa colonia que les digo y salir por Garza Sada. (Bueno, espero que me entiendan). Total, yo creyendo que por ser una colonia no me encontraría baches y que de pronto, Santa Madre de Dios..... un bache que abarcaba todo lo ancho de la calle y con una profundidad de 50 centímetros. Y ni como regresarme, porque traía un carro detrás de mí. Era como si un meteorito hubiera caído en la calle y hubiera provocado un cráter. No, que horror. Entonces no sé, pero a como Dios me dio a entender, maniobré para sacarle un poco la vuelta mientras rezaba "Que no se me atore aquí, Dios, que no se me atore aquí."
Y lo más irónico del asunto, es que dos semanas antes de la lluvia esa calle la habían cerrado para parcharla. Se suponía que ya estaba reparada y otra vez ese hundimiento. ¿Qué no la rellenaron bien? Me acordé de esas trampas que ponía el coyote del correcaminos, donde hacía un hoyo y lo cubría con una manta, simulando el pavimento, y al final él mismo caía en el pozo hasta desplomarse en el barranco. Bueno, pues así fue como quedó esa calle.
Por Avenida Miguel Alemán, por Avenida Universidad, y por otras conocidas arterias, todas son un campo minado.
No sé cuándo se vaya a solucionar este problema. Lo que sí es que qué friega para nosotros los conductores.
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