domingo, 13 de junio de 2010

El perdón



Los domingos son generalmente los días en que me entra la ansiedad, quizá porque son los días en que descanso, y me obligo a estar conmigo misma y con mis pensamientos. Y como traigo mucho "ruido" en mi cabeza, generalmente termino sintiéndome triste por ya-saben-qué.

Así que he optado por ir a las pláticas que da mi amigo el padre, precisamente un domingo de cada mes. Primero lo hacía porque él me cae bien y me gusta la manera en que habla y te enseña, y debo admitir que también lo hacía con tal de distraerme. Pero he notado que cada vez que salgo de esas pláticas salgo con un entusiasmo renovado. Siento que aprendo mucho y que en vez de pasar las horas rumiando resentimientos y frustraciones, lo aprovecho en algo útil y productivo.

Hoy habló del proceso de Perdón. Para perdonar, se pasan por las mismas cinco etapas del duelo (negación, ira, regateo o negociación, depresión y aceptación). Nos pidió que escribiéramos en un papel el nombre de las personas que nos habían causado una herida a lo largo de nuestra vida.

En realidad, yo siento que mi proceso de perdón ya iba muy avanzado, ya que aunque sí hay personas que me han herido en el pasado, ya no me afecta recordarlas... bueno, quizá me causa un poco de incomodidad, pero puedo hablar sobre éstas sin romper en llanto o ira (cosa que el año pasado no hubiera podido hacerlo, es más, me negaba a hablar del asunto).

Siento que de alguna manera muchas de las cosas que vi en la plática son las mismas que he ido aprendiendo en estos meses. He estado dejando ir y perdonando a todos los que me han ofendido o causado heridas. Ha sido un proceso muy largo, muy duro, pero muy liberador. Todavía me faltan muchas cosas que arreglar en mi vida, principalmente conmigo misma, pero he disfrutado mucho de este viaje. Dios ha mandado a las personas adecuadas en el momento adecuado, que me han enseñado bastante.

¿Que qué hice con el papelito que tenía escritos los nombres de esas personas? Pues lo metí en un sobre, lo sellé y lo tiré a la basura. Que se queden fuera de mí, lejos. Creo que es lo más sano que uno puede hacer.

1 comentario:

Chica de mente ocurrente dijo...

soy bien mala para el perdon.. soy medio rencorosilla de esas de te perdono pero no olvido... de echo ya lo estoy tratando en terapia.. es feo :(

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