domingo, 20 de febrero de 2011

Milonga

Hace como un año más o menos me invitaron a una milonga. No recuerdo si lo mencioné aquí en el blog, pero pues hoy se los voy a platicar.

Resulta que el hermano de una amiga de una amiga estudiaba ballet. Dicho cuerpo de baile organizó una milonga, que es en pocas palabras, bailar tango.

Antes de que me pregunten: no, yo no bailé tango. No sé bailar eso. Nada más fui a ver. Pero realmente estuvo interesante la presentación.

Fue en un patio de la UR, al aire libre, en una vieja casona, a la luz de la luna y de las velas. En el centro, se ambientó un bar de Argentina, con sus mesas, con sus mujeres de vestidos entallados abiertos por un lado y que dejaban al descubierto una de sus piernas, y sus tacones de aguja. Del otro lado, hombres de traje con sacos de hombreras anchas y sombreros.

Había música y un poeta que declamaba versos sobre el tango y Gardel.

Al ver todo eso me quedé pensando, cómo el baile tenía tanto significado, el cortejo era un arte. Ahora se ha perdido todo eso, todo ese romanticismo, toda esa "cacería" que emprendía el hombre para seducir a la mujer amada, conquistándola con un baile sensual. Ahora a las mujeres se les enseña a bailar como teiboleras para atraer al hombre, incluso hasta dan clases de tubo (pole dancing) siendo que en otros años, era el hombre el que se esmeraba por bailar seductoramente, para así llamar la atención de la mujer. A la gran mayoría de las mujeres (me incluyo) nos atraen los hombres que les gusta y saben bailar.

En fin. En esta sociedad loca, lo único que nos queda es acercarnos de vez en cuando a estas presentaciones, para tener una probadita de lo que el cortejo, el amor y baile algún día fueron.


1 comentario:

Chica de mente ocurrente dijo...

yo quiero ir a clases de poledance... oh oh lo dije o lo pense?? jaja

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